Ayla Walker pasó de ser una simple fan de la formula 1, que sólo fue a una carrera gracias a un concurso, a ser la nueva novia de Charles Leclerc, piloto estrella de la escudería Ferrari
Como ocurrió eso? Ni ella lo sabe
-Debes fingir ser su novia...
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Llevaba 1 hora y media esperando en el lobby a mi "novio" impuntual. Acordamos vernos a las 9 abajo y nada que aparecía, lo llamé varias veces pero las llamadas iban a buzón y después ni siquiera daban tono, ya me dolían los tobillos de estar parada y ni hablar del frío que hacía esta noche, quizás debí aceptar la chaqueta que Layla quería que me pusiera para tapar el top negro que me escogió.
-Ayla?- una voz a mis espaldas me sacó de mis pensamientos y me giré encontrándome con alguien mejor que la compañía Charles en ese parque.
-Carlos, hola- hablé nerviosa conteniendo mis ganas de lanzarme a él- que haces por acá?- pregunté ya que como estábamos en España, su hogar, él se quedaba en su casa.
-Pues Charles me pidió un extraño favor, así que vine por ti- soltó y yo no entendía que trataba de decir esté bombón.
-Como así? Yo saldría con Charles hoy al parque- hablé nerviosa al notarlo tan cerca.
-Si por eso, dice que no podrán salir porque le salió algo, pensé que ya había hablado contigo- asentí lentamente entendiendo la situación, el imbecil de Charles me había dejado plantada.
-Bueno... y qué haremos?- aunque salir con Carlos era un sueño, saber que Charles no salió conmigo seguro por Alexandra me daba cierta molestia en una parte de mi.
Te gusta Charles
No, simplemente odio que no me cumplan, así he sido siempre, si.
-Que te parece ir por unos tacos a un lugar que conozco?- asentí emocionada.
-Era lo que más comía en Miami cuando inicié la universidad, pero los dejé porque mi hermana decía que me iba a parecer ballena si seguía en esa dieta- reí recordando a Layla trayéndome ensaladas cuando yo quería tacos.
-Tu hermana es... interesante- dijo el español riendo- en el desayuno quiso saber mi tipo de sangre, me dió miedo- solté una carcajada negando.
-Ella es así, pero tranquilo es inofensiva- le respondí estando ya frente a su lujoso auto, claramente un Ferrari.
-No creas que quiero alardear, sólo que en el contrato está usar solo autos Ferrari- dijo al verme ojear el carro con cierto asombro.
-Tranquilo, pero yo si alardearía, es increíble- el rió y me abrió la puerta, por que no me pusieron a fingir con él? No fuera hecho esfuerzo alguno en fingir nada.
El lugar del que me habló eran tan lindo, no tenía lujos innecesarios ni había prensa en todos lados, era un lugar privado, agradable, como me gusta.
-No es un restaurante carísimo pero me gusta, me siento en paz, sin tener que aparentar nada- sonreí con un suspiro ante su confesión, este era el hombre perfecto, pero me incorporé rápidamente ya que según él yo soy novia de su amigo, así que debo comportarme como tal.
