Esposo mío

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Quizás era por su estado asustado, lo vulnerable que se sentía que, en ese momento, aunque aquella persona le resultaba familiar no podía recordar de donde era. Si sabía que esos orbes marrones se habían cruzado con él en algún momento, y su cabellera también marrón que se ondeaba por la leve brisa detrás de su cuerpo alto la había visto en algún lugar. Solo que sus neuronas no se conectaban.

Todas las fibras de su cuerpo estaban tensas, temblaba y la adrenalina golpeaba dentro de él, al punto que cuando el extraño extendió la mano Zhiyin la golpeó alejándola. No quería que lo tocaran, no quería que lo tocara. Capaz le haría lo mismo que quería ese hombre, y él había prometido proteger su cuerpo, que solo le pertenecía a su esposo.

Su rostro estaba mortalmente pálido y sudaba. Cada vello de su cuerpo estaba erizado después de caer en cuenta lo que le iban a hacer y realmente daba miedo. Prefería mil veces enfrentarse contra asesinos que algo como aquello. La bilis atormentó su garganta y contuvo con todas sus fuerzas las ganas de vomitar.

Obligó a su cuerpo a moverse para alejarse de aquel hombre, arrastrándose hacia atrás y después girándose para gatear sin importarle que su ropa estuviera mal puesta dejando a la vista las marcas en sus hombros. Para su sorpresa no fue seguido y pudo levantarse torpemente dejando una distancia prudencial entre los dos. El hombre se había mantenido todo el tiempo parado en el lugar, solo que su mirada había cambiado, de ¿amable? a aguda.

Zhiyin tomó en cuenta su estado y se acomodó la ropa como pudo para tapar su desnudez. Jadeaba y si fuera por él intentaría hablar, pero lo que estaba alrededor de su cuello se lo impedía.

Sabía que no podía correr para escapar en caso que ese hombre quisiera hacerle lo mismo. Estaba contra la espalda y la pared.

Xiaoyi salió de detrás del hombre y fue corriendo poniéndose delante de Zhiyin abriendo sus brazos de forma defensiva. Sus ojos fulminaban al hombre debido al miedo.

El recién llegado alzó una ceja y soltó un leve bufido.

-Vaya forma de agradecer a quien los acaba de salvar.

En aquel lugar... nadie era amable por nada, eso era algo que había aprendido Xiaoyi y que Zhiyin lo intuía. Un favor se pagaba con otro favor. Eran esclavos en ese momento por lo que le pidiera a cambio no estarían en posición de negarse.

Y al parecer el hombre también lo sabía.

-Tranquilícense, no les voy a hacer nada- el hombre retrocedió, aunque su mirada aguada no se separaba de Zhiyin, tanto que este tragó en seco y se estremeció.

En eso se escucharon voces que se acercaban hacia ellos y un hombre joven apareció. Debía rondar los 25-28 años, aunque sus facciones eran delicadas. Llevaba el cabello color arena semirecogido detrás de su cabeza y un leve color rojo en los labios, incluso sus ojos eran de un color avellana, un físico que Zhiyin, para ese tiempo y época lo encontró extraño. De seguro sería una belleza exótica.

-Jianwen- corrió hacia él y se detuvo al lado admirando la escena desde el hombre en el piso hasta los dos más jóvenes delante de él.

Pestañeó varias veces y su mano se entrelazó con la de Jianwen sorprendido. Su boca se abrió para después cerrarse de nuevo. Detrás de él personal del burdel comenzó a aparecer incluso la jefa de personal.

-¿Qué está ocurriendo aquí?- se acercó exasperada y se alarmó más ante la presencia de los invitados y de quienes eran los provocadores.

-Ustedes dos- los señaló con el dedo y sacó su abanico para golpearlos cuando...

-Dalai- el invitado solo dijo y el joven a su lado se movió rápido poniéndose en el medio de Zhiyin y la mujer que iba directo a atacarlo.

La mujer se quejó quieta con consternación.

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora