La princesa es una delincuente

Capitulo 2: Intercambio de papeles

Nunca... Nunca en su maldita vida volvería a caer en las garras de su hermana en cuanto a su maldito soborno. Era imperdonable y además de molesto, debería hacerlo para no hacerla sentir mal y la odiase. La quería, la quería como ninguna otra cosa en el mundo mas que a sus audífonos y teléfono celular. Para ella, el amor de su hermana era como si todo el cariño que le han dado su familia no hubiera sido suficiente y por ende, sobre protegerla era lo único que podía hacer para mantenerla feliz y a salvo de su mundo.

Ella lo sabía muy bien, el amor, cariño, confianza y la compañía de su hermana lo eran todo para Denis. Daniela ha sido la única persona en la tierra a quien solamente le saca una sonrisa boba, porque sabía que la quería como si nadie lo hubiese hecho. Por eso su mayor trabajo era sobre protegerla de su mundo y que nunca supiera de este, ya que, era muy peligroso y conflictivo donde la policía tenia que intervenir mucho en sus casos y que nunca pudiesen atraparla.

Pero la policía no buscaba a Denis D' Hibari, sino a "Kyoya"; un personaje completamente peligroso, con instinto de ser alguien carnívoro que le encantan las peleas por terrenos solamente por su diversión y pasar su noche completamente entretenida a escondida de sus padres.

A ellos, no les importaba, ni siquiera sabían que la joven se les escapaba por las noches vestida de negro completo, las botas, pantalones largos, blusa sin mangas con una larga chaqueta de prefecto (N/A: No se si se dice así, pero Chaqueta de prefecto son las chaquetas que utilizan los varones de las secundaria en japón) que se la había ganado en una exposición de anime hace un año. Nunca le gusto cortarse el cabello, lo hacía cuando las puntas estaban horribles y para cuando era la hora de las escapadas, se recogía el cabello con una cola de caballo y lo ataba de con una trenza, siendo amarrada en la punta con un lazo negro y siendo escondida por debajo de sus ropas para que no noten su largo cabello. Por último, se amarraba a mitad de su rostro un pañuelo negro para que sea completamente irreconocible y luchar con libertad sin que nadie pueda reconocerla.

A pesar que, Kyoya y Denis eran la misma persona, Denis sabía a quienes podía confiarle su identidad, y solamente esa identidad se la confiaba a su grupo de terreno "Los Vongola". Ella misma apodó a su grupo así, ya que, el nombre se le ocurrió después de haber leído uno de sus mangas favoritos, Katekyo Hitman Reborn, uno de los mejores mangas que ha leído en toda su jodida adolescencia. Denis, desde que tubo 13 años empezó a tener un adicción grave en cuanto escuchar música, leer mangas y ver anime. Simplemente era una dicción incurable a su persona y odiaba que le dijeran que "por lo menos, intenta dejarlos por un poco de tiempo no crees?" Definitivamente "golpearía hasta la muerte" a esas estúpidas amigas que tenía como compañeras de clase. Se veían a diario y ni ellas sabían en el otro lado en el cual Denis estaba metida.

Era gracioso, pero sabía que nadie puede involucrar a nadie a sus bajos mundos. Era una delincuente muy astuta que sabía como sobrevivir en un mundo donde solamente las peleas eran iguales como la "diversión". Simplemente para ella pelear por un terreno era como su hobby, aunque algunas veces por las noches se quedaba en casa cuando estaba cansada y de muy mal humor para salir a las calles por la noche.

Y ahí estaba, acostada en su enorme cama con una paleta de frambuesa en la boca. Era su sabor de dulces favorito además del chocolate. Estaba perdida en sus pensamientos mientras el ruido que le otorgaban sus audífonos negros con muchas letras y una "b" de color roja como la sangre de cada lado del aparato musical sin cable gracias al "Bluetooth"; que reproducía su canción favorita en japones "D-Tecnolife" de UVERworld. El Teléfono de color blanco de marca Samsung con protector negro con un crucifijo por detrás estaba cerca de la almohada donde descansaba su cabeza con sus "Beats Solo Studio" en la cabeza reproduciendo dicha canción en un idioma que ni siquiera entendía ni hablaba. Solo le gustaba la canción y nada mas.