🚬06🚬

1.2K 117 96
                                    

No dejabas de pensar en lo que había pasado, por más que intentabas tu mente te hacia recordar aquella escena aunque no quisieras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No dejabas de pensar en lo que había pasado, por más que intentabas tu mente te hacia recordar aquella escena aunque no quisieras.

¡Maldita sea! Deja de pensar en eso, deja de pensar en eso! — Te golpeaste la cabeza múltiples veces pero imposible, seguías recordando aquella maldita escena. — ¡Ay, carajo!

En un momento repentino, ves de reojo que la puerta de tu habitación se abre.

¡Quiero estar sola, váyanse! — Gritaste pensando que eran Karaku y Urogi. Hundiste tu rostro en tus rodillas mientras tratabas de no llorar.

Lo siento, eso no se podrá. — Rechisto otra voz masculina, volteaste hacia la puerta encontrandote con...

Zohakuten

Quiero estar sola por ahora, ¿te puedes ir? — Preguntaste con tu voz algo temblorosa pero aún así un pequeño enojo estaba en ti.

Ante eso el menor entró a la habitación y se cruzo de brazos.

No, no me iré, tengo que hablar muy seriamente contigo, Akari. — Te dijo dando leves pasos hacia ti.

Ya no aguantaste más tu enojo, agarraste una almohada y lo miraste.

¡¡DIJE QUE QUIERO ESTAR SOLA!! — Le lanzaste aquella almohada con todas tus fuerzas pero este debido a sus reflejos la agarro antes de que lo tocara. — ¡EH?!

Vaya..Has entrenado tu fuerza? Por que si que eres fuerte... — Dijo Zohakuten tirando la almohada, seguido acto cerro la puerta detrás suyo.

¿¡Que parte de que quiero estar sola no Entendiste?! Por favor....vete... — Le pediste, cada vez tus ganas de llorar eran más.

El menor ignoro tu petición y se acercó más a ti, tu le lanzaste otra almohada molesta pero también lo esquivo.

Deja de lanzarme almohadas carajo! — Grito molesto y con el ceño fruncido.

¡Y tu vete de mi habitación! — Le gritaste a punto de lanzarle otra almohada en forma de amenaza.

Los dos se miraron por unos segundos, tu tenias una almohada lista para lanzarle.

No, no me iré. Te dije que necesito hablar contigo y eso haré. — Su mirada se volvió más amenazante. — No te golpeare, siempre y cuando tu me respondas con amabilidad a las preguntas que te haré, ¿Entendiste? — Te pregunto acercandose más a ti, tu retrocediste hasta que chocaste con la pared. — Y me importa una mierda si quieres estar sola.

Condenada en vida | Clones de Hantengu yanderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora