Capítulo 1

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Ana levanta la mano tan rápido como puede, pero alguien se le adelanta en responder. Gruñé frustrada. Sus ojos se posan con brevedad sobre la persona que ha hablando instantes atrás, ganándose una felicitación por parte del profesor.

Las comisuras de los labios de Joshua se elevan dando paso a esa sonrisa despreocupada. Ella lo observa un instante más y luego aparta la vista para centrarse en la pizarra.

El chico ha acaparado toda la atención desde que llegó hace unas semanas, su familia se ha mudado hace poco y él es una completa novedad en este pequeño pueblo en el que todo mundo se conoce. La sensación que ha causado en parte se debe a su atractivo, inteligencia y personalidad cautivadora, sobretodo a la primera, por la simple razón de que la superficialidad está demasiado arraigada aunque nadie quiera aceptarlo.

Ella lo acepta, no tiene caso negarlo, se deja seducir por la belleza cada vez que la oportunidad se le presenta, sus ojos la buscan en cualquier lugar donde pueda encontrarla solo para tener el placer de admirarla en silencio, fascinada.

No se refiere a los humanos.

Piensa que la belleza se encuentra en los rayos de sol de tono anaranjado que se mezclan con los colores del cielo al atardecer, en el mar que emite un sutil ronroneo que acaricia su piel con una brisa suave y en sus olas azul profundo meciendose, en las estrellas que salpican el cielo nocturno como luciérnagas rompiendo la oscuridad de la noche. Eso es belleza. Una belleza a la que se rinde y que sus ojos no pueden resistir.

La mayor parte del tiempo, siente que solo ella es capaz de verlo.

A veces, piensa que eso tiene que ver con lo que cree.

Él Creador ha hecho todo perfecto. Y la mayor parte del tiempo le gusta deleitarse apreciando cada detalle. Es magnífico. Es precioso.

En lo que a la belleza humana se refiere, la aprecia en igual o mayor medida, pero no la belleza que se observa a simple vista, es una belleza que va más allá y que los ojos no son capaces de percibir, ni siquiera los suyos. Esa es la verdadera belleza.

La emoción y entusiasmo que impregna el tono de alguien cuando habla de lo que le apasiona, el brillo en sus ojos y como sus palabras no son suficientes para expresar la complejidad de sus emociones hacia algo o alguien, eso específico que le atrae, como puede asociar algo tan particular con alguien y que siempre que lo vea sea como la sombra de un recuerdo persiguiendole, todo aquello que ama, que lo impulsa, que lo motiva, su comportamiento, como ayuda a alguien que está pasando por una situación difícil ¿Lo abraza?  ¿Se mantiene en silencio con una mirada comprensiva, escuchando todo lo que la otra persona dice? ¿Lo motiva y busca las palabras correctas para que sirvan de alivio? ¿Busca soluciones al problema para contribuir? Al final, su reacción es solo un reflejo de sí mismo, de lo que desearía hubieran hecho por él cuando la oscuridad lo sumergía, llevándolo cada vez más profundo.

Saca el diario que siempre lleva consigo y anota ese pensamiento con rapidez en forma de garabato.

Ella traga saliva, sabe que si las facciones de el chico no destacarán, y su personalidad fuera considerada "rara" la novedad no se prolongaría por más de una semana, y ella sería la única que se acercaría por el simple hecho de querer hacerlo. Cada vez que alguien nuevo llegaba sentía ese impulso tirando desde dentro de darle la bienvenida, saludarlo y conversar, al menos las primeras semanas en las que se adaptaba y encontraba un grupo de amigos. No entendía de dónde salía pero lo atribuía al hecho de que si llegara a una institución nueva, repleta de rostros que desconoce le agradaría que alguien hiciera el esfuerzo de socializar con ella. Joshua no fue la excepción, solo que al observar que medio salón se le tiró encima en cuanto llego y ya poseía su propio club de admiradoras acepto que estaría bien solo, y no necesitaba una participante más.

La aversión que sentía hacia el castaño crecía un poco más cada día, no lo odiaba, solo que le parecía tan superficial como la mayoría de personas, con la diferencia que él al menos tenían una justificación, los demás no.

Agradecía que sus plegarias fueran escuchadas y que el chico ni siquiera la mirará, para ella, en cambio, era difícil apartarla dado que su nombre era lo único que escuchaba en todas partes, no solo por ser el nuevo, resulta que más que una cara bonita era inteligente y perspicaz, lo cual lo ayudó a ganarse una buena fama con rapidez, ya había conseguido posicionarse entre los 10 estudiantes más destacados de la institución.

Y Ana no podia dejar de pensar que se estaba acercando peligrosamente a su lugar.

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