No tan alejado de la realidad

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Capítulo 21: No tan alejado de la realidad

Pasaron un par de días después del incidente del secuestro. De los dos hijos de Jon, primero se debe empezar por el mayor: Aidan Pujols. El niño, después de haber sido intervenido por el personal de salud, fue trasladado por órdenes de Jon a una clínica especializada en casos como el suyo. Desde que llegó, los doctores del sitio recomendaron que el pequeño recibiera un tratamiento con base en el uso constante de un desfibrilador que le enviaría impulsos eléctricos a su corazón.

El tema del dispositivo se puso en debate durante mucho tiempo, pues los médicos buscaban mejores opciones que aquella máquina que, aunque evitara una muerte súbita, podría traerle otras complicaciones por tratarse de un infante.

Al final de tanta charla, ellos llegaron a la conclusión de que era mejor ponerle el implante. Para ello utilizarían una técnica nueva en el cuidado pediátrico, pero que funcionaría igualmente sin necesidad de que sea tan invasiva como la usada en adultos.

Jon atendió el caso desde la distancia con la ayuda de Asher. A Eribec le molestaba un poco que en esos días que pasaron, y siendo una persona con tanto dinero para viajar de un país a otro; él no se diera el tiempo de ver a su hijo que, desde su perspectiva, lo necesitaba más.

No obstante, el hombre se tenía que encargar de las consecuencias de haber entregado la cola de sirena. Además, a pesar de pagar por todos los costos del internamiento de Aidan y aceptar que le hicieran el procedimiento; él esperaba por los resultados de la prueba genética.

Como el hombre no conocía a Eribec lo suficiente, no tenía la certeza de que Aidan fuera hijo suyo. Después de todo, ella a penas había terminado con Ismael cuando ambos estuvieron juntos. ¿Qué tal si era hijo del infiel y en realidad, no se trataba de un Aracena? Debía descartar cualquier cosa.

Pasando a Melody, la niña fue atendida por como tres neonatólogos y un pediatra. Ellos no le vieron nada malo a la bebé, era una prematura que se estaba desarrollando correctamente. La veían tan bien que a los siete días del secuestro, la sacaron de la incubadora y se la dieron a sus padres.

Alich en ningún momento se quiso apartar de ella, pues la mujer temía que las volvieran a separar por el capricho de otro loco. Era tanto el alerta, que Jon triplicó la seguridad de la clínica y solo la gente autorizada podía acceder al área en donde se encontraban su esposa e hija.

—¿A dónde vas?

Jon se levantó de la silla e iba a salir de la habitación cuando la pregunta de Alich lo detuvo. El hombre la había notado extraña en los últimos días, pero fingía no darse cuenta de eso; no le convenía.

—Tengo una reunión con alguien— sorprendería saber con quién.

—¿Y te vas así? ¿Sin avisar?— preguntó mientras que Melody tomaba leche de ella —Recuerda que no andas solo por el mundo, no te puedes ir sin decir nada. ¿Qué tal si te pasa algo?

—¿Si muero?— arqueó la ceja.

—No lo hagas— achicó los ojos —Ni se te ocurra, Jon.

—¿Que no haga qué?

—Ser sarcástico. Te hablo en serio y sales con tu sarcasmo— arrugó la frente —Dime, ¿volverás a Japón o qué?— esperaba que con una pregunta tan directa, él le contara la verdad.

—Me reuniré con alguien que me ayudará con el tema de la sirena.

—¿Pero con quién?

Jon se devolvió y poniéndose delante de su esposa, le dio un beso a ella y a la niña en la frente. —Nos vemos— sin importar que Alich lo viera de mala manera, él salió del cuarto y se fue.

Destino inmortalWhere stories live. Discover now