Carta a Lucifer XXII

3K 362 64
                                    


Estimado Lucifer:

Muy pocas veces experimente el sentimiento de pánico puro, y aún más reducidas fueron las veces que lo expresé. Pero ahora no podía evitar entrar en un estado de alerta y terror al escuchar el sonido de la puerta principal, o los ladridos del sabueso en plena noche.

Me sentía patético, absurdo en todo aspecto...

Hoy se cumplen cinco meses desde mi huída del palacio, gran parte de mis heridas sanaron. Dejándo rastro las quemaduras y cicatrices que jamás van a desaparecer. El pasó del tiempo reafirmado por mi vientre ya algo notorio.

Intentar volver a mi antigua rutina, era tiempo perdido. La fatiga y los pies hinchados me mantenían en un estado de poca actividad. Incluso si indirectamente ayudaba en el hotel gracias a Husk, no era suficiente para lograr levantarme al amanecer y salir a caminar. O preparar el desayuno, menos aún cuando Ofelia se encargaba de la mayoría de tareas en la casa.

El clima seguía siendo el mismo, apenas unos rayos de luz roja se filtraban de entre las nubes de azufre y sulfúrico. Haciendo del clima bastante soso como para levantarme una más tarde.

Estiré la espalda una vez sentado en la cama, llevé una mano al rostro. El metal frío de la serpiente en mi anular me causo un escalofrío, jamás pude quitarlo. Si lo intentaba recibía una horrenda quemadura en la palma de la mano.

Algún día terminaría arrancando mi propio dedo para echarlo al retrete y jamás ver esa argolla de mal gusto, que ironicamente. Estuve orgulloso de llevar algún tiempo atrás.

Y aún a pesar de todo, me sentía liviano. Libre, me sentía cada vez más cerca del reflector. Del papel protagónico...

Y aunque cada que se habré la puerta principal, sea empujado a las sombras otra vez. Eso no evita que siga intentando, aún si entro en pánico y quiera romper en llanto. Aún si buscó inconscientemente lugares donde esconderme, Mimzy me rodea en un abrazo que intenta transmitirme una sensación de calma.

El terror de que seas tú quien atraviese esa puerta, y veas la debilidad en mí estado. Que en tú irá por mi escape no te importe acabar con todos en la casa, incluyendome.

Luego del llanto siempre viene una taza de té, me siento débil y cansado luego de tantas emociones de golpe. Sin hablar del estrés, que como Mimzy repite, le afectará al bebé.

Lograr que el líquido caliente de la taza se mantenga sin derramar es difícil, el temblor de mis manos no cesa. Y aunque Husk haga uno de sus nada apreciables y al mismo tiempo graciosos comentarios. No ayudan a calmar mi temor.

Deje la taza en la mesa de centro de la sala, cubriendo más algunas partes del cuello, el frío calaba hasta los huesos. Últimamente se me a hecho costumbre andar solo en pijama y bata, y es que ahora mí ropa ya no me es muy útil, mis pantalones no entran, las camisas y sacos tampoco.

En cambio, la pijama era todavía lo suficientemente floja y holgada, además de fresca, así que aún podía usarla aunque mí vientre creciera un poco más. Cómo había estado haciendo durante estos meses.

Mimzy a tratado de convencerme para informarle de mi ubicación a Rossie y saber si podía hacerme algunas prendas a la medida, como siempre había hecho, igualmente Husk. Insistiendo que la princesa no a parado de romperle las bolas para saber si él sabía algo de mí. Información que jamás daría a menos que yo lo ordenará.

La calma llegó poco después, la charla había sido un buen distractor. Relajado ante la presencia de caras confiables, sentía que no podías alcanzarme y volver a romperme...

Que ya no podría hacerme daño, como lo hiciste antes. Lucifer.

-Alastor T.R.D-

• • •

•Notas del autor privado de sueño y con la percepción de la realidad bien alterada:

•Hoy no hay notas, solo descansó. Así que no olviden tomar awita, cuidarse mucho y alimentarse sanamente. Chao.

Atte: Mr. Radio Demon

Cartas a LuciferWhere stories live. Discover now