Esa enfermedad llamada amor

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<<Conoces suficiente de la otra persona, tanto como para saber que quieres pasar el resto de tu vida junto a ella. >> Si llega la llamada del amor, puede que sean largas las horas pensando, en mil historias y recuerdos, que se cruzan, se enlazan, se enredan hasta dejar un dolor de cabeza, y angustia por dentro.

¿Quién sabe cómo solucionarlo? ¿Quién entiende los desvaríos de la vida? ¿Quién puede controlar sus sentimientos hasta el extremo de entenderlos? ¿Cuántas horas necesita alguien para encontrar el sentido de su amor? ¿Cómo se le da un sentido al amor? ¿Qué significa?

Incluso intentado expresarme, se me hace una nudo en la garganta, con mil y una preguntas que la mayoría necesitamos entender, porque ignorar no es una solución definitiva, es algo que no se puede aplazar, cuando llega no hay vuelta atrás.

<<Quiero y no quiero queriendo a quien no queriendo quiero, quiero sin querer y sin querer estoy queriendo. ¿Cómo quieres que te quiera, si el que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?>> Así, una y otra vez.

Pasan años sin entender porque la gente viene y va. Es el cambio. Lo sé. Pero me cuesta aceptarlo. Nunca nada es como siempre, porque siempre es como nunca y todo cuanto mi cabeza piensa no es ciencia, no hay cifras ni cálculos para imaginar la locura que nos ata, aquí, a estos cuerpo, donde el alma que se consume poco a poco, con ira, sin freno, nos hace destapar lo que pensamos, lo que sentimos, sin sentido.

Pero algo tengo muy claro, y es que del amor nadie entiende lo suficiente. Tantos amores existen como personas en el mundo, es imposible descifrar cada una de las situaciones que nos atan a esa locura.

Y más que una locura es una enfermedad, que nos consume, que nos enferma, y se va expandiendo por todo tu ser para dejarte en la nada mas absoluta, a su merced.

No es una enfermedad nueva, ya existía desde que los humanos respiramos y nos relacionamos, solo que se manifiesta de diferentes maneras. Una enfermedad que estuvo, esta y estará para siempre. No hay solución, ni debería haberla. porque... ¿quien nos quita el placer de haber amado y de ser amados?

Escrito el 30 de diciembre de 2013

Me ha hecho gracia como la propia vida se ha encargado de responderme algunas preguntas y darme algunas nuevas. Si lees esto y lo reconoces, tan solo te digo dos palabras que he aprendido: paciencia e independencia.

El Blog de Aura BlueWhere stories live. Discover now