Carta a Lucifer (alternative Final)

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Despreciable Lucifer:

Fue una noche de invierno perpetuo en el infierno, la recuerdo bien. Fue dos semanas después de la purga, escondido en una pequeña cabaña donde tu ojos no llegan a ver. Había dado a luz mí bebé.

—¡Puje! ¡Puje!.

—¡Maldita sea Alastor, me vas a arrancar la mano!.

Un pequeño de mofles rosados y cabellos dorados, no recuerdo mucho ese momento. Mi tolerancia al dolor había quedado en la nada al entrar en labor de parto, sin ningún tipo de alivio al sufrimiento, cuando lo sostuve en mis brazos, sentí una calma y amor incondicional a la pequeña cosita regordeta que habia cargado en mi vientre todos esos meses.

Sus pequeños cabellos dorados se desparramaban en la sabana como un alo de luz sobre su cabeza, sonreí teniendo un nombré en mente. Ètienne-Lucien, porque eso significaba para mí, mi pequeño alo de luz blanca en este infierno.

Vivir en el anonimato fuera de la fama que mi nombre cargaba hace tiempo, es difícil. Sobre todo porque la mayoría de pecadores con los que e tratado son groseros, ni por favor, ni gracias. Ni siquiera un buenos días, solo pasan por encima de tí si tienen la oportunidad.

Es frustrante, llegar al final de una obra con un una conclusión poco satisfactoria. Asi lo sentía, pero al menos ahora podia vivir tan tranquilo como el infierno lo permite. Los meses siguientes del parto los puedo describir como la faena del ir y venir. Mas que nada porque criar a un bebé es muchísimo mas difícil, pero para mí valia la pena, siempre valdrá la pena.

Ètienne es mi único motor para aguantar los malos tratos y la escoria en el infierno, como un simple guionista para algunas producciones del canal Voxtex, sin llamar la atención, sin mostrarle a ese granuja mal hablado de Vox cuan superior era la radio como medio de entretenimiento.

Tragarme el orgullo por mí bienestar y el de mis mas cercanos, rasqué mi dedo anular por impulso. Ya no estaba el anillo de serpiente, pero la costumbre de girarlo en momento de puro estrés estaba ahí.

Deshacerme del anillo junto a mis pertenencias en ese momento y dejarlos en un cuerpo cualquiera durante la purga, desencadenó una série de titulares. Uno mas llamativo y amarillista que el anterior, todos con la boca llena de "El Demonio Radio a Muerto".

El luto en el que se vieron obligados a pasar los pescadores, se a echó interminable. No porque simpatizaran con el rey fallecido, sino porque tu obsesión obligó a los demás a mostrar "respetó", si es que querían seguir con su rastrera existencia.

Escuché de buena fuente tu aislamiento de todo pecador y has dejado tus responsabilidades en manos de Charlotte, también se que haces visitas constantes a mis supuestos restos. O que mí voz llena las salas solitarias del palacio.

Patético...

Todos los dias era lo mismo, salir del trabajo. Abrigarme del invierno perpetuo que azotaba el anillo del orgullo, observar todas esas estatuas de mi mismo en el centro de la ciudad, esconderme en un callejón solitario y dejar que los zarcillos me consumieran hasta dejarme frente a esa pequeña choza en medio de la nada, a la que llamó hogar.

Ser recibido por niffty y luego por Ofelia que carga con Lucien, pasar por encima de Husk. Que al estar tan ebrio siempre cae al suelo de la diminuta sala, como un tapete de piel. Cenar entre charlas animadas y luego dormír todo lo que me sea posible antes de que mi pequeño trozo de luz se despierte.

Despertar y ver mi reflejó en el espejo, un demonio rubio. Con un corte distinto y algunas manchas en el rostro de lo que antes fueron cicatrices. Sonrisa blanca y piel beige, siempre fue un dolor de cabeza llevar los cuernos en su tamaño normal. Pero tampoco podia llevarlos como usualmente lo hacia.

¡One is never fully dressed without a smile!

Era muy temprano para cualquier alma pecadora, pero era mí costumbre salir a cazar algún animal como en mi tiempo en vida. Era el unico tiempo libre que tenía y al menos con esl me aseguraba de que siempre habría carne sobre la mesa.

Esta vez tuve mas cuidado, sobretodo con esos buitres de tres cabezas que últimamente rondan el bosque. Se reconocer a tus mascotas Lucifer. ¿O me diras que es tal tu obsesión que hostigas a todo pecador ciervo que habita en el anillo?.

Aun si este es solo un hombre de mil novecientos cincuenta, rubio, guionista, que caza y escucha rockabilly.

No voy a subestimarte, la unica vez que lo hice me costó todo por lo que trabajé. Pero tampoco bajaré la cabeza con sumisión, solo no debo salir de mí rutina diaria, debo fingir ignorancia ante los buitres y alejarlos con un para de disparos.

Luego de eso no regresan durante un par de dias, escribo esta carta como un repaso de mí actual vida, dejar algunos pensamientos y desearte lo peor Lucifer.

Espero en verdad no volver a verte.

-Alastor the Radio Demon-



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•Notas del autor con la percepción de la realidad bien alterada:

•Me ablandaron el corazón, eso es todo lo que diré.

Atte: Mr. Radio Demon

Cartas a LuciferWhere stories live. Discover now