Esposo mío, te odio

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Fengxiao aún estaba hipnotizado con la nueva imagen de su esposo hasta que sintió el peso de la mirada de todos los presentes al no responder. Levemente asintió con la cabeza y levantó una mano para ayudar a Zhiyin a sentarse. El menor la miró vacilante pero finalmente puso la de él sintiendo como los dedos se cerraban en torno a su mano y lo ayudaba a sentarse sobre sus talones. Una posición con la cual no estaba familiarizado y que sabía que le ocasionaría problemas.

Estuvo callado a lo largo de la conversación. A pesar de tener bastante conocimiento acerca del mundo del cultivo, de los hechizos y las armas, tenía que reconocer que no tenía la menor idea de aquel mundo o época o donde demonios había transmigrado, así que solo se había limitado a escuchar nutriéndose de toda la información posible. Además, primero, había leído que como esposo debía mantener un perfil adecuado y respetuoso, no dando un escándalo aunque estuviera en desacuerdo y en segundo, aunque aquellos hombres habían ostentado con pedirle su opinión, hasta ahora no lo habían hecho, aunque había visto que uno de los lideres no le quitaba los ojos de encima y eso no le gustó, más no lo demostró.

Yanhuan les trajo té minutos más tarde y se quedó boquiabierto al casi no reconocer a la persona al lado de Fengxiao y tragó en seco cuando sus manos temblaron. La mirada de su señor le advirtió que se comportara.

-Y bien, segundo líder de secta, qué cree sobre los nuevos métodos de entrenamiento que se están implementando- Xiaochen, aquel líder que lo miraba constantemente de manera extraña le preguntó con cierto brillo en los ojos.

Zhiyin sonrió lentamente. Aunque debía mantener una disciplina también había leído que también debía sobresalir tanto por sus habilidades como por sus conocimientos, así, que qué mejor momento que ese.

-Creo que la supervisión no es la adecuada, por lo que la técnica de los novatos tiene bastantes grietas- los cuatro hombres en la sala fruncieron el ceño ante sus palabras pero el continuó –pude encontrarme con algunos discípulos hace poco y no tuve que ni siquiera emplear mucha fuerza para arrebatarle la espada con las manos desnudas-

-¿Entonces, está diciendo que nuestro nuevo método tiene fallas?- Li Yamei mostró su desacuerdo con su tono de voz.

Zhiyin no dejó que su sonrisa tranquila y confiada desapareciera de su rostro.

-Líder de secta- su voz había bajado una octava- si yo, que los rumores se han encargado de difundir de que soy alguien, que no presentó ninguna habilidad en la lucha puede hacer algo como eso, que se esperaría de aquella sectas que desean atacarnos en el futuro. Considero que si seguimos así, dentro de poco solo seremos un recuerdo en la historia-

Vio al hombre casi queriendo levantarse. Por lo que Ziyin pudo definir este seguro había sido el creador de tan buen plan inútil. Se estaba viendo cara con cara con la mente maestra.

-Si eso es así- Zhu Zhichao presionó –Eso quiere decir que tiene un mejor plan-

Fengxiao frunció el ceño al ver la presión en el ambiente e iba a intervenir cuando la voz de Zhiyin hizo eco con confianza.

-No tengo un plan, como podría tenerlo si apenas estoy estudiando todavía las costumbres de la secta, por favor no me sobrevalore así, pero si me gustaría recalcar que al menos tengo un poco de conocimiento básico en lo que se refiera a las armas, después de todo son mi fetiche-

La última palabra los desconcertó pero era por el simple hecho de que no la entendieran, esa palabra estaba fuera de su vocabulario y Zhiyin encontró graciosa sus expresiones pero no se rio.

-Esposo mío, si deseas, puedo ayudarte con lo del entrenamiento de los discípulos- se giró hacia su esposo –Creo que con tus habilidades harás una excelente estrategia-

Fengxiao solo lo miró de reojo y asintió con la cabeza sin poder descifrar que cruzaba por la mente del menor. Se mantuvieron hablando quizás por media hora más y Zhiyin les maldijo internamente. Sus piernas para esa altura estaban tan entumecidas que le dolían y se movía con disimulo intentando buscar algo de alivio. Fengxiao se dio cuenta del malestar de su esposo y pensó en la salud de su cuerpo y como podría afectar esto a su hijo así que no faltó mucho para que despidiera a los tres líderes de secta hacia las habitaciones que les habían sido asignadas para pasar el resto del día y la noche.

A Zhiyin se le permitió mantenerse sentado dada su condición, mientras ellos se retiraban junto a Yanhuan y otros sirviente. Fengxiao volvió otra vez para verlo en la misma posición apretando los labios.

-Y bien, a qué se debe este cambio de aspecto tan repentino, te quitaste tus túnicas, te cortaste el cabello, vistes adecuadamente-

Zhiyin apretó los ojos respirando profundo intentando calmar los estremecimientos en su cuerpo y levantó la mirada tranquila que no mostraba su estado real.

-Acaso no te lo dije esposo mío, te demostraré que soy digno de mi posición, si me gano el reconocimiento de todos los que me rodean no tendrás argumentos para deshacerte de mí, y eso te incluye. No te preocupes, no tendrás quejas de mi- en su tono de voz había ironía y algo de desprecio.

Fengxiao alzó la barbilla y se acercó hacia él cruzando los brazos sobre su pecho.

-Hoy, has hecho un buen espectáculo-

-Y me parece que dejé una buena impresión- el mismo se felicitó –Ojalá hubieras visto tu propia cara, era todo un poema –se burló y Fengxiao frunció el ceño.

-No tientes mi paciencia Fujie-

-Zhiyin- le interrumpió y el mayor se quedó confundido –Es mi nombre, Han Zhiyin, recuérdalo, no me vuelvas a llamar Fujie, no soy la misma persona que antes- su mirada tenía una pizca de advertencia.

Fengxiao se quedó mirándolo y saboreó en su mente el nombre de su esposo y no negó que le gustó. Sus ojos brillaron al saber algo tan íntimo que incluso el anterior Fujie había mantenido tan oculto negándoselo en el pasado, incluso después del matrimonio. La voz de Zhiyin lo sacó de sus pensamientos.

-Mierda, mis piernas- al fin pudo protestar cuando ya no pudo ignorar el dolor. Intentó moverse para darle alivio pero de su cadera hacia abajo no respondía- Yanfeng- gritó su nombre y como si fuera un imán el hombre estuvo a su lado rápidamente –Ayúdame, no me llevo bien con este tipo de sentado estrafalario que solo daña el cuerpo-

Yanfeng lo agarró del brazo y lo intentó levantar solo para que este cayera de rodillas. Fengxiao se movió a su lado y lo agarró de otro ayudándolo que pudiera poner sus pies sobre el suelo. Sentir que la sangre bajara otra vez hacia sus piernas hizo que Zhiyin temblara, era una sensación desagradable y que no le gustó para nada. Incluso su pequeña pancita le pesaba.

Le tomó alrededor de dos minutos volver a sentir los dedos de sus pies y poderse sostener en sus rodillas.

-¿Cómo demonios puedes estar en esa posición tanto tiempo?- le peleó a su esposo que no mostraba ningún malestar y que aún lo sostenía después de rodear su cintura con la mano aligerando el peso sobre los hombros de Yanfeng y sobre él.

-Costumbre- Yanfeng le respondió y Zhiyin alzó una ceja dando un paso fuera del agarre de ambos pero tuvieron que correr cuando sus piernas fallaron y comenzó a caer hacia atrás jadeando del susto.

-Señor Zhiyin- el líder de la secta miró a Yanfeng dándose cuenta que había alguien que ya conocía su nombre primero que él –Tenga cuidado, su embarazo es muy delicado, si usted cayera sería muy peligroso-

-No es mi culpa- le gritó lamentándose por el estado actual que había roto toda la atmósfera altanera que había logrado con su entrada triunfal, se giró hacia su esposo con una mueca en sus labios inconforme–¿Por qué tengo que pasar por esto? Todos mis esfuerzos por parecer cool se fueron a la mierda. Esposo mío, te odio-

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora