Esposo mío, no quiero estudiar

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Fengxiao se despertó como siempre temprano, era el líder de una poderosa secta por lo que tenía demasiadas responsabilidades y tenía contados los días en los que podía tomarse el tiempo libre. Extrañamente sintió una presión en su cintura y levantó la sábana para ver un brazo blanco y delgado abrazándola pegándolo al cuerpo que se hallaba en su espalda, así como una pierna que se enredaba entre las de él, de manera muy íntima.

Con cuidado de no despertar se giró y halló a su esposo totalmente dormido y con una sonrisa de satisfacción contra su espalda. Parecía que se hallaba realmente cómodo contra él. Fengxiao se quedó por un momento admirando aquel rostro del que estaba locamente enamorado. Hasta cuando duraría esto era algo que no podía adivinar.

Su esposo era alguien que le gustaba el sexo, no importara, el tipo, el lugar o el tiempo que se extendiera. Tenía una facilidad para conquistarlo en este aspecto, pero en otras facetas era realmente una persona sumamente fría y calculadora que había utilizado sus sentimientos para lograr sus fines, sino hubiera sido por el hijo en su panza, ya habrían roto todo contacto por más que le doliera. Pero después de ese accidente y aquel cambio tan radical, ya no le importaba si se quedaba así, al menos ya no lo miraba tan altaneramente como antes. No era un hombre que se dejara mangonear como otros podrían creer, solo era su esposo la única persona con esa capacidad.

Sintió un movimiento del cuerpo detrás de él y un gemido acomodándose para seguir durmiendo. Fengxiao no quería romper aquel momento pero supo que el deber lo llamaba cuando la voz de Yanhuan hizo eco detrás de la puerta.

-Pasa- le ordenó.

Yanhuan se quedó con la boca abierta viendo como su señor salía cuidadosamente de los brazos de Fujie y este protestaba entre sueños por el abandono, causándole una leve sonrisa al mayor. Lo acomodó nuevamente tapándolo y le hizo señas a Yanhuan para que hablara en voz baja. Este se demoró algunos segundos en reaccionar. Su hermano le había dicho lo que había ocurrido, pero oírlo y verlo eran dos cosas totalmente diferentes.

-Mi señor, está seguro de esto, no cree que está actuando para que no sea abandonado por la secta- Yanhuan retiró las prendas de su señor reemplazándolas por las nuevas.

-No te preocupes, son fiel a mi palabra, sé que las cosas volverán a ser como antes en cuanto vea que vacile, no puedo ceder a sus encantos esta vez-

Yanhuan se sintió gratificado con esas palabras a pesar de saber lo que le dolían a Fengxiao. Había estado junto con él desde que los había salvado de la calle, a él y a su hermano. En aquel entonces ellos eran solo unos niños pero su señor siempre había mostrado mayor madures siendo solo dos años mayor que ellos. Ahora con 27, no había perdido nada de esa madurez, todo lo contrario.

Al terminar de vestirse salieron de la habitación a sus deberes no sin antes el líder de la secta darle un vistazo a la criatura más hermosa envuelta en su cama.

Para cuando Zhiyin abrió los ojos debía estar cayendo la media mañana encontrando las sábanas frías a su lado. Se incorporó restregándose los ojos, estaba solo en aquella habitación y su esposo se había ido hacia tiempo. Suspiró, aprovecharía la soledad, tenía asuntos que atender con su propio cuerpo como por ejemplo, empezar a purificarlo. Sin ese paso, no podría empezar a cultivar adecuadamente.

Quitándose las sábanas de arriba y acomodándose la ropa adoptó la posición de loto, aunque con algo de esfuerzo con sus tensos músculos. Cerró los ojos y se concentró. Buscó la raíz del cultivo de su esposo, este era denso, poderoso y estaba por todas partes, diluirlo sería complicado y necesitaría algún contenedor donde depositarlo, por el momento lo concentraría en un punto formando un núcleo de poder, este no permitía que su poder fuera usado pero tampoco desperdiciado, solo era una esfera sin utilidad aparente hasta que estuviera en un cuerpo adecuado.

