Carta a Lucifer XXXIII

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Despreciable Lucifer:

Jamas tuve sueños tan vividos, o al menos. Mas de los que podia contar con los dedos, desde esconderme debajo de la vieja mesa escuchando gritos distorsionados de una voz masculina. Hasta los aullidos de los perros a mis espaldas, sueños que quedan grabados a fuego en mí mente.

Repitiéndose una y otra vez en bucle, mezclándose con los recuerdos. La apariencia de un cristal roto, fragmentos faltantes regados por el plano sin fin de la memoria. Imposible a estas alturas levantarlos. Porque una vez roto, el reflejo no será el mismo.

Reflejó...

¿Quién era?, ¿Donde estaba?, ¿A donde iba?. Un ectoplasma al aire, un pleonasmo dicho. Una figura entre muchas otras, un susurro al viento. ¿Él es Alastor? ¿El humano? ¿El pecador? ¿El Monarca?. Y el espejo roto crujió de nuevo, mas piezas cayeron. Pequeños recuerdos de un alguien, una vida, una muerte y una tortura.

Un reflejo en el espejo, una mujer morena. Un hombre sin rostro y finalmente él. ¿Era él?. Si, con esa sonrisa escalofriante, tan humana como demoníaca. Una deformación en el reflejo y era de nuevo Alastor, ya no era mas el hombre, era el demonio. Los cuernos de ciervo en su máximo esplendor.

Adoraba ese reflejo, aun mas si este cargaba con la corona sobre mí cabeza. Un dulce fruto rojo en mis manos, cálido y brillante, el impulso de llevarlo a mi pecho fue inevitable, incluso si aquella manzana ahora era un ser algo mas grande, algo mas pesado y con vida.

Una canción de cuna inundó la cacofonia del silencio, melodía mortal envuelta en una suave voz en eco blasfemo.

El sonido de cascos a la distancia, un aleteo fuzas. Como las alas de un canario regresando al nido, un suave toque y parezco reaccionar, como si mí cuerpo hubiera estado bajó aguas profundas. Todo a mi alrededor volvía a tener sonido y forma, incluso si el pánico invadió como veneno paralizante cada uno de mis pensamientos.

Las figuras tomaron mejor forma, incluso si no podia abrir los ojos completamente gracias a la pesadez del sedante, se me privó de encender la lámpara. Una mano que más parecían garras, uno par de ojos gatunos acompañados de un gruñido y alcohol etílico.

Sonreí al reconocerlo, tan amplio que seguramente partía mi rostro. Una pequeña cola capto mi atención por el rabillo del ojo, girar la vista y no llorar me costó el mundo. Fibras sensibles fueron aplastadas repentinamente, mi corazón dió un vuelco.

Ese par de cuernos los reconocería en cualquier sitio, las emociones se desbordaron tanto, puedo culpar por eso al embarazo. Recuerdo estrechar ese pequeño cuerpo entre mis brazos, como si fuera un ancla a la cruda realidad.

-Mi señor, me esta asfixiando.

Y tuve que soltarla antes de agregar un número mas a mí historial de víctimas...

-Alastor T.R.D-

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•Notas del autor con ganas de romperse la cabeza contra la pared, porque no quiere perder racha de publicación:

•No hay nada que decir, mas que tengo ganas de escribir una wea hot. Pero como me conozco sera mas cOnTextO  que otra cosa.

•Cuidense, los quiero. No olviden tomar awita y chao.

Atte: Mr. Radio Demon

Cartas a LuciferWhere stories live. Discover now