La princesa es una delincuente

Capitulo 7: Primer día de clases (Conociéndonos)

El despertador que marcaba las 6:25 de la mañana empieza a sonar ruidosamente en aquella habitación fría por el aire acondicionado, haciendo incomodar a las dos personas que dormían profundamente bajo las colchas de ambas camas que estaban en medio de la habitación. Los cuerpos que descansaban empezaron a moverse con pereza y lentitud, mostrando el cansancio que mostraban. Hasta que, el cuerpo que dormía en la cama de la derecha, sacó su brazo de las sabanas para apagar el despertador. 

Luego, aquella persona empezó a levantarse hasta quedar sentada. Siendo esta Sofía, que se veía peor que un mapache rabioso cuando le roban su comida. Y es que, el pelo despeinado, la pijama desarreglada y la mala cara de haber despertado la hacían ver peor que un mapache... (sin ofender al animal para que no me aruñe :v ) Y es que no quería levantarse, ni mucho menos mover su pobre cuerpo de la cómoda cama para ir a ducharse, cambiarse e ir a recibir clases. Que maldición, y para colmo tocaba matemáticas.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio a su compañera de habitación levantarse como si le valiera verga la vida y adentrarse al baño sin dirigir la mirada a su persona. Era normal de su jefa cuando le arruinaban el sueño, debía acostumbrarse a ello. Además de que no convivía con su jefa por mucho tiempo, solamente cuando se necesitaba que el grupo Vongola estuviera completamente presente para una situación de emergencia, lo cual eran muy pocas veces cuando su jefa mandaba a llamar a los 3 grupos para discutir temas de importancia. Miro la puerta por donde la silueta de su jefa se había desaparecido con un poco de tristeza por lo ocurrido pero suspiro resignada. 

Se puso de pie con pereza buscando sus pantuflas para no caminar entre el piso frió, y al encontrarlas se las pone y se termina de salir de su cama para pararse con lentitud y muy poco equilibrio. Ya de pie, se dirige a su closet y saca su uniforme y el de su jefa, para dejarlo encima de los sillones que estaban alrededor de la mesa de trabajo de aquella habitación. Encendió el televisor en el canal de noticias nacionales de Italia y encendió las luces. Sintió el frió del aire acondicionado y subió la temperatura para que no termine congelada al instante. Entonces miró una cafetera que estaba del lado izquierdo del plasma, y pensó: "AL BOSS LE GUSTA EL CAFÉ POR LA MAÑANA". Se dirigió a la cafetera y miró que el material para hacerlo estaba ahí, así que se dispuso a hacerlo. 

Al los 5 minutos después, miró a su jefa salir del baño con ropa interior limpia puesta y con una pequeña toalla en cara mientras se la secaba de manera suave y lenta. Cuando se la retiró miró a su subordinada sirviendo una taza con un liquido muy conocido para su persona: Café. Sonrió tranquilamente y se acercó a su subordinada quien endulzaba su taza con el líquido oscuro con un fuerte olor que "ilumina sus mañanas".

-Buenos días Sofía....

-Buenos días Boss... -Saludó la joven con una sonrisa. 

-Ese café huele delicioso... Veo que sabes mis gustos....

-Es mi deber como su subordinada y ahora compañera de habitación Boss... -Dijo la chica con una enorme sonrisa, cosa que, a la joven le pareció muy tierno su rostro.

-No te lo tomes tan a pecho... Termina tu café rápido y te duchas... No quiero llegar tarde al primer día de clases -Dije con una corta sonrisa.

-A sus ordenes Boss.... 

La peli-azul sonrió con un poco de dulzura por esa expresión. Sofía era una replica de su hermana menor, solo que no tiene mente de ser manipuladora. Alguien pura y amable, con muchas ganas de vivir y ser feliz, obviando su lado de delincuente peligrosa y asesina. Podía decir que ella era su hermana menor en otra versión.

Cuando la menor terminó con su café, rápidamente se entró al baño para poder ducharse, mientras que Denis, se fue a preparar. Poniéndose el uniforme correctamente, mientras de la gaveta sacaba la peluca y la empezaba a peinar con los dedos de manera suave, sin arruinarlo y teniendo mucho cuidado para empezar a ponérselo. Ya puesta la peluca, empieza a maquillarse con lentitud para no tener un accidente y arruinarlo. Suspiró, no es que sea tan buena maquillándose pero no podía negar, se veía bien y era increíblemente igual a la menor, no lo negaba; simplemente era idéntica a ella.