Carta a Lucifer XXVII

2.9K 339 256
                                    


Estimado Lucifer:

Los recuerdos de esa noche son algo borrosos, aún recuerdo oír el chasquido y crujir de las costillas siendo destrozadas. Los gritos de dolor y el olor a sangre, repulsivo a estás alturas. Un sudor frío bajo por mí espalda, hice el intento de contener las arcadas.

Rossie estaba siendo torturada y no podía hacer nada, temblaba más de impotencia que de miedo. Tampoco sabía dónde estaba Ofelia y de ser encontrada también sufriría el mismo destino.

Te escuché recorrer el primer piso, pasaste por la sala, muy lentamente. Luego la cosina y los cuartos de lavado y servicio, habitaciones de invitados y baño. El peso de tus botas hacía crujir la madera, algo que mis orejas lograban captar. Solo era cuestión de tiempo para que llegarás por fin a la habitación.

Escondido en el closet sin ninguna salida que no involucre encontrarte de frente, odiaba mi suerte. La luz que se colaba por las rendijas del closet, al menos ayudaba a ver mejor algunos objetos dentro. Contener las arcadas fue inútil, el mareo por el olor fuerte de la sangre. Me obligó a inclinarme tanto como mis seis meses de embarazo me lo permitían.

Respiré ondo, llevando una mano a la boca. No quería vomitar, sabía que sería contraproducente si quería mantenerme oculto. Apoyado en la pared, sentia el suelo moverse de un lado a otro, como en un barco, regresando a mí tiempo en New Orleans por un instante.

En mi propia revuelta contra las náuseas, no escuché cuando entraste a la habitación. Me congelé en mí sitio, apenas lograba verte por las rendijas de las puertas del closet, deje de respirar. Recorriste la habitación, tocaste algunas de mis pertenencias. Especialmente a la canasta con tejidos, tragué en seco. Te ví tomar el pequeño bonete tejido.

Volteaste a verme, o al menos, me dió la impresión. Soltaste la prenda dejándola en la canasta devuelta, tu mirada me afirmaba que no podías verme del todo. Retrocedi solo un paso, apoyado a la pared. Di un paso más atrás, el chasquido de la madera traicionera bajo mi zapato llamo rápidamente tú atención.

Alargaste tu sonrisa victorioso, en tu mirada la satisfacción de encontrarme. Un momento después, cambiaste tu expresión abriendo paso a una afligida y arrepentimiento.

Sabes mentir tan bien, Lucifer.

A pasos largos alcanzaste las puertas del closet, apenas alcancé las perillas e impedi que abrieras. Ambos frente a frente, a pesar de que las puertas se interpusieran.

Forzaste las perillas con fuerza y para no caer de frente tuve que soltarlas, aunque caí de espaldas contra las estanterías. Te mire, aterrado... Sin poder levantarme por el horrible dolor en las caderas.

Las lágrimas acumulándose violentamente en mis ojos, la respiración entrecortada. Estaba entrando en un ataque de pánico...

-Por fin te encontré, estaba tan preocupado... Mi amor, volvamos a casa, te prometo que e cambiado. Te amo tanto y por eso pido que me perdones, el yo de antes no volverá. Yo no puedo vivir sin tí... Te eché tanto de menos, perdóname por favor... Mi Alastor.

Suplicaste, el dolor y el profundo arrepentimiento en tu voz, te acercaste lentamente hacia mí. Congelado por el pánico, no pude moverme o evitar el abrazó. El terror me impedía moverme, huir.

En algún momento comenzaste a llorar, aún con mi cuerpo atrapado entre tus brazos.

Apenas pude mirarte...

Te moviste bruscamente y temí ser golpeado, pero al contrario. Tomaste mis manos, las besaste pidiendo una y otra vez perdón, como un viejo disco rayado en el tocadiscos.

En algún momento pude reaccionar, quitando mis manos de las tuyas. En un intento de alejarte lo más posible, logré levantarme. Atónito te quedaste arrodillado en el suelo, aún había lágrimas corriendo por tus mejillas.

A estas alturas no podrías convencerme de nada, no volveré contigo. Ya no Lucifer...

-Alastor T.R.D-

• • •

•Notas del autor privado de sueño y con la percepción de la realidad alterada:

•Hice un dibujo de Alastor, tipo. Planeaba publicarlo aparte, pero mi cerebro no tiene más tiempo de crear un apartado especial. Así que aquí está.

•Cuidense tomen awita y yo me despido, chao.

Atte: Mr. Radio Demon

Cartas a LuciferWhere stories live. Discover now