La princesa es una delincuente

Capitulo 4,3: El surgimiento del grupo Vonogla

Aún faltaban dos horas para llegar. ya había terminado de comer el almuerzo, y de postre me acaban de dar una ensalada de frutas bañadas en miel. Aún la sigo comiendo con lentitud, disfrutando sus diversos sabores ligados con el dulce sabor de la miel de abejas. Un manjar exquisito para una dieta saludable. Estaba muy encantada del postre y concentrada en oír mis canciones que aún reproducían mi celular y se escuchaban con mis beats.

Cuando de repente empezó a reproducirse una de mis canciones que me llenaban de recuerdos, recuerdos un poco duros, difíciles e inolvidables que recordaba a la perfección. Pero, esa canción que los recuerdos llegaban a mi mente de manera rápida y sin olvidar detalles. Aunque la canción era en japones y no entendía ni pura mierda de lo que decida (que la entendí luego de leer el subtitulo de las letras) llegaron a mi mente uno de los recuerdos inolvidables para mi...

Los recuerdos de como surgió el grupo de delincuentes Vongola....

Flash Back....

Luego de lo ocurrido, nadie encontró a los responsables de la gran explosión donde solo quedaron cenizas. Cenizas de un lugar que en donde me atendieron con mucho cariño, hospitalidad que nunca pude agradecerles de manera amable, me trataban de manera amable y comprensiva, pero todo era una falsa... Una maldita farsa de sus verdaderas intenciones con una mocosa que se convirtió en delincuente sin saber de las consecuencias de tan solo 16 años de edad recién cumplidos.

Pero esos cuidados tan "especiales" tenían un muy mal y horrendo destino para mi. El infierno que un futuro alterno sufriría era de perder la virginidad con un viejo de mierda de la mafia con una edad aproximándose día a día a los 69 años de edad; y para colmo de mi mala suerte también sería la puta de algunos de sus subordinados y jefes de familias aliadas a la del viejo que me compró llamado Tony Trujillo.

Yo ya no le hallaba caso a mi vida con un destino tan horrendo como el que me esperaba en cuanto me recuperaba de mi estado de debilidad por un uso excesivo de drogas cada 3 días, debilidad por no alimentarme bien y por mala higiene al estar encerrada en una habitación donde el agua sucia de las alcantarillas, ratas y no sé cuantas cochinadas me hacían compañía en aquella habitación. Mi vida era para mí una mierda desde que mis padres se preocupaban mas por mi hermana menor y me trataban como una "mocosa adoptada", nunca consideraban mis buenas acciones y dejé de ser una niña buena por la falta de amor que no me daba mi familia y opté por una horrenda personalidad, fría, poco informativa y no ser muy sociable. Odiaba las multitudes y me gustaba estar sola. De vez en cuando conversaba con la gente y me era aveces difícil conseguir amigos, pero muy sencillo conseguir admiradores solamente por mi belleza que la consideraba "algo más" de mi ser. Eso a mi me importaba un comino...

Pero mi horrible destino... Cambió rotundamente...

Aquel día que me fui a duchar, recuerdo que en mi cama estaba un gran regalo dentro de una caja de color negro con un listón blanco, encontrando un uniforme adecuado para escapar, un cinturón y lo mas importante para mí.... Un par de tonfas de metal bien pulidas y brillantes, esperando con ansias que golpee a una familia mafiosa completa y a miles de delincuentes mas. Recuerdo como todo cambió para mi ser al tener esas tonfas en manos, tenía un instinto asesino con una gran sed de sangre.

Y todo ocurrió. Los maté a todos con las tonfas "Golpeándolos hasta la muerte" de una manera animal y sobrehumana. Nunca me dejé tocar ni un pelo de ellos, los golpeaba y para dejarlos bien muertos los lanzaba por las ventanas del segundo piso que estaba constituido de muchas puertas, ventanas y la enorme escalera a quienes lancé a 3 de las sirvientas que fueron a atacarme. Descuarticé a una de ellas por intentar llamar al viejo y la ahorqué con una sonrisa psicópata con el cable del teléfono y luego de matarla la golpeaba sin piedad.