Capítulo 31

394 34 3
                                    

Louis no estaba escuchando. Su corazón latía con furia y sus oídos pitaban. Sus manos temblaban y sus labios se apretaban con fuerza.

Pero lo había prometido.

Había prometido ayudar a Liam a ir a casa.

Luego de una larga espera, luego de la isla, de volver y de esperar un par de semanas para que no fuese demasiado evidente, finalmente ambos estaban ahí, Liam y él, ejecutando el plan que no consideraban perfecto, pero sí adecuado. No iban a tener otra oportunidad.

—Louis quizás... —Liam intentó decir, el mayor encontró sus ojos dulces y negó.

—Sh, está bien. —murmuró—. No hables.

—Louis, ellos van a lastimarte si se enteran sobre esto... No debimos- No debiste, en serio.

—Liam —Louis le ajustó la capucha de la sudadera oscura que le había puesto segundos atrás, sujetándolo por los hombros después para mirarle fijamente a los ojos—. Solo prométeme que vas a correr muy rápido y que vas a esconderte donde ni siquiera la Luna te pueda encontrar.

El joven castaño le dio una sonrisa triste, suspirando—. Nadie puede esconderse de la Luna, Louis.

—Pues tú lo harás, no me importa cómo. No vayas a casa ni con tu familia, ahí es donde van a buscarte primero. Ve a un lugar donde nadie esperaría que vayas —Louis le miró con intensidad—. Promételo, Liam. Promete que vas a esconderte bien.

El joven le miró durante unos segundos, luego asintió.

—Te lo prometo, Louis.

El mayor pareció conforme entonces y tragó suavemente saliva. Atrajó al joven ojos miel en un abrazo y presionó su cabeza contra su pecho cubriéndolo con su mano, luego suspiró.

—Vas a estar bien, Li —le dijo—. Vas a tener una buena vida, vas a encontrar a un buen alfa y todo lo que has soñado lo vas a tener, porque eres bueno, eres inteligente y eres increíble.

Liam suspiró con suavidad, sonriendo con pesar mientras disfrutaba del cariño honesto que le era entregado.

—Gracias.

Louis se negó a echar las lágrimas fuera, así que parpadeó con efusividad y se apartó del chico, pasándole entonces un bolso pequeño—. Dinero, un móvil nuevo y un número al que me puedes llamar. —le dijo—. No después de las diez y no antes de las ocho, Harry está conmigo en ese horario, ¿entendido?

El omega menor lo tomó, mirando el bolso durante unos segundos antes de simplemente asentir.

—De acuerdo.

—De verdad, llámame —Louis advirtió, abrazándolo una vez más—. En cuanto puedas.

—Lo haré.

—Anda, vete ya. Recuerda, apenas salgas del centro comercial, corre sin detenerte a mirar atrás. Renta un taxi, sal de la ciudad. Vete muy lejos. ¿Entendido?

El castaño asintió—. Entendido.

Tras una mirada larga y nerviosa, Louis asintió. Acomodó el cabello de Liam y se acercó para darle un último abrazo.

—Está bien —besó su mejilla y finalmente se apartó—. Iré a mirar.

Louis se asomó por la puerta del baño en el que se encontraban, ambos guardaespaldas que les acompañaban en su "día de compras" estaban subiendo de vuelta por las escaleras eléctricas. Louis les había pedido amablemente que fuesen a subir todas las compras que Liam y él habían hecho a lo largo del día, diciendo que aprovecharían para ir al baño. Aunque al principio ambos guardaespaldas se negaron diciendo que podían cargar con todo de un lado a otro, con el objetivo de no dejarles solos sin seguridad -como Harry había estrictamente pedido-, al final obedecieron, pues la segunda vez que Louis lo repitió sonó como una órden.

Luna de Sangre Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