Un monstruo marino debajo de la cama

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Capítulo 18: Un monstruo marino debajo de la cama

2021

Baldassare Benetti, un italiano que en ese entonces tenía veintiocho años cuando fue invitado a una de las fiestas del clan cena, en donde conocería directamente a quien tomó la posición de líder.

Él desde muy pequeño estuvo familiarizado con esas personas, puesto que su padre era uno de los tantos socios de los mismos. Los Benetti tenían una relación estrecha con varias familias, incluida la Meracena; familia que representaba Alich hasta que se casó con Jon.

En esa fiesta, no fue la primera vez que la conoció. El hombre quedó completamente enamorado (y obsesionado) de ella muchos años antes.

Lo que lo desanimó fue saber que estaba con Jon, así que luego de que ambos se separaran, sintió que tenía chance.

Indescriptible fue la cara que puso cuando se enteró de que de un momento a otro se casarían.

Baldassare nunca tuvo oportunidad.

Fue allí cuando el hombre estaba de pie en el salón de eventos, mirando a la pareja de lejos, mientras que ellos platicaban con varias personas importantes. Baldassare sentía la sangre hirviendo al ver al «amor de su vida» mostrando un enorme anillo de diamantes que, por más que quisiera, no podría darle.

Él no entendía por qué lo había elegido a él; bueno, sí lo hacía: por ambición.

—Como sigas mirando a la mujer de Aracena, se te caerán los ojos— le dijo Genaro Liranzo; un treintañero español de cuerpo fornido, cabello negro azabache y ojos marrones. Él estaba allí por la misma razón que Benetti; fue invitado a la fiesta por ser un socio importante —Ella nunca te hará caso, deja de salivar por una tía ajena.

—Mis asuntos no te conciernen.

—Es que me das lástima— suspiró negando con la cabeza —Dejando de lado lo hermosa e inteligente que es, no comprendo el motivo de tu fijación por alguien que, en primera, nunca te ha dado señales de nada. Sus ojos están por Aracena y solo por él.

«Tsh, si tuviera su posición, ella habría estado conmigo en vez de con ese imbecille», pensó frunciendo el ceño.

La fiesta siguió su curso, y el hombre no paraba de deambular por la zona buscando la oportunidad de acercarse a Alich. Desde su perspectiva, Jon la estaba usando. El líder de los cena nunca había hecho demostraciones de afecto en público, era poco natural en él. Por eso, que lo haga en esos momentos, no podía parecerle más forzado.

Jon no lo sabía, pero tenía un enemigo a pocos metros de distancia; alguien que lo miraba con odio, no deseando ser él, sino todo lo que tenía. Empezando por Alich.

Y hablando de ella, la mujer se separó por un momento de su prometido para tomar aire y de paso, dar un par de caladas. Benetti no se equivocaba del todo, entre Jon y Alich no había nada más allá que un profundo desinterés amoroso por el otro. Ella no lo amaba, ni mucho menos él. El que se muestren cariño en público, era una parte importante de su actuación.

En ese tiempo, Jon todavía no tenía la confianza de los de su clan. Así que debía darles la certeza de que se había convertido en un hombre serio, responsable y futuro padre de familia.

Antes de quedar embarazada, y que los meses libres de humo le hayan servido de abstinencia; Alich fumaba en promedio cinco cigarrillos al día. Aquella fiesta no era la excepción, la mujer se apoyó del balcón del salón de eventos y sacó un cigarrillo de su bolso, y mientras Baldassare se acercaba, ella lo prendía usando un encendedor.

—Hasta que por fin te despegas del scemo— Alich volteó de inmediato con el cigarrillo en la boca.

—No soy buena en el italiano, pero sé muy bien lo que significa la palabra «scemo»— lanzó un resoplido —Baldassare, no sé qué haces aquí, pero será mejor que te vayas.

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