Parte 37- ¿Lesionado?

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NARRA ALEX.

En el minuto 75 de partido Pedri recibió un golpe bastante malo de un jugador del Mallorca y acabó tendido en el suelo sin moverse. Entonces entendí como de impotente se debió de sentir mi chico al estar a quilómetros de el sin poder hacer nada y sin saber que me estaba pasando a mi o al bebe. Parecía que el universo se había alineado en mi contra para hacerme pagar por querer ocultárselo.

Algo se me atragantó por dentro, sentí una sensación de agonía horrible que acabó en ansiedad, pinchazos en el vientre, y más aun cuando solo vi por televisión como se lo llevaban del campo en la camilla, sin saber si estaba bien o no.

Pese a nuestras llamadas, no nos conseguíamos hacer con ningún miembro del equipo técnico para saber como estaba Pedri.  Y solo cuando acabó el partido conseguí hablar con Gavi, porque Pedri tampoco contestaba el teléfono. Nos dijo que todo estaba bien, que había sido un golpe malo pero que estaba consciente y que era mucho menos de lo que pareció en la televisión.Pero yo no me lo creía del todo, porque si Pedri estaba bien ¿Por qué mi novio no me cogía el teléfono?¿Ni me contestaba los mensajes? Solo podía haber una razón para ello, y era porque le dolía o se encontraba realmente mal... en eso era como yo, nunca querría preocuparme más de la cuenta.

Fer y yo sabíamos que volvían a Barcelona nada más acabar el partido, y aunque la idea inicial no era ir a buscarlo a la Ciutat Esportiva ni si quiera lo dudé, y por suerte Fer me apoyó porque Pedri seguía sin respondernos a ninguno de los dos.

Cuando entramos en el hospital del gimnasio, Pedri estaba acostado en una camilla con un vendaje en la pierna izquierda y una de sus mejillas algo amoratada. Alejandro a su lado moviéndole la pierna de un lado a otro, mientras mi novio intentaba esconder una mueca de dolor. Cuando reparó en nosotros, se quedó muy parado y más aun al vernos entrar por la puerta. Conocía demasiado bien esa expresión suya, era como si le molestara que estuviéramos aquí.

Fer dio un paso al frente y se acercó a su hermano mientras yo me quedaba detrás de el.

-¿Cómo estas?

-Bien, ¿Que hacéis aquí? no hacia falta- fue lo único que dijo Pedri mirándome de reojo. Ni si quiera un saludo, una palabra cariñosa, nada. De verdad tenía la sensación de que estorbaba.

-Hermano no cogías el teléfono, pensábamos que era algo serio - explicó Fer indicándome con la mirada que me acercara a Pedri, y eso hice, di un paso en su dirección no muy convencida porque sentía que mi chico quería estar solo y que lo estábamos molestando.

-¿Te duele?- acaricié su brazo y solo se tenso.

-No- respondió secamente sin mirarme.

-Bueno vale, déjame que te ponga la almohada quizá estas más cómodo..- intenté colocársela por detrás de la espalda para que se incorporara un poco y estuviera más cómodo, pero se removió y eso me hizo retroceder.

-Estoy bien- insistió sin mirarme.

-Pedri no tienes que hacerte el duro .. soy yo.. - empecé acariciando su pelo con cariño porque me daba mucha pena verlo así de mal y quería que se desahogara conmigo.

-¡Te he dicho que estoy bien joder!  ¿Qué no entiendes? Calla ya joder- me cogió por la muñeca y me apretó un poco. Yo me quedé inmóvil sin saber que hacer o decir. Pedri nunca antes me había hablado o gritado de esa forma, y no fui la única que se sorprendió. Fer lo miró con desaprobación e incluso el propio Alejandro, su fisio, abrió mucho los ojos también.

-Voy a dejaros... un ratito en familia- dijo Alejandro dejando un aposito frío sobre su rodilla.

Mis ojos empezaron a aguarse y me sequé las primeras lagrimas que caían por mis mejillas. Aunque se encontrara mal..no justificaba que me hablara tan mal. Empezó a faltarme el aire y solo quería salir de allí.

Pequeña Casualidad | Pedri Part. I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora