Borra tus huellas al caminar

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Capítulo 31: Borra tus huellas al caminar

Al estar con Anny, Álvaro no tuvo conocimiento de lo que sucedió en la fiesta hasta que escuchó a la mujer conversar con sus amigas del clan por celular. Ellos se habían ido al apartamento del hombre y allí se quedaron hasta el día siguiente, en que sin importar que se tratara de un sábado, Álvaro se fue a la oficina buscando a Jon para que le explicara la situación.

Lo bueno es que como al evento nada más asistieron los más importantes del clan, el chisme sobre Alich y «la mujer misteriosa», no llegó tan lejos. Los únicos que conversaban sobre ello, lo hacían a puerta cerrada. Ninguno se quería topar con la suerte de que Jon los descubriera hablando mal de él y de su esposa, tal práctica traería como consecuencia que el hombre castigara a las familias de esas personas con no distribuirles carne de sirena por dos generaciones.

Un castigo bastante cruel para muchos.

Desde que Álvaro llegó al edificio; él le preguntó a la secretaria de su hermano; Kenia, por su paradero. La mujer no le supo responder, a pesar de que ella era la que más tenía tiempo en el puesto, nunca sabía casi nada de Jon. Su trabajo solo consistía en recibir llamadas telefónicas y ayudar en la coordinación de eventos, luego de ahí, el hombre se encargaba de todo solo.

El hombre iba por la recepción, mirando el contacto de Jon en su celular, cuando un llamado lo detuvo. Al voltear, vio que quien lo hizo fue Taracena. Su presencia lo asombró un poco, no era usual que un representante anduviera por ahí en un fin de semana, y más en ese horario.

—Miren a quién tenemos aquí— dijo acercándose a Álvaro, el cual maldecía en su interior. Le parecía desagradable tener que lidiar con un representante a esas horas del día.

—Oh, hola— saludó empleando el típico tono condescendiente que usaba para ganarse a la mayoría —Qué sorpresa encontrarte por estos lados.

—Primero te veo en la fiesta y ahora andas por aquí con una libertad perceptible. ¿Tu hermano y tú por fin hicieron las paces?— le parecía curioso que ocurriera, Jon no se veía interesado en quitarle el exilio —Cuando nos hablaste sobre la cola perdida, creí que se trataba de algún movimiento tuyo para dejar mal parado a Jon, pero me equivoqué. Estás jugando de su lado.

—Por más que lo duden, yo siempre he jugado del lado de mi hermano. Él es mi única familia— sonrió —Tarde o temprano, Jon también lo entendería— por las buenas o las malas.

—La futura sucesora también es tu familia— Álvaro arqueó la ceja tras esa afirmación. Taracena se acercó a su oreja para que no lo pudieran escuchar —Beracena fue el más inteligente de todos al apostar por Jon cuando tu padre murió. Entre los Aracena no había muchas opciones para escoger, después de todo, tú eres un impuro. Ahora es distinto, hay otra Aracena que nos puede garantizar muchos beneficios cuando crezca. Por esa razón, un pequeño grupo de representantes estamos jugando del lado de Melody, a quien podremos instruir desde niña.

—Jon no permitirá una cosa así— era inconcebible que pusieran a una hija en contra de su padre —Es un movimiento arriesgado.

—Álvaro, nos conocemos. Tú no quieres vivir por debajo de las estupideces de tu hermano, nadie quiere hacerlo— se encogió de hombros —Llámame, cuando quieras formar parte de esto, tienes mi número.

Taracena le dio una palmada en el hombro como despedida. Lo que el hombre desconocía era que Álvaro no jugaba del lado de Jon ni mucho menos para los representantes, él jugaba para él mismo. Este tenía un plan en manos que nadie vería venir.

Mientras que el representante salía del edificio, Jon entraba. Este último ni siquiera lo miró; estaba demasiado absorto en sus pensamientos como para prestarle atención a las personas de su alrededor.

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