Capítulo 6

890 71 6
                                    

Liam caminó a lado de Louis, despacio y cohibido por igual al salir de la habitación. El rubio, por su lado, fue adelante apenas dieron un paso fuera a lado de la mujer beta a quien terminó por sacarle alguna plática como si se conocieran de toda la vida.

Así parecía ser Michael. Un omega confianzudo e indiferente. Louis presentía los problemas al estar a lado de él, pero sin duda alguna, desde el primer momento que le conoció, si le hubieran dado la opción de elegir su compañero de desgracia, en absoluto hubiese elegido a Michael una y otra vez. Ese omega hacía que la situación horrible por la que estaban pasando, no fuese tan horrible en realidad.

Louis suspiró y se pegó un poco más a Liam, esperando un poco cuando llegaron a las escaleras de mármol por las que antes habían subido y así dejar unos escalones de distancia entre aquella mujer y ellos.

Liam volteó a verle curioso, Louis se acercó con disimulo hasta su oído—. ¿Cómo ves el panorama? —le susurró—. ¿Sería arriesgado escapar?

El jovencito se apartó de él como si tuviese alguna peste, frunciéndole el ceño como si de verdad le confundiera lo que había dicho.

Es decir, les habían secuestrado, era obvio que todos querían encontrar una manera para irse de allí. ¿Verdad?

—¿Qué? —Louis espetó por lo bajo.

Liam negó, comenzando a bajar más de prisa los escalones. Louis por supuesto, fue detrás de él—. Es arriesgado el siquiera pensar en eso. Si lo intentas estarás muerto, Louis.

Louis contuvo un resoplido, volvió a ir cerca de Liam.

—¿Entonces tu plan es sólo cruzarte de brazos y esperar que te suceda cualquier cosa bajo el techo de estos locos?

El castaño volteó a verlo, con ojos fulminantes y labios fruncidos. Louis no necesitaba escuchar la respuesta, pero Liam la dejó salir con simpleza—. Sí.

—Oh genial. —rodó los ojos y siguió su camino apartándose por fin de Liam. Seguramente lo que tenía en mente era para hablarse con alguien como Michael, aunque tampoco estuviera muy cuerdo.

Pero el ojimiel le tomó el brazo y de nuevo le hizo esperar—. No podemos hacer nada más. Sé que no lo entiendes pero...

—Cállate ya. —se sacudió el agarré de Liam y le miró mal—. Ni siquiera sé porqué te lo mencioné a ti en primer lugar. Estás igual de loco que esos alfas idiotas con todas esas cosas absurdas de la estúpida luna y todo lo demás.

—Pero es que-

Louis negó, apresurando sus pasos—. Ya déjame en paz.

Tomó un respiro hondo y caminó a dos pasos de distancia de Michael, quien volteó a verle con una sonrisa que parecía ser fingida y le guiñó un ojo. No necesitó sus palabras, lo entendió todo. La repentina confianza con la beta, las risas que parecía estarle regalando... Las llaves de esa mujer sonando en la pequeña bolsa delantera de su delantal. Ese omega rubio era más inteligente de lo que aparentaba.

Louis bajó la vista y simplemente siguió dando pasos. Estaba de más observar el alrededor, sólo iba a encontrarse con aquellas finas decoraciones de porcelana encima de los muebles, aquellos costosos cuadros en las paredes y la calidez siniestra de aquellas lámparas que dejaban caer encima de ellos una luz clara y suave.

Chocó contra la espalda de Michael, quién volteó a verle con extrañeza. Luego se dio cuenta de que todos se habían detenido delante de una puerta. La beta buscó en el bolsillo de su delantal y sacó aquel manojo de llaves, buscando alguna entre tantas.

Louis miró a Michael con ojos grandes, sus manos picaban por tomar aquel manojo y correr lejos. Intentar algo. Pero cuando su último impulso estaba por apoderarse de su cuerpo, el rubio colocó ambas manos suyas encima de las de Louis que estaban entrelazadas al frente.

Luna de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora