Esposo mío, sabrá compartirme

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Zhiyin se dio media vuelta después de avisarles medianamente lo que tenía en mente. Los presentes no conocían lo impredecible que podía ser su joven señor pero si se trataba del líder era algo serio.

-Yanfeng, tú y los discípulos encárguense de contabilizar esto y llévame los resultados para compararlo contra los demás registros- señaló a Kang y a Liu- Tengo que hablar otras con ustedes dos para algunas cosas que quiero hacer- le sonrió a su gemelos y caminó de vuelta cuando se detuvo delante de alguien y se detuvo encarándolo.

-¿Quién eres?- entrecerró los ojos repasándolo de arriba a abajo.

El chico joven abrió los ojos y se arrodilló en el suelo pegando la frente.

-Mi señor disculpe, yo solo soy un empelado nuevo-

Kang se acercó rápido al lado de Zhiyin.

-Sí, señor Zhiyin, entró hoy mismo y como quería conocerlo en persona lo traje. Disculpe sino se lo presente antes-

-No hay problema- Zhiyin sacudió la mano para quitarle importancia- Solo que me pareciste familiar, nada más-

Se dio vuelta y se acercó a Yanfeng y le murmuró antes de seguir.

-No me fio de él, vigílalo, si vez algo raro ya sabes que hacer- y siguió su camino seguido de Kang y Liu.

Yanfeng también repasó al nuevo chico. Era joven, bastante, de cabello corto y negro al igual que sus ojos. Con algunas pecas en sus ojos. No llamaba la atención para nada y era bastaste retraído, pero si su señor le había pedido que no le quitara el ojo de arriba por algo era. Rápidamente comenzó a dar órdenes.

Zhiyin entró en su estudio y caminó hacia la mesa. Caminaba cada vez más torpe. Sus pies estaban hinchados después de tanto tiempo parado. Mira que Yanfeng se lo había advertido.

Además su mano en su espalda presionaba la zona que ya molestaba. Sentía como el renacuajo empujaba su columna vertebrar de forma dolorosa. Ahora consideraba seriamente a las personas en estado. Tendría que pensar seriamente si su esposo quería otro hijo porque después de esto como que se lo pensaría en serio.

Una vez detrás de su escritorio miró al hombre grande frente a él.

-No te quedes ahí, ayúdame o no ves que soy una patata redonda y deforme- le extendió la mano con un puchero. Odiaba ser tan dependiente últimamente.

Kang no supo si era adecuado reírse por lo que acababa de oír, pero se contuvo y se acercó a Zhiyin ayudándolo a sentarse lentamente sobre los cojines puestos estratégicamente para que sus piernas no dolieran más de lo que lo hacían. En serio que se veía mucho más rechoncho que aquella vez que lo había visto. A panza había agrandado varias medidas.

-¿Duele?- sin querer sus pensamientos escaparon de sus labios y el menor alzó la cabeza. Una sonrisa sínica se mostró en sus labios.

-Para nada, todo el color de rosa-

El hombre grande pestañeó y Liu se cubrió elegantemente los labios con el borde de su túnica ocultando sus dientes. Zhiyin suspiró.

-Hoy nadie entiende mis chistes. Claro que duele. Te imaginas tener más de 5 kilos en tu barriga que esté golpeando cada órgano interno a cada hora. Es para volverse loco. Y si a eso le añades que n siquiera puedo dormir cómodo porque en cada posición la barriga me tira de la piel como que sí, duele y muchoooo- soltó el aire de sus pulmones.

Kang miró de Zhiyin a la mujer algo alarmado.

-¿Es tan grave?-

La mujer asintió con un leve movimiento de la cabeza.

Enamorado de un idiota (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora