XI

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Cinco años atrás:

¡¿Dónde está mi hijo?! – gritó enfurecido un hombre de cabellos azabaches y semblante tenso hacía el otro alfa de menor estatura, el cual se suponía que en estos precisos momentos debería estar velando con su vida por la seguridad de un singular individuo – Te hice una pregunta, Wang, ¡¿dónde demonios está mi hijo?!

Estaba a nada de perder la cordura

– Todo sucedió muy rápido, jefe – se justificó con rapidez el sujeto que portaba una vestimenta sucia y con graves heridas por todo su cuerpo, su titubeante voz logrando causar molestia al de más alto rango – Estábamos de camino con el joven amo cuando un coche nos interceptó... en segundos ya teníamos a ocho hombres forcejeando las puertas, me obligaron a salir del vehículo y dejar sin un cuidado presente al joven... le juro... le juro con mi vida que intente volver por él, mostré resistencia, pero me acorralaron y golpearon en grupo... Lo último que pude ver antes de caer en la inconsciencia fue como se llevaban a rastras al joven am...

No otorgándole tan siquiera la oportunidad de llegar a la finalización del relato con la versión de los hechos, lo siguiente que tuvo que padecer Wang fue como su cuerpo fue nuevamente golpeado con tanta brutalidad por su jefe, quien se encontraba desahogando toda la ira reprimida en su sistema, terminando por estampar la cabeza contraria contra la dureza de la pared más cercana empuñando su palma dominante por toda la extensión de aquel cuello al desear arrebatarle la vida.

– Te confíe su seguridad... ¡Te la confíe! – rugió enfurecido Gongyoo, el dolor que estaba sintiendo ante aquella desgarradora noticia como padre consumiéndolo como la peor tortura existente y que jamás nadie, mucho menos él, deseaba padecer – ¡Te entregué el cuidado de la persona más importante en mi vida y dejaste que se lo llevarán! ¡Que se lo llevarán, Wang!

– Le... Le pido su perdón... jefe – habló de forma entrecortada el subordinado al tener toda la boca desangrándose ante los golpes dirigidos a su persona y la aún presión en su cuello que cada segundo se afianzaba más – Fui incompetente... tan incompetente que no fui capaz de salvaguardar el bienestar del joven amo frente a los perpetradores... Le pido su perdón... Le juro que enmendaré mi error...

Oh, claro que lo haría

Gongyoo por fin soltando con total desagrado al hombre moribundo que se dejó caer ante su debilidad al frío pavimento, el cabecilla dándose la vuelta ofuscado para terminar clavando ambas pares de palmas en sus oscuras hebras, jaloneando estas con tanto ímpetu al intentar cesar aquellos oscuros tormentos que lo inundaron como feroces olas marinas.

Su hijo, no...

Diosa

Su Jungkook, no

– ¿Quiénes están detrás de este secuestro? – preguntó con voz rasposa el alfa líder de aquella organización, mirando de soslayo al hombre que se estaba recuperando de la reciente paliza

Los mataría

Mataría a quiénes se atrevieron a hacer tal infamia

– Al intentar dar pelea pude reconocer que los culpables... los culpables tenían tatuada una calavera en el dorso de sus palmas... todos presentaban el mismo distintivo – reveló Wang, este volviéndose a apoyar en la pared mientras se sostenía su abdomen lateral donde minutos atrás le extrajeron una bala – Estoy seguro que el que está detrás de todo esto es el grupo Sungpa... siguiendo órdenes de su superior, Jihoon...

Y con aquel nombre recién mencionado Gongyoo girando con tanta brutalidad reflejando pavor en su mirar, sin embargo, no malinterpreten aquella reacción, no era miedo al poder de este sujeto en sí... no, en lo absoluto. El miedo que se originó en su corazón que poco a poco carcomía es el ser conocedor del despiadado comportar por el que este era conocido, y que, si bien durante años ambos han presentado diversos enfrentamientos, la vulnerabilidad lo golpeó por primera vez al saber que su hijo, su sangre, cayó en garras de este y él no estaba ahí para socorrerlo.

BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora