Capítulo 16

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Ella se acerca a Sebastián despacio. El pelinegro la observa con su usual expresión fría. Recuerda una conversación de hace mucho tiempo.

—¿Con que evento o astro del espacio te identificas?

Para algunas personas no tenía sentido en absoluto esa pregunta. Solo era curiosidad. Le gustaba buscar semejanzas con las mismas estrellas o planetas ¿Es que acaso no eran capaces de ver que su alma tiene la esencia de una galaxia completa? O tal vez algo más pequeño.

Amanda le recordaba a una supernova, o a un agujero negro.

Ella, siempre pensaba de sí misma como la luna o Plutón. Y poseía una obsesión con saturno. Hasta ahora no ha conocido a nadie que le recordará a ese planeta.

—No lo sé.

Respondió el pelinegro.

Ella asintió.

—Tú me recuerdas al planeta más frío del sistema solar.

No recordaba el nombre. No sé encontraba segura si era Neptuno o Urano. Esa misma tarde investigó, y los resultados arrojaron Neptuno, ese era el planeta más frío del sistema solar, o al menos según su buscador. Así que tiempo después empezó a llamarle así.

Luego descubrió que tritón, una de las lunas de Neptuno es aún más fría que el mismo planeta. Algo tarde, ya se había acostumbrado a llamarle Neptuno.

Y así permaneció.

Le repetía eso, más de una vez, al principio pareció no entenderlo, pero pronto se volvió un poco obsesivo con el planeta azul. Le había contagiado
el entusiasmo por lo visto.

Ana siempre pensó que los planetas eran parecidos a los seres humanos.

Planetas que habitan en un mismo sistema solar obedientes a las leyes que rigen la realidad.

Para ella los seres humanos son planetas, algunos tan rebosantes de vida que anhelas formar parte de el y otros desolados y desérticos a causa de algún cataclismo que marcó al planeta de tal forma que las consecuencias del mismo siguen siendo visibles aunque hayan sucedido hace milenios.

Los seres humanos son como planetas, tan distintos el uno del otro a pesar de pertenecer a la misma definición.

Los seres humanos son como planetas en que las huellas dejadas pueden permanecer hasta la extinción del mismo. Planetas con formaciones rocosas, valles, montañas y océanos profundos que jamás llegas a descifrar del todo y lo único que se puede hacer es contemplar su deslumbrante belleza desconociendo en parte su naturaleza.

Los seres humanos son como planetas que se formaron con las palabras dichas, las promesas cumplidas, las acciones realizadas y las extinciones de las cuales se recuperaron.

Suspiró, acercándose a Sebastián.

—Perdón.

Balbuceó.

Pensó en lo importancia de reconocer cuándo cometía un error. Responsabilizarse de ello.

Sebas se volvió hacia ella. Su mirada se suavizó de inmediato.

—No quería que te sintieras excluido. Nunca lo he querido. Perdona si me he distanciado. Estos días, han sido un poco complicados ¿Sabes? Y no es una justificación, solo no quería vaciar sobre ti todos mis problemas. No mereces eso.

Sus palabras fueron suaves. Desde hace un tiempo atrás, se encontraba alejada de su mejor amigo.

Ana a veces solo necesitaba espacio para pensar, para refugiarse, para perderse.

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