5.

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El olor a café siempre fue uno de los favoritos de Satoru. Como doctor, sabía que consumir cantidades industriales de café era malo, pero no podía ignorar su antojo por café cada vez que pasaba por cualquier cafetería.

A Suguru no le gustaba para nada el café, creía que el té, aparte de ser más saludable, sabía mucho mejor. Su té favorito era el de orégano.

La Cornelia Street era un poco aburrida para ambos, pero habían abierto una cafetería y ahora que Satoru tenía turno en la noche, podía tomar la tarde para perder el tiempo con Suguru mientras Umiko estaba en la escuela.

— ¿Entonces, qué vas a ordenar? — preguntó Satoru sin apartar la vista del menú.

— No lo sé, no suelo ir a cafeterías. — dijo dejando el menú en la mesa y dirigiendo su mirada al hombre de ojos azules. — ¿Qué me recomiendas?

— El café con leche que llevaron a la mesa de al lado se ve muy rico. — Suguru hizo una mueca.

— Meh, no soy amante al café. — Satoru lo miró como si acabara de herirlo.

— Yo lo amo con mi vida. — Suguru curvó una sonrisa.

— Satoru... — el mencionado miró a Suguru un poco curioso. Parecía como si quisiera decirle algo más allá de lo común.

— ¿Qué pasa? — Suguru ladeó un poco su cabeza.

— ¿Eres bisexual? — Satoru lo miró con los ojos muy abiertos.

— ¿Eh? — Suguru hizo una mueca.

— No debí preguntar. — dijo devolviendo la vista al menú.

— No, no, o sea... — Satoru aclaró su garganta. — En realidad, no soy bisexual. — Suguru no levantó la mirada, solo lo ignoró, aunque no iba a negar que era un poco decepcionante lo que acababa de escuchar.

— Creo que pediré una malteada. — dijo el pelinegro como si no estuviesen hablando de nada más.

— Soy gay. — el pelinegro levantó la mirada un poco incrédulo.

Satoru sonrió un poco intentando descifrar si la mirada de Suguru era de asombro porque no se lo esperaba o asombro porque era homofóbico y ahora odiaría a Satoru.

— ¿Qué pasa? — preguntó Satoru al ver que Suguru no decía nada.

— Nada, solo... vi la bandera en tu casa. — Satoru rodó los ojos sonriendo.

— Es súper vieja y solo la conservo porque fue la primera bandera que compré. — Suguru asintió lentamente. — Tenía 15, estaba confundido y creía que era bisexual. — Suguru lo miró curioso.

— ¿A qué edad te aclaraste? — Satoru comenzó a pensar.

— ¿20, tal vez? — Suguru asintió en respuesta.

— Entiendo. ¿Y cómo fue? — Satoru se cruzó de brazos mirando hacia la nada para poder recordar.

— ¿Horrible? — Suguru sonrió. — Digo, no intentó ofender a los que somos parte de esto, pero... fue muy duro.

— Me imagino.

— Tenía una novia. — Suguru lo miró levantando ambas cejas un poco asombrado. — Entré a la universidad a los 18 y de una vez conocí a esa chica. Pasaron un par de meses y nos hicimos novios.

Un chico delgado, alto y con cabello ondulado se acercó a la mesa. Era el mesero de la cafeteria y llegó a preguntar si querían ordenar algo, pero como aún no habían decidido, volvió a irse para darles un poco más de tiempo.

Cornelia Street. [SatoSugu]Onde histórias criam vida. Descubra agora