Esposo mío, sueltame/ Maratón 3

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-Zhiyin- Fengxiao lo llamó – ¿De dónde sacaste el conejo?- tenía curiosidad pero en vez de recibir respuesta este alzó la barbilla y le dio la espalda volviendo hacia la cama.

-Estaba en la puerta cuando Yanfeng la abrió- Zhiyin se sentó nuevamente en la cama acariciando su bola de pelo –Se llamará Xiao Bai- ya le había puesto nombre, si su esposo quería traer a una mujer a su secta sin pedirle su opinión, entonces él no tenía que pedirle permiso para hacer lo mismo con su nueva mascota.
Fengxiao solo resopló derrotado, sabía lo que corría por la mente de su esposo.

-Yanfeng prepara las cosas, partiremos dentro de dos horas- sentenció el líder antes de que el gemelo partiera a informar a los demás y encontrar a su hermano.

Fengxiao se acercó a la cama y se sentó al lado de Zhiyin alzando la mano y tocando la peluda cabecita.

-No lo toques- Zhiyin hizo un puchero –No te lo mereces-

-¿Sigues molesto conmigo?- el líder le preguntó suavemente rozando con sus dedos el borde de uno de los ojos hinchados de su esposo, sintiéndose mal por aquello.

-Quieres que te lo repita- Zhiyin se giró y le dio la espalda –Piensas que porque soy más débil que tú mis palabras no tienen validez-

Fengxiao respiró profundo y rodeó desde atrás el cuerpo de Zhiyin descansando sus manos cruzadas donde crecía su hijo y no dejó que este se saliera de su agarre cuando se movió ligeramente para salir de sus brazos.

-Ponte en mi lugar- le pidió –acaso crees que quiero que ella vaya a la secta precisamente ahora, pero no es fácil negarme-

Zhiyin giró su rostro hacia atrás para mirarlo por encima del hombro rindiéndose de intentar apartarse de él.

-Eres el líder de una poderosa secta y me estás diciendo que no puedes negarle algo a una persona, no me vengas con esa-

-Vamos, no te molestes más- Fengxiao besó su nuca, no quería volver a pelear, no quería que llorara de nuevo, al menos de no eso –Ella solo estará unos días, la mandaré a los pabellones destinados para las mujeres de esta forma sus caminos no se cruzarán-

-Esposo mío, no me convencerás tan fácil- gruñó Zhiyin sin ánimo –Esa mujer es peligrosa, lo sé, mi instinto me lo dice constantemente-

-La tendré vigilante, vale- susurró Fengxiao en su oreja antes de lamerla  -Olvidemos el tema, nos queda algo de tiempo, podemos estrenar la cama, qué crees, he querido tocarte más desde que llegamos a este lugar-

Esta vez el cuerpo de Zhiyin se sacudió más violentamente intentando apartarse de Fengxiao con éxito haciendo que el pequeño conejo se desplazara de su regazo hacia la cama, dándole espacio a la mano que se filtraba por debajo de la túnica.

-Esposo mío, suéltame, no creas que con esto te perdono, Ah- jadeó- no soy tan fácil, Ah-

-Lo sé, olvidemos todo por un segundo- Fengxiao había logrado desviarlo del tema que los había llevado a la discordia y ahora repasaba sus muslos con sus manos hasta llegar a cierta parte íntima de su esposo que comenzaba a despertar con sus caricias.

-Maldito- exclamó Zhiyin recibiendo un beso de su esposo en su cuello.

La mano invasora se metió por entre su pantalón después de desatar sin esfuerzos las tiras y rodeó su miembro sobándolo de arriba abajo haciendo que el menor soltara un jadeo. Su otra mano la acompañó pero siguió un camino más largo hasta llegar a su ano y masajearlo suavemente. Las manos de Zhiyin apretaron sus brazos pero él siguió tocando con cada vez más potencia. Los largos dedos de Fengxiao pronto estuvieron en su interior y el menor tuvo que morderse el dorso de una de sus manos para no gritar.

-Estás muy húmedo y suave aquí- le dijo este al oído moviendo sus dedos de forma circular estimulando todos los sensibles músculos–No te preocupes, te haré sentir bien, así que olvidemos que discutimos- su esposo no pudo responder.

Cuando Yanfeng volvió mucho más tarde encontró a su superior sentado en el borde de la cama con la mirada perdida y un puchero en el rostro, tocando el pelaje de su conejo. Este se acercó alarmado, preocupado de que hubieran vuelto a discutir.

-¿Señor Zhiyin, está bien?-

-Ese imbécil de mi esposo, no me respeta- dejó caer sus hombros –este maldito cuerpo sucumbe cada vez que me toca, hace lo que quiera con él – todavía se sentía en las nubes por el fuerte orgasmo que lo había asaltado una vez que había tocado aquel lugar dentro de él demasiado sensible. Miró con intensidad al gemelo- No te separes la próxima vez de mi lado para que pueda partirle la nariz oíste-

Yanfeng solo pudo esbozar una leve sonrisa sin comprender que había ocurrido.

-Vengo a decirle que ya estamos preparados para partir, lo esperan en la entrada-

El menor asintió con la cabeza y se levantó llevándose consigo a un Xiaobai dormido. Caminó sin ganas hacia la entrada comenzando a tener sueño nuevamente cuando la imagen frente a él le hizo irritarse. Allí, hablando con su esposo estaba la razón inicial de su discusión, Langli y la muy desgraciada le sonreía coquetamente a Fengxiao sin ocultar la atracción que tenía por él.

Zhiyin apretó a su conejo contra él con un brazo y avanzó hacia ellos y poniéndose al lado de su esposo al cual tomó por la nuca y bajó su rostro hacia él. Sus labios se encontraron y Zhiyin los abrió con su lengua buscando la de Fengxiao y enredándola con fuerza posesivamente. Frente a ellos Langli solo estaba quieta, sin decir nada. El joven por su lado la miraba por el rabillo del ojo advirtiéndole, este hombre era de él, que no se atreviera a tocarlo.

Una vez que lo soltó sus labios quedaron unidos por una fina línea de saliva que fue visible por la mujer en muestra de lo profundo que había sido el beso. El menor entonces le sonrió a su esposo algo aturdido y nuevamente excitado por el ataque de pasión recibido.

-Esposo mío, ya podemos irnos- y pasó por delante de ellos entrando al carruaje sin darle tiempo a Yanfeng a ayudarlo.

Yanhuan que se había mantenido alejado evitando estar cerca del conejo se acercó a su hermano y le susurró en su oído.

-Viste eso- el menor de los dos asintió con disimulo –De vuelta en la secta quiero uno igual- un sonrojo se desplazó por el rostro de su hermano.

Fengxiao ayudó cortésmente a Langli que fingía una sonrisa en sus labios para luego hacerlo él. Zhiyin se había posicionado a la derecha y ella frente a él. El líder se fue a acomodar entre los dos para mediar su ocurría algo pero los dedos de su esposo le rodearon la muñeca y lo atrajeron hacia él.

-Esposo mío, tu esposo tiene sueño- había una expresión extraña en el rostro de Zhiyin que parecía cada vez más meloso, diferente a la perreta que había dado antes.

-Si quiere puedo correrme para que tenga más espacio para acomodarse, mira aquí hay un cojín- Langli habló señalando la pieza que estaba alejada de ellos con la intención de que se separaran pero eso solo hizo que el hombre sonriera falsamente, pareciendo una competencia y creando un ambiente cargado.

-No gracias, siempre utilizo a mi esposo como mi mejor almohada, es realmente cómodo dormir con él y no le molesta-

La irritación se mostró en los labios fruncidos de la joven. Desde afuera se podía oír la conversación y más de uno reía con disimulo, su señor era implacable cuando se trataba de pelear y eso lo sabían bien los gemelos. Pero Zhiyin realmente quería dormir. Estaba mentalmente agotado y con aquella mujer tendría que tener las baterías siempre llenas. Sin apenas darse cuenta ya tenía sus ojos cerrados y se recostaba contra el hombro de su esposo que le rodeó la cintura y lo acomodó. Sería un largo viaje de regreso, al menor dormido no tenía que estar pendiente de aquella mujer.

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora