Esposo mio, qué mierd... es esta

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Todos decían que la muerte no dolía, no la forma de morir, sino estar muerto. Tendría que verificar quien había dicho aquello porque se encargaría de enterrarlo tres metros bajo tierra sin un funeral. Su cuerpo dolía como el mismo infierno.

Espera seguía vivo.

Lo último que recordaba eran luces delante de él, mucho ruido y después una oscuridad que lo consumía. Si mal no recordaba parecía haber sido un camión lo que había destrozado su cuerpo. Entonces..., cómo rayos sentía dolor. ¿Había sido tan afortunado de sobrevivir?

Abrió sus ojos para verificar. No era una persona acostumbrada a tener dudas. La ignorancia era su peor enemigo. Cuando la luz que lo cegaba se fue difuminando solo pudo exclamar para sí mismo ¿Dónde demonios estaba? Si, su vocabulario no era el mejor del mundo decorado con palabras no precisamente agradables y que el soltaba más de lo necesario en los momentos adecuados, pero volviendo al tema, Han Zhiyin se quedó mirando el techo sobre él y no pudo definir qué hospital en todo el mundo mantenía una decoración tan extravagante como aquella. Que mal gusto.

-¿Fujie? Fujie- escuchó alguien cerca de él gritar y seguido al menos otra persona que entrara corriendo. Fujie, a quien llamaban mujer rica, él era un hombre hecho y derecho.

A Zhiyin le dolía demasiado el cuello para girar su rostro a un lado y replicar. El bullicio comenzaba a taladrar su cerebro y el mayor punto de presión era en su abdomen, como si algo estuviera allí de más.

-Cállense- dijo soltando el aire de sus pulmones y se quedó petrificado con su voz.

Aquella no era nada ni por asomo de su voz, el tono un poco agudo le dio a indicar que pertenecía a un cuerpo más joven. Su mente comenzó a trabajar y solo pudo llegar a una conclusión. Un ambiente que parecía cientos de años más antiguo que el mundo tecnológico donde vivía, incluso parecido a la decoración de alguna dinastía pasada, su muerte y ahora una nueva voz. Había transmigrado, a dónde, ni idea. Y lo otro, si era un hombre porque lo llamaban como si fuera una mujer, ridículo.

Con tantos pensamientos en la cabeza no podía descansar así que se incorporó de golpe aunque eso le causó tanto dolor que se dobló hacia adelante. Al parecer transmigrar a un nuevo cuerpo necesitaba tiempo para que este se adaptara a la nueva alma.

-Fujie, no debería esforzarse, usted acaba de volver de los brazos de la muerte y su condición no está bien-

No supo cómo pero Zhiyin creyó escuchar un deje de desprecio en esas palabras que parecían mera cortesía. El anterior dueño de este cuerpo al parecer no era muy bien recibido.

-Vuelva a recostarse- otra voz se escuchó, esta no siquiera ocultaba su desagrado hacia su persona- Piense al menos en el bebé dentro de usted, no sea egoísta-

Han Zhiyin se quedó de hielo con una mueca en su rostro. Bebé, había dicho bebé. Que broma de mal gusto. Él era un hombre, al menos físicamente lo era, confirmándolo después de bajar su mano y sin ningún recato verificar sus partes íntimas y su amiguito seguía allí. Hubo una exclamación colectiva ante su impección que ignoró.

Embarazado, le estaban tomando el pelo no, pero al mirar hacia abajo y ver su vientre ligeramente inflamado un tic nervioso azotó su ojo.

-¿Esto?- preguntó casi atragantándose con su saliva.

-Eso, es su hijo, ni siquiera puede guardar eso en tu cabeza- el hombre que realmente lo despreciaba habló poniendo sus manos sobre la cintura- Bastante manipulas a nuestro señor para que ahora te hagas el indiferente-

Hijo, embarazo, preñado, panza hinchada y no de cerveza. No podía procesarlo. Un hombre en estado. No, no podía asimilarlo. Aquella era una idea descabellada, ni siquiera en la actualidad la ciencia estaba tan avanzada como para que los hombres dieran a luz.

Repasó las palabras una vez más entre la nebulosa de confusión e indignación.

-Tú señor...-

-No te hagas el idiota, mi señor, tu esposo, como quieras llamarlo-

-Es...poso. Esposo- repitió las palabras. Al menos estaba casado con un hombre por buscar una parte positiva.

-¿Dónde está tu señor?-

-¿Por qué quiere saberlo? Por tu culpa algunos de nuestros discípulos están siendo castigados, como si usted se mereciera tanta atención-

La paciencia de Han Zhiyin se esfumó totalmente. En sus 31 años nunca, ni siquiera sus difuntos padres le habían hablado en ese tono y aquel hombre parecía una pulga queriendo parecer más grande que el perro, y si a eso se le sumaba la ira por la indignación de su estado tan bajo como estar embarazado, la palabra molesto se quedaba corta.

Ignorando todo dolor de su cuerpo cruzó las piernas por el borde de la cama y se incorporó utilizando toda su fuerza para no perder el equilibrio. El juego de dos túnicas se acomodaron como pudieron en su nuevo cuerpo pero aun así dejaba parte de su pecho visible, así como sus piernas al momento de caminar, una mata espesa de cabello oscuro se deslizó a lo largo de su espalda hasta mediado de la rodillas, demasiado largo e incómodo.

Zhiyin caminó hacia aquel hombre que al reparar en él se dio cuenta que era joven, no debía tener más de 25 años, alto, con el cabello en una coleta alta que rozaba sus hombros, de rasgos fuertes y atractivos, sino fuera por su boca pudiera ser más guapo e interesarle. Se detuvo delante del hombre que se había quedado extrañamente mudo, y alzó la cabeza con una mirada fría.

-Tu lengua venenosa es repugnante, si tu señor es mi esposo, yo también soy tu señor, acaso no merezco el mismo respeto- lo vio fruncir el ceño al igual que el otro hombre a su lado que compartían rasgos prácticamente iguales aunque llevaba el cabello suelto, sino eran gemelos, eran gemelos.

Zhiyin giró su rostro hacia un lado entrecerrando los ojos, no acostumbraba a intimidad, no le gustaba que lo tomaran como una persona opresiva, pero poner orden de vez en cuando venía bien.

-Cuida tu forma de dirigirte hacia mí, tu desprecio es bastante molesto, si no deseas cruzar caminos solo ignórame, ahora, llévame a donde está tu señor-

El joven puso un rostro que estaba lejos de ser agradable pero se contuvo sus palabras. El que estaba al lado le hizo una reverencia.

-Fujie, por favor sígame yo le indicaré el camino-

Zhiyin asintió con la cabeza y caminó entre los dos no sin antes escuchar como este le decía al otro.

-Calma hermano, hemos lidiado con este tipo desde hace seis meses, solo se levantó hoy de peor carácter que otros días-

-Te juro que en cuanto dé a luz al hijo de mi señor me encargaré yo mismo de él-

Zhiyin volvió a ignorarlo. Ese chico destilaba odio hacia él pero le faltarían algunos años más para poder ponerle un dedo encima. Ahora no podía enfocarse en él, tenía otros asuntos más importantes que atender.
Salió al pasillo caminando por donde le había indicado el otro joven que lo seguía de cerca.

-Fujie, su ropa, no es adecuado que se muestre así-

No le importó, solo estaba mostrando un poco de piel, que daño podría hacer, pero al percatarse de las miradas algo asombradas de algunas personas que pasaban por su lado con túnicas bien ajustadas y demasiado conservadoras, se dio cuenta que él era todo un escándalo. No supo por qué pero eso no hizo cambiar de idea.
Al llegar ante una gran puerta donde supuestamente estaba su esposo, sin mediar consecuencias la abrió de golpe ingresando a una sala que podía pasar por estudio donde había al menos seis personas arrodilladas en el suelo, delante de un escritorio bajo con una persona detrás. Zhiyin pasó por entre ellos escuchando murmullos y al llegar ante el mueble levantó una pierna desnuda y la puso sobre este señalando su panza.

-Esposo mío, que mierda es esta, que está dentro de mí-

Nota: espero que les haya gustado el capitulo. Disculpen las malas palabras, prometo que zhiyin mejorara su lenguaje. ✌✌

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora