Yo intentando meditar

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Un par de veces he hecho ejercicios de meditación. He tenido momentos de ansiedad que no podía controlar, así que probé con coger el cojín de la cama y sentarme en el cuelo creyéndome un monje budista que conseguiría levitar. Los principios de la meditación son controlar el cuerpo en un estado de relajación, donde comprendemos lo que somos y lo que nos rodea (temperatura del ambiente, nuestra posición corporal, nuestra respiración...) y controlar nuestra mente (hay que concentrarse únicamente en esa respiración, sea como sea, en mantener el control y no pensar en nada). Escribo esto porque veo que hay gente que se 'ralla' muchísimo por las cosas, y no me gusta hacer de psicóloga, pero esto es algo que pienso y me gusta recordarme cuando me pasa, así que os lo comparto con todo el amor.

Al principio me pareció una soberana tontería, pero poco a poco tomarme esos 10-15 minutos para no pensar en nada me ayudó a darme cuenta de algo: necesitaba tiempo para mí misma, para pensar en lo que pienso. Parece enrevesado, pero en realidad no lo es. Me llego a sentir muy frustrada, por todo lo que considero que he hecho mal, porque no me encuentro en la situación en la que quiero, y porque no sé cómo cambiar esa situación y conseguir lo que creo que quiero. Pero esto no acabó de llenarme, pensé: ¿Cómo va a ayudarme estar sentada e inmóvil a relajarme, si mis problemas seguirán ahí cuando abra los ojos? Ignorancia pura y dura por mi parte, y tampoco quise seguir informándome.

Un día llegué al límite, cuestionándome mi existencia. En mi cabeza había una chica gritando 'estúpida, no sirves para nada, nunca aprendes' a una niña pequeña que en un rincón lloraba y decía 'pero es que los demás no hacen nada y lo consiguen todo...' Ahora comprendo que se trataba de mi rabia y mi autocompasión, peleando por tener la razón.

Ese día, llegué a casa, mi familia estaba desayunando en la terraza del jardín, y pude quedarme a solas con mi madre, silla junto a silla, tomando los primeros rayos del sol de la mañana. Me lancé a intentar explicarle lo que sentía y mi madre no se lo pensó mucho, me dijo '¿Sabes qué hago yo? Cierro los ojos y pienso en blanco' aquello me sonó a broma 'pienso en el color blanco, en una pared completamente blanca y me concentro en ella'. Miré a mi madre, pensando como siempre que se le va la cabeza, luego cerré los ojos y me concentré en una pared blanca de casa. Solo en la pared, en su pintura, en sus rugosidades, en las grietas... Me dejé llevar y dejé que la luz del sol me ayudase a concentrarme en ello. La niña de mi cabeza quería llorar más fuerte, y la chica que gritaba se volvió más agresiva. 'Solo estoy mirando una pared blanca.' Lo repetí tantas veces en mi cabeza que finalmente pude entender lo que mi madre decía, aunque era difícil.

Los días siguientes seguí repitiendo el proceso, me tomaba mi tiempo, lo dejaba todo en 'blanco', me costaba muchísimo. Pero vi como el lío que tenía en la cabeza, como una maraña de cables, se iban aflojando; algunos salían y se estiraban, dejándome mensajes claros que podía entender: 'no estoy bien' 'no quiero seguir así' 'quiero poder cambiar mi situación'. Darse cuenta de ello, reconocerlo, ha sido mi primer paso. En algún momento comprendí que la pared blanca era lo que me faltaba cuando meditaba. Poco a poco he podido ir aprendiendo cómo escucharme, entendiendo que un cambio grande exige disciplina sabiendo hacer cambios en lo pequeño.

Un par de veces he hecho ejercicios de meditación. He tenido momentos de ansiedad que no podía controlar, así que probé con coger el cojín de la cama y sentarme en el cuelo creyéndome un monje budista que conseguiría levitar. Los principios de la meditación son controlar el cuerpo en un estado de relajación, donde comprendemos lo que somos y lo que nos rodea (temperatura del ambiente, nuestra posición corporal, nuestra respiración...) y controlar nuestra mente (hay que concentrarse únicamente en esa respiración, sea como sea, en mantener el control y no pensar en nada). Escribo esto porque veo que hay gente que se 'ralla' muchísimo por las cosas, y no me gusta hacer de psicóloga, pero esto es algo que pienso y me gusta recordarme cuando me pasa, así que os lo comparto con todo el amor.

Puntos más importantes que he aprendido

Haz limpieza tecnológica: igual que limpias la casa, limpia todo aquello prescindible que te ate a la pantalla. Controla cuántas horas le dedicas, si realmente te sirven de algo, qué podrías hacer en ese tiempo si no lo dedicases a mirar los contenidos de los demás, y... ¿lo que tú subes realmente es de alguna utilidad? Vuelve a la vida real, que es la que importa. (Los jóvenes pecamos en este aspecto porque el mundo virtual tiende a absorbernos sin piedad).