Así lo hizo, lentamente comenzó por el cultivo en sus piernas sintiendo como estas se volvían más liviana aunque lo tomó mucho esfuerzo logrando solo que un 30% fuera acumulado. Tuvo que dejar de hacerlo, si, iba a ser una tarea muy difícil, necesitaría al menos de un mes para estar completamente libre, eso si su esposo no le proporcionaba más cultivo.

Volvió a respirar profundo, ahora tocaba buscar su fuente. Se dirigió completamente hacia su núcleo encontrando que no podía acceder fácilmente. Frunció el ceño. Se dio cuenta que este cuerpo tenía un cultivo que no era bajo, podía compararse con el propio cuando vivía en el otro mundo, pero por alguna extraña razón, este tipo de cultivo no había sido cultivado por métodos tradicionales, era como si hubiera estado latente por muchos años. Sacó la única conclusión que le vino a la mente y era que había nacido con él. Algo totalmente raro, más no imposible. Había casos muy específicos de estos fenómenos, cuerpo que nacían y se cultivaban por si solos, sin tener que pasar por los rigurosos pasos. Una buena noticia después de todo.

Lo que no entendía era porque había una barrera que impedía que él pudiera acceder a su interior. Hizo la fuerza mental pero el impacto fue tan grande que su conciencia fue expulsada de golpe y un buche se sangre salpicó en las sábanas. Zhiyin se llevó la mano a la boca sintiendo los rastros del líquido correr por sus labios. Las dudas asaltaron su mente, había algo en su cuerpo que aún no tenía idea de que era.

La puerta se abrió y Yanfeng apareció dándole un saludo pero al ver la sangre que manchaba las telas se precipitó hacia él.

-¿Fujie, qué ocurrió, está bien?-

-Si- separó las manos que lo recorrían inspeccionándolo- cambia las sábanas, que mi esposo no se entere, solo fue un descuido cuando intentaba ver mi cultivo- se justificó levantándose de la cama.

Yanfeng no estaba muy convencido pero cuando iba a hablar las puertas de abrieron y una mujer alta con extravagantes y coloridas ropas seguida de cuatro criadas irrumpieron en la habitación. Zhiyin fue rápido y le hizo seña al otro hombre para que tapara la sangre con otra sábana, no quería alarmar a nadie.

-Ya te levantaste- el desprecio en su voz superaba al de Yanhuan y este enarcó una ceja.

Se giró hacia ella y cruzó los brazos sobre su pecho, aquella mujer no le gustaba nada y menos en la forma en la que había entrado y por el rostro de Yanfeng a él tampoco.

-Me gustaría saber qué derecho te da para entrar de esa forma a la habitación de mi esposo, con esa autoridad.

La mujer que debía rondar los 30 años dio una carcajada 

-Ahora vienes con ínfulas de superioridad, no me digas Fujie- dijo su nombre casi con veneno corriendo de su lengua –claro que puedo entrar aquí, soy la hermana del dueño de este cuarto, tengo mucho más derecho que una puta que solo aprovecha de su posición-

Esta mujer tenía peor vocabulario que él.

-Y se puede saber a qué has venido-

-No te hagas el imbécil. Ya que estás recuperado es hora que empieces de nuevo tus lecciones, al menos si estás en este lugar tienes que seguir el protocolo-

Zhiyin miró a Yanfeng que se acercó y le susurró al oído.

-Mi señor, es como ella dice, usted debe estudiar todos los días como regla de la casa, por lo menos los primeros dos años debido a su posición, de esta forma no avergonzará a la secta. Se le instruye en etiqueta, conocimientos de la historia de la secta, así como comportamiento y Li Suji es la encargada de ello-

El menor lo miró pestañeando. En serio tenía que hacer aquello. No lo podía creer. Cerró sus ojos y pensó en su plan, debía cumplir con las expectativas de su esposo o terminaría en la calle. Aguantándose dos buenas malas palabras para aquella mujer, enderezó la espalda y sonrió levemente.

-Al menos deja que me cambie-

-Tú te demoras mucho, ustedes- le dijo a las chicas detrás de ellas.

-Quietas- la voz de Zhiying se oyó seca y dura haciendo eco en la habitación – No las necesito, Yanfeng lo hará, así que por favor, Yanfeng acompáñalas afuera-

Y les dio la espalda. Pudo escuchar como la mujer salía caminando dando pasos pesados y murmurando molesta. Zhiyin respiró. Esposo mío, no quiero estudiar.

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora