VI

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¡Golpea! – gritó enfurecido un hombre mayor que sostenía dos grandes manoplas en cada palma, este resistiendo sin mucho esfuerzo los golpes repetitivos y desorganizados que eran lanzados contra él y los cuales ni lograban hacerlo retroceder al estar el causante de estos demasiado exhausto – ¡Golpea más fuerte, maldición! ¿O acaso te gustaría seguir siendo el chiquillo delicado del barrio, Jungkook? ¡el que siempre debe ser socorrido como un doncel en peligro!

– ¡No!

Respondió el susodicho con furor, sin darse cuenta rasgándose las cuerdas vocales ante el grito descomunal que emitió del más puro enojo posible, con ello sus movimientos aumentando en solidez y firmeza, ahora sí, logrando que el hombre abriera pasmado ambos ojos ante el retroceso de sus pies con unos cuantos pasos, y muy a diferencia de antes, ahora sí viéndose obligado a poner resistencia en sus plantas utilizándolas como palancas contra el duro suelo.

Y era sorprendente...

Meramente sorprendente

Gongyoo sonriendo de lado con el orgullo y la felicidad a tope, mientras que la adrenalina crecía en su interior de forma burbujeante, ello motivándolo de forma inexplicable para alentar con mayor furor al muchacho de tan solo catorce años frente a él, no obstante, que lo motivara no significaría que pasaría por alto el corregirle tanto la postura como algunos golpes torcidos que conllevarían posiblemente a una posible fractura si se estrellaban en un lugar que no debían.

Debía hacerlo enojar

Jungkook aumentaba su fuerza bruta al verse tentado su temperamento.

No por nada es su hijo...

– ¡¿No?! Pero si tan solo eres un simple omega, Jungkook. ¡Un omega! ¿Qué más puedes hacer tú que esperar sentado a que te rescaten? ¡¿Dime qué demonios se puede esperar de un omega como tú?!

Arremetió con odio el hombre respondiendo los ataques que su menor otorgaba, lamentablemente este no previno que aquello último espetado lograra causar que el menor flaqueara afectado por lo escuchado, sus hermosos ojos coloreándose ante el creciente llanto en él que prontamente originaría un diluvió, como consecuencia, y no tal como se esperaba en realidad, produciendo que sus golpes perdieran agresividad y firmeza ante el próximo llanto que se mostró hacía su padre, el cual sintió como su corazón se encogió, pero no retrocedería, no podía, así que se mantuvo firme y mordiendo los laterales del interior de su boca siguiendo con el entrenamiento.

– ¿¡Qué!? ¿Vas a llorar? No puedo creerlo, Jungkook. Tan solo reafirmas mi teoría de lo inservibles que pueden llegar a ser los omeg...

¡Cállate!

Interrumpió ya harto el menor, su quijada marcándose para que de forma conjunta sus falanges afirmaran de manera descomunal el agarre en la cuerina de los guantes que cubrían sus palmas, a este ante el enojo llegándosele a olvidar quien precisamente en esta ocasión era su contrincante, y llego a ser innato que su puño derecho cambiará de dirección para terminar estrellándose en la boca del estómago del hombre frente a él, mismo que no pudo reaccionar a tiempo para impedir aquel arremeter en su contra, por ende no quedándole más de otra que recibirlo perdiendo por completo el oxígeno cayendo de espaldas contra el duro pavimento bajo él.

Joder, sí que dolía

El alfa quitándose con apuro las manoplas de entre sus manos llevando su diestra, ya descubierta, a masajear la zona afectada con sus facciones deformadas y tensas al estar intentando menguar el fuerte dolor que poco a poco iba creciendo en intensidad, sin embargo y para su sorpresa, dejando aquella acción en el olvido cuando un pequeño cuerpo con cabellera revoltosa se lanzó sobre él y oculto su bonito rostro en la curvatura de su cuello. Gongyoo demorando unos cuantos segundos en procesar todo lo que estaba sucediendo, más aún cuando fue oyente del tenue llanto que emitía su hijo mayor.

BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & JJKWhere stories live. Discover now