Capitulo 10

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Perdidos en Monaco

-Bien, yo iré con Layla a comprar algo- dijo Pascale tomando a mi hermana de la mano y tanto Charles como yo las vimos extrañados- ustedes busquen un restaurante para comer y vamos luego- nos sonrió y asentimos en respuesta

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-Bien, yo iré con Layla a comprar algo- dijo Pascale tomando a mi hermana de la mano y tanto Charles como yo las vimos extrañados- ustedes busquen un restaurante para comer y vamos luego- nos sonrió y asentimos en respuesta.

-Que quieres comer?- preguntó Charles antes de que su madre se alejara.

-Vayan al Cherie, donde te llevaba a ti y a Arthur de pequeños- el asintió con una sonrisa y ambas rubias desaparecieron de nuestra vista.

-Tu mamá es encantadora- le dije al castaño mientras lo seguía por un camino empedrado, él asintió con una sonrisa- lastima que tu no saliste a ella- la borró de inmediato.

-Estás graciosa hoy- dijo molesto, desde que salimos del circuito estaba así, no entendía su humor.

-Es la verdad- reí y sólo sonrió levemente- que te pasa que andas de cara larga- pregunté mientras cruzábamos a otra calle.

-No es de tu incumbencia- respondió borde.

-Decidiste volver a ser idiota?- ya me estaba inquietando.

-Cuando dejé de serlo- dijo sin más.

-Eres un imbecil- solté

-Y tu una niñata- respondió

-No eres tantos años mayor idiota- que se cree este? Que me tratara como quiera cuando quiera? No

-Sigues siendo una niñata- volvió a doblar a la derecha y lo seguí, cada vez se ponía mas oscuro el lugar.

-Donde estamos?- pregunté al no ver a nadie a nuestro alrededor- me trajiste acá para matarme?

-Ya quisieras- respondió volteando los ojos- no recuerdo el camino y tú con tus reclamos no me dejan concentrarme- volteó a verme.

Levanté mis hombros en inocencia y sólo me digné a seguirlo en silencio, cada vez nos perdíamos más, ya estábamos en un lugar sin luz alguna, sólo sonidos de aves y árboles alrededor, la teoría de que me traería a matarme estaba volviendo a mi mente.

-Charles- le llamé

-Que- respondió algo frustrado.

-Estamos perdidos?- tenía miedo de la respuesta.

Desde chica quise venir a Monaco, recorrer sus calles, probar su comida, pero en definitiva no estás calles en especifico, daban terror.

-Si Ayla- dijo rendido con un suspiro- lo estamos- se detuvo a ver a su alrededor en busca de algo conocido para él.

-Es que serás bobo- dije en español y me miró mal- no se supone que naciste aquí, como te pierdes en el hogar de toda tu vida- grité y me miró aturdido.

Fingiendo no amarte • Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora