Capítulo 15

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Ana, le da un beso a su mamá en la mejilla, sintiendo la tristeza y el pesar invadirla. Quiere quedarse. Como cada fin de semana. Quiere quedarse, permanecer con ella, y no tener que regresar cada lunes a la realidad de golpe.

Quiere despertar y no tener que irse.

Su mamá la abraza con fuerza.

—¡Hasta el próximo fin de semana!

Siempre dice eso, Ana sabe que lo hace como consuelo. En estos momentos, no se siente del todo así. Le ofrece una débil sonrisa. Y vuelve a abrazarla.

Baja las escaleras, con su bolso y su maleta, y abre la puerta del auto para saludar a su papá.

—Hola.

Se sube, acomoda la maleta en la parte trasera, y la deja ahí, cuando su papá regrese del trabajo la subirá a su habitación, de todas formas no hay nada demasiado importante.

Las preguntas usuales flotan entre ellos.

—¿Qué tal te fue? ¿La pasaste bien?

Ella asiente con entusiasmo.

—Ayer estuve en la playa con unos amigos. Aprendí a surfear.

Él sonríe.

—¿Aprendiste?

—A medias

Suelta en una risa.

Su papá asiente.

—Me alegra que la pases bien.

Permanecen en silencio.

—¿Sabias que esta semana hay una lluvia de estrellas? Se podrá ver en la madrugada.

Ella sonríe. Él conoce a la perfección su fascinación por las estrellas, y los fenómenos astronómicos. Todo lo que involucre al cielo es de su interés.

—Deberíamos verla.

Él asiente.

Se baja del auto, se despide de él y entra en el instituto.

Se sorprende un poco al ver, que quién se acerca primero a saludarla es el castaño.

Se acerca hacia ella con una clara intención de abrazarla, se detiene a poco centímetros, aún con una sonrisa.

Se supone que esa sonrisa no debería ser especial. Es la que todos conocen ¿No es así?

Es igual a la que ofrece a los demás.

Con la diferencia que esta sonrisa llega a sus ojos, brillan, y una vez se aleja de Ana no desaparece de inmediato. Permanece, iluminando su rostro por mucho tiempo y se desvanece de forma sutil.

Lo ha seguido con la mirada por suficiente tiempo como para saberlo.

Josh permanece en frente de ella. Solo observándola. Con sus ojos expectantes esperando que ella le permita abrazarlo.

Sonríe para sí. Él recuerda que para ella son especiales. Asiente con lentitud solo para ver el brillo en sus ojos saltar antes de rodearla con sus brazos con delicadeza. Ella se para de puntillas, y rodea sus hombros.

No sabe por cuanto tiempo permanece así.

Un fugaz momento, o una eternidad.

Se siente segura.

Ella se aparta con suavidad.

—Hola, Ana.

—Hola, Josh.

Él castaño contiene una sonrisa.

Ella camina en dirección a las mesas, saca su carpeta para revisar una clase y Josh la acompaña. Una hoja resbala de su carpeta ¡Eh! No recuerda dejar una hoja ahí, Josh se agacha con rapidez y levanta la hoja, la voltea con suavidad, se queda observándola y una de las comisuras de su labio se eleva.

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