Carta a Lucifer XV

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Querido Lucifer:

Tu llegada no trajo paz o sentimiento positivo a mí persona, algo que empeoró al sentir toda tu energía negativa, agresiva y amenazante. Dirigiéndose como avalancha hacía la habitación en la que guardaba reposó.

Entraste a la habitación a la fuerza, me miraste por unos segundos y luego a Ofelia. La diablilla bajo la cabeza, con reverencia y temor, le ordenaste salir. Y al ver que seguía plantada en su sitio sin intención de abandonarme, la tomaste brusco y la sacaste a la fuerza de la habitación. Cerraste con llave y te diste la vuelta hacia mí.

Para ese momento me encontraba con la espalda pegada al respaldo de la cama, ambos brazos apoyando el pesó. Preparado para salir aún si aún era débil.

Me gritaste con odió, me golpeaste de nuevo. ¿Que hice mal esta vez?. Tarde me dí cuenta a lo que te referías, una pequeña nota en tu mano, arrugada víctima de tu irá.

Tragué en seco, intenté excusarme. Pedir perdón y tratar de explicarte, intentando convencerte de que no era lo que parecía. Hiciste caso omiso a mis súplicas, intenté alejarme lo más posible de tí, mientras dejabas en claro que jamás me amaste como decías. Y al mismo tiempo que ahora era tuyo, solo tuyo. Y que no tenía ningún derecho a salir del palacio.

Acorralado contra la esquina de la habitación, con pavor baje la cabeza. Y aún así seguiste tus reclamos iracundos. El algún momento mencionaste que no importaba, que nadie podía ayudarme o siquiera considerarlo antes de seguir con se camino.

Que sí un día desaparecía nadie se molestaría en buscarme, la amenaza era clara. En algún punto estabas lo suficiente cerca, me tomaste de los cabellos con excesiva fuerza.

Hacerte frente fue inútil, una vez que tomaste mi cuello. Me arrastraste hasta la cama, las súplicas se convirtieron en gritos agonicos. Implorar piedad no fue suficiente, me tomaste a la fuerza de nuevo.

Una vez que decidiste que era suficiente, me lanzaste cerca de veinte billetes de diferentes denominaciones a la cama. Cómo una simple puta con la que puedes descargar tu irá, echo ovillo en la cama. Una burla considerando que no puedo salir de estás cuatro paredes. Solo escuchaba tu andar en la habitación hasta salir, me dejaste bajo llave y activaste los sellos contra cualquier tipo de magia.

Y todo para que no tuviera la oportunidad de escapar, me sentía tan sucio y asqueado de mí. Por no poder defenderme, por ser débil. Llorar siempre fue algo que considere inútil, una muestra de debilidades. Pero ahora no podía parar de hacerlo, mi sonrisa no era más que una mueca de dolor.

Abrazando fuertemente, las garras de mis manos enterradas en la carne cortandola. Comenzando a sangrar, el dolor de los golpes lo sentía insoportable. Respirar me costaba, el dolor en el tórax era intenso. Al igual que la zona baja, no me moví al escuchar la cerradura de la puerta.

La cual se abrió, dejando ver la figura de la diablilla. Al parecer, había forzado la cerradura para entrar. Una leve sonrisa rota surcó mis labios antes de colapsar, ella me ayudó a llegar al baño.

Me aferre al espejo de cuerpo completo ante la falta del taburete, apenas podía sostenerme por mi mismo. La diablilla preparaba con urgencia la bañera, alarmada al notar mi llanto silencioso. En el reflejo del espejo solo veía a un desconocido, alguien carente de carácter o identidad. Con marcas moradas y rojas por todo el cuerpo, uniéndose al festival de otras cicatrices más viejas. Bolsas grises en los ojos y sin sonrisa.

La idea de dejar de existir era demaciado tentadora, después de todo. En algo tenías razón, nadie me extrañaría o buscaría.

Aunque, sentía la necesidad de seguir, huir y olvidarme de toda esta pesadilla. Y otra parte simplemente se aferra a la idea de que vas a cambiar, que puedes cambiar.

Aún tenía la esperanza de que me ames como antes, como yo te amó a tí.

-Alastor T.R.D-



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•Nota del autor privado de sueño y con la percepción de la realidad bien alterada:

•Hoy no hay notas, solo terapia y un juguito para mimir por el resto de mí vida... Cuidense mucho, no olviden tomar awita, chao.

Atte: Mr. Radio Demon

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