Capítulo 34: Noche larga.

2 0 0
                                    


— Mady te quiso mucho, eras todo para Mady. Ella te amo hasta en su último momento.

Esa sensación de sentir tu cuerpo calentándose y una rabia profunda al saber la verdad, al saber qué alguien especial en tu vida murió injustamente y nadie pudo hacer nada, apreté los dientes del desespero y sentir como mi sangre se retenía por los dedos de mis yemas al apretarla suavemente.

— Eres... igualita a ella, aunque Mady tenía el cabello color obscuro, tus ojos me recuerdan a ella, ese verde profundo... esa mirada, sin dudas Mady estaría orgullosa de ver a su pequeña. - Sentí cómo me acariciaba la cabeza y mi mente se relajaba un poco. Había Sido mucha información, pero ya sabía la verdad, ya la sabía.

— Entonces... - Hablé finalmente. - ¿hay una cura para que vuelva a la normalidad? - Noté cómo asentía.

— La cura está en la poción; Arks 120, solo que para ello deberíamos quitárselos a los de la familia de la sangre especial, además dí con unos perfiles de su gente que.... - Parecía dudoso, pero siguió hablando. - te sorprenderá lo qué encontré en uno de los miembros del equipo.... Sophía.

Me desperté sudando frío y mi corazón latiendo por mil, aún recordaba aquella conversación con mi padre, cuándo me contó la verdad,  Jaiden y los demás tenían qué saber la verdad, miré a mis alrededores y luego a la mesita de noche qué estaba pegada a mi cama, apenas eran las 3:40, una hora muy temprana para levantarse. Pasé mis manos por mi pelo y traté de respirar normal, aún no estaba cómoda con saber qué Sophía nos había estado mintiendo, pero yo no era quién para contar aquel atroz secreto, así que le decidí dar tiempo, aunque ella no supiese que ya lo sabía. Una vez me tranquilicé, deslicé mis pies abajo del suelo, caminé despacio hacia la puerta y la abrí, todo estaba obscuro, bajaría por un vaso de agua y luego volvería a la cama, eso fue lo que hice dispuesta a tomar un poco de agua, todo se encontraba en suma armonía, para cuándo llegué a la cocina todo siguió pareciendo normal.

Muy bien. Tomaría este vaso de agua y a seguir durmiendo. Pero a veces los planes de la vida no parecen tomar las misma decisiones, luego de qué casi me atragantara con tres vasos de agua. ( Sí, tres vasos de agua, tenía mucha sed). Me dispuse a irme de vuelta en mis pasos cuando choqué contra algo duro, o más bien alguien... porque gruñó y ahí, en medio de la obscuridad, pero con aquella figura más alta qué yo lo encontré maldiciendo por lo bajo.

— ¡Más cuidado! - Me sonrojé ante el tacto de su mano qué había agarrado mí hombro derecho. - Eh, ¿Sakura?, ¿qué haces aquí?

— Vale, lo siento y solo vine por un vaso con agua, ya me voy. - Hice el amago de alejar su mano de mi hombro, pero él no parecía tener los mismos planes por lo qué me acercó más a él y poniéndose a mi altura susurró.

— ¿Sabes?, yo tampoco podía dormir, pero aprovechando qué estás aquí, quiero invitarte a la cena familiar qué será el próximo mes, espero digas qué sí, no sé si mis hermanos te hayan dicho, pe.... - Lo interrumpí, acordándome qué me habían dicho y les pedí qué esperarán, pero con Daichi no, con Daichi era otra cosa.

— Tus hermanos me hicieron la invitación, pero les pedí qué esperarán, pero lo cierto es que... - No sé qué me pasaba aquella noche, no sabía sí era la emoción de conocer bien a Daichi, de profundizar con él, pero algo en mi interior hizo una "explosión" - ¡quiero ir contigo! - Se escuchó más por mis labios como obligación, que susurró, quizás así lo tendría más claro. (o ya estaba claro qué fue el quién siempre hizo tu corazón latir). Pero eso no lo diría, aún no. Ví cómo sonreía y con su mano me jaló y más hacia este y su susurro en mi oído y los mechones juguetones qué se le escapaban me hacían cosquillas.

— No sabes lo feliz qué me hace eso, así qué ven. - Tiró de mi brazo hacia arriba, ¿dónde me llevaría?

— ¿A dónde vamos? - Pude ver como pasamos el cuarto de Seren y al lado el de Christopher, no respondió sino hasta llegar a una puerta y detenerse, para voltearme a mirar y decir:

Mitad ExperimentoWhere stories live. Discover now