Cierra la boca: A mí me ocurre que en ocasiones dedico demasiado tiempo a contarle a mis personas de confianza lo que siento en ese momento, es una forma de desahogarme, pero en cuanto me ocurre algo nuevo, siento la necesidad de contárselo, para conocer su opinión, comprender su punto de vista... Porque si lo veo en los demás, creo que es algo habitual y me resulta más sencillo afrontarlo. Pero nadie va a vivir por ti, tú tomas tus decisiones, y no puedes agotar a los demás con tus movidas, además de que eso te hace perder tiempo de calidad con la gente que valoras. Es posible guardar cosas para ti, es natural, es necesario, porque tienes que tener una confianza contigo mismo, poder tener un espacio confidencial en tu mente, y filtrar lo que cuentas, y preguntar por las cosas que realmente son importantes, pedir consejo a la gente relevante y meditar la información.

Abre los oídos: Escuchar a los demás es el mejor momento para ver que los demás tienen problemas como tú, ver como los afrontan es el mejor experimento para comprender lo ridículos que somos en ocasiones y también poder anotarte mentalmente cosas útiles para mejorar en ti mismo.

Limpieza social: Vete eliminando a gente indiferente en tu vida, después de toda esa gente tóxica que te rodea y que no aportan nada bueno. Saber controlar la gente con la que pasas tiempo y lo que te aportan es esencial a la hora de analizar lo que sientes. Si te rodeas de gente negativa, sabrás lo que piensa la gente negativa, podrás ser una persona negativa ¿es eso lo que te interesa? Quizá aprender a gastar tu tiempo con gente nutritiva mejorará tu forma de ser y apliará tus posibilidades de actuar bien. La objetividad pura no sirve, pero debemos comprender su importancia en nuestra vida. Por mucho que los demás digan que existen los unicornios, y aunque se hayan puesto tan de moda, siguen sin existir, míralo así. Lo mismo pasa con los problemas y con las opiniones...


¡Huye!: No literal... No huyas de los problemas, pero plantea la forma de evadirte, porque la vida no son solo los problemas que tienes. Te rodean miles de cosas buenas y tienes que aprovecharlas para desconectar. A mí me ayuda: escribir, leer, hacer ejercicio, abrazar a mis hermanos, tomar una Voll-Damm (ese sabor amargo me dice siempre: así quiero ser, difícil de entender, pero de calidad. Soy publicista, no me juzguéis por identificarme con un producto...), recoger pétalos de flores u hojas de camino a casa, secarlas y estudiarlas (como nos enseñaron en el insti)... JAJAJAJA esto último es ridículo, pero era una forma de enseñaros algo sencillo que te lleva unos minutos al día y te hace ser curioso, te hace abrir la mente y ver que hay vida más allá de ti mismo, que crece, que florece, y que eres perfectamente capaz de tener tu propio ritmo, amoldarlo a ti y hacer la tu vida bonita, con un aura del color que quieras y no solo negro. El mío es azul. Cada uno tiene una forma única y 'ridícula' de ver las cosas, si sirve es lo que cuenta.

Conclusión a la que he llegado

No sirve de nada autocompadecerse porque no dejan de ser excusas que nos ponemos a nosotros mismos, ¿vamos a intentar engañarnos a nosotros mismos? es ridículo. Tampoco sirve de nada gritarnos, insultarnos... ¡Si eso lo hiciese otra persona la mandaríamos a freír esparragos! Con lo cual, ¿qué piensas tú? ¿realmente tus problemas no tienen solución? Creo que, en cualquier caso, siempre hay soluciones creativas para afrontar las cosas. Escuché en alguna película 'Soy más grande que mis problemas', eso también me ayuda, porque me hace sentirme por un segundo segura de mí misma y continuar haciendo lo que hago. No puedes cambiar el pasado, y no puedes predecir el futuro, céntrate en el ahora, en disfrutar y organizarte para el futuro, asimila el pasado y aprende de él para saber qué quieres, qué no quieres. Nadie hará este trabajo de reflexión por ti. Y es muy probable que hoy no puedas cambiar tu pensamiento y estar super motivado, porque todo tiene que tener constancia, un poco de tiempo todos los días para motivarte, para escucharte, y trabajar en ello, eso puede hacer en unos días se relaje la sensación de presión, comprendas mejor tu mente, y abras la puerta a cuestionarte todo lo que haces de forma automática y no te está sirviendo. Si tú no crees que mereces la pena, si tú no crees que puedes hacer grandes cosas, nadie lo creerá, solo tú decides si puedes o no. Busca formas de tener una cita contigo mismo y obligarte a conectar, a ordenar tu cabeza, a vivir bien.

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