Capítulo 33

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Louis observaba la nieve caer a la distancia encima de la copa de los árboles de ese bosque que algún día atravesó corriendo de la mano de Michael, y por el que en la noche anterior docenas de jóvenes habían corrido en dirección a la libertad con un poco de su ayuda.

Trataba de tomar detalle de los bonitos copos cayendo para guardarlos en su memoria y así mantenerlos como un bello recuerdo hasta la próxima temporada de invierno. Estaban a finales de febrero, la nieve a punto de desaparecer.

Había sido bastante cuidadoso, la noche anterior. Se había movido por puntos ciegos en la enorme mansión en donde ni cámaras ni guardias hubiesen podido verlos y guió a los chicos hasta los jardines traseros, dónde cada uno imitó lo que alguna vez Michael y él hicieron. Treparon las enredaderas del muro, saltaron y luego, Louis esperaba, corrieron lejos, muy lejos. Confiaba en que cada uno encontraría su camino a casa, porque el instinto de supervivencia en situaciones así siempre era intenso.

Repasar todo lo que había hecho la noche anterior en su memoria lo hacía ver cómo una situación que había sido fácil, insignificante y pequeña. Pero no, pues nunca había sentido tanta presión en su vida. Había estado asustado, nervioso y alerta porque una y mil cosas podían salir mal. Tuvo que lidiar con los latidos rápidos de su corazón y la falta de aire por el pánico. Realmente había sido muy difícil pero solo había tenido que ver el rostro de aquellas inocentes y vulnerables personas para llenarse de valor y estar dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia ante ello. El miedo en aquel sótano le dio fuerzas, lo convirtió en su versión más valiente, y entonces, lleno de perseverancia y confiando en sí mismo, guió a esos jóvenes en dirección a la libertad.

Por lo menos ahora su conciencia estaba tranquila. Había hecho lo que estuvo en sus manos y bueno, después de volver a la cama con Harry esa noche había logrado conciliar una espléndida madrugada de sueño tranquilo. Su alfa ni siquiera había notado que no estuvo ahí durante un largo, largo rato.

Pero pasaban las doce del día y Harry no había vuelto a la habitación como solía hacer cada día desde que Louis podía recordar y eso solo significaban problemas, más específicamente, problemas con los omegas que había liberado. Louis realmente no podía estar mucho menos preocupado, ¿por qué lo estaría? Ante los ojos de los demás, él no tenía nada que ver en lo que a esos omegas respectaba.

Habían tomado el desayuno todos juntos como solían hacer en el comedor y luego cada uno se había dispersado en sus labores. Los alfas volvieron a su oficina, Michael se había quedado en la cocina con Aeve y Louis había subido de vuelta a la habitación como normalmente haría. No había motivo para actuar extraño.

Tenía que agregar que el ambiente en la mansión era extraño. Zayn lucía un gesto preocupado y nervioso todo el tiempo, y Louis le observaba por largos ratos, tratando de averiguar si Zayn se merecía estar pasando por todo eso luego de hacer sufrir a Liam.

Al final, se convencía otra vez de que sí. Zayn lo merecía, cada preocupación y cada noche sin sueño en completo martirio la merecía. Porque le había quitado a Liam la oportunidad de ser feliz con su verdadero alfa, le había hecho llorar, sufrir, rogar y sentirse miserable.

Despertar cada día sabiendo que posiblemente iba a morir pronto, era lo que merecía. Y Louis no podía sentir algo más que satisfacción al respecto. Él había cumplido lo que prometió, ayudó a Liam a irse, no había marcha atrás y jamás se arrepentiría de esa decisión.

Hizo un suave gesto y suspiró, abrazándose con suavidad a sí mismo.

Estaba un poco preocupado por Liam, si podía ser honesto. El chico había prometido llamar y no lo había hecho, no tenía ni una sola noticia de él, y comenzaba a desesperarse un poco. Había intentado contactarlo al teléfono que él mismo le dio, pero nunca daba línea. Quería creer que Liam era inteligente y precavido, que había decidido cortar todo tipo de comunicación con él porque después de todo, Louis seguía formando parte de ese ambiente del que Liam había decidido huir. No lo culpaba si era así, porque sin duda, era lo mejor que Liam podía hacer. Olvidar el pasado y seguir adelante.

Luna de Sangre Where stories live. Discover now