Capítulo 30: Bandos ocultos.

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Ciudad de EE.UU //Baltimore//

Departamento: #234

Leila:

¡Que no madre!, no voy a ir a Londres solo porque tú me lo "pidas". - Agregué entre comillas con una gran cólera creciendo en mi interior desde el teléfono.

Por favor Leila... - Fruncí el ceño.- Debes venir, te necesitamos a tí, a Seil, y a...

Antes que digas su nombre te recuerdo que ella nos abandonó hace tiempo, se fue con su....

—  Sophía los está intentando despistar... - Noté como la voz de mi madre se alzaba aún más por el otro lado del teléfono. - Ella volverá... - La escuché susurrar, sabía que no tenía una buena relación con mis "hermanastras", pero no era ni lo lejos que deseaba que se aparezcan de nuevo.

Se supone que estoy haciendo estoy por ustedes, me vine a infiltrar en la empresa Suit, como para que me vengas con esas boberías.

Ah, no sé que haré contigo, al menos promete que vendrás cuando tengamos todo preparado. - Ladeé un poco con mi cabeza, pero asentí y dándole un sí a mi madre, me despedí de ella y me eché en la cama cerrando los ojos.

¿Cuándo había cambiado todo?

¿Hace cuánto qué no vivía como antes lo hacía?

¿Desde cuándo dejé de ser la chica alegre?, qué prometió estudiar arqueología solo porque le apasionaba.

A la final pasé cada día complaciendo las expectativas de mis padres, pero ¿valió la pena?

En serio, ¿si valió la pena?

Frustrada me eché a llorar, habían muchas cosas qué no quería hacer, mi otro yo seguro se avergonzaría, pero ya estaba... ya estaba echo y pronto acabaría y me iría...

Me hubiera gustado nunca cambiar a imagen y semejanza lo grandiosa qué era.

Permanecer en bandos ocultos no me gustaba para nada, más sí mis sentimientos se interponían de por medio.

*********

/// En otro país/// Baltimore///

- Instituto: "Hearthstone"-

Hora de salida:

Cam:


Viernes por la tarde y la lluvia caía con frenesí, cada tres dos segundo podrías darte cuenta de que parecía más una piscina, que unas simples calles de Baltimore, el viento azotante hacia que mis cabellos se pegaron a mis mejillas, estaba tan absorto observando la lluvia cuando ella habló.

— Entonces Cam... - ví como Rebeca pasó uno de sus mechones oscuros hacia atrás. - ¿Qué son tú y Lil?


— Amigos... - Dije rápidamente tomando mi soda al lado de una despensa llena contra la pared. - Beca sonrió y negó con la cabeza.

Mitad ExperimentoWhere stories live. Discover now