Pesadillas sin sentido

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Se tumbó en la cama y notó un gran alivio en su espalda. Apagó la luz y tan solo unos rayos de luna iluminaban los pies de su cama; fue lo último que vio antes de cerrar los ojos. La fatiga dio paso al sueño, por el que se dejó adsorber, consciente de que era momento de terminar el día.

Entre la bruma de los sueños, la primera imagen que se le apareció fue una habitación enorme. En el centro, una escalera de caracol de la que pendía junto al portador de Jade. Arriba, cientos de botellas vacías que ambos hicieron caer y romperse. Los cristales eran muy pequeños y quebradizos, se cortó las manos intentando remendar lo ocurrido. Todo era un sin sentido. Para él aquello tenía más importancia, se llevaba las manos a la cabeza mientras gritaba, otras personas empezaron a llenar la habitación, pero la bruma apareció de nuevo, y la escena cambió.

Ahora estaba en un templo, junto a mujeres que intentaban combatir un gran ser, un biscione que serpenteaba sabiendo que ganaría en ese juego. Iba a por ella, pero logró salir. Afuera no tuvo mayor suerte y fue capturada por extraños lanceros que pretendían atravesar su espalda. Intentaron capturarla, pero la bruma fue más rápida. El portador de Jade reaparecía, en susurros, entre la fría oscuridad. Una mano, esta vez con destellos de zafiro se hizo paso y tendió su mano. Los dos colores se entrelazaban, chocaban, centelleaban. El miedo hizo que se despertara. Fue corriendo a lavarse la cara. Se sentó en la cama e intentó normalizar el ritmo de su corazón. Ya había terminado, solo era una pesadilla.

Tan solo quería dormir. Se recostó y vio los rayos de luna que iluminaban los pies de su cama; cerró los ojos. La fatiga dio paso al sueño, por el que se dejó adsorber, consciente de que era momento de terminar el día o que la pesadilla se repetiría. 

El Blog de Aura BlueWhere stories live. Discover now