Ser autocrítico sobre quién eres

1 0 0
                                    

Al hilo de lo que os contaba en el anterior post, 'meditar' es básico para cualquier persona. ¿Qué ocurre después de tomar algo de tiempo para nosotros? ¿Qué debemos hacer cuando conseguimos llegar a esa pared blanca? El pensamiento vuelve a invadirnos, con lo que vemos, con lo que hacemos, con lo que sentimos. Y hay que dar otro paso, hay que aprender a educarnos también en pensar.

Nos ocurre en la adolescencia que cambiamos corporalmente y también nos rebelamos en cierta medida ante todo lo que nos han inculcado. Esa rebelión puede ser el inicio de una investigación tanto exterior como a nivel interno, para comprender cómo somos y cómo nos han hecho. Una afirmación clara es que nunca dejamos de aprender, nunca vamos a llegar a saber todo, ni de lo que nos rodea, y mucho menos de nosotros mismos. Ese aprendizaje no debe parar, porque es vital entender ambos factores, para saber relacionarnos y tomar decisiones. Por lo que, si alguna vez has dejado de preguntar el por qué de las cosas, estás en problemas.

Considero que es así porque es un gran problema adoptar creencias absolutas, dar por ciertas todas las cosas que te han enseñado, que has aprendido, a las que te has acostumbrado. Para esto siempre pienso en el mismo ejemplo, cuando piensas en una puerta, te imaginas una manilla o pomo por el que cogerlo y abrir hacia el interior; pero hay muchos tipos de puertas, las corredizas por ejemplo, se desplazan lateralmente y permiten aprovechar mejor el espacio... En cualquier caso esto no es para enseñaros decoración, sino que, uno dispone de muchas maneras para hacer lo mismo: avanzar. Queramos o no el tiempo pasa y no espera a nadie, si encierras tu mente en cuatro paredes y un techo, puedes estar cómodo y seguro, pero eso puede hacerte perder oportunidades de encontrar puertas que nadie más que tú puede abrir, dejando de encontrar lo mismo siempre en cada esquina y creyendo que alguna vez entrará algo que te hará feliz. Tú tienes que salir para encontrar lo que quieres, nada vendrá a ti. Y no debe frenarte el pensar que los demás son mejores, porque eres el único responsable por el cual no lo intentas, debes reeducarte, cuestionarte todo y re-definir todo tantas veces como sea necesario para continuar creciendo.

Esto es complementario a la meditación, como veis, es una especie de proceso que he ido comprendiendo para 'desintoxicar' la forma en la que vivimos. Todo cambia a un ritmo frenético, estamos hartos de oír esa frase, pero es cierta y no dejará de serlo hasta que nos extingamos. Para comenzar a cuestionar nuestra forma de vida, hay que empezar por uno mismo, y no con lo que hacemos, sino con lo que somos: ¿Si yo me encontrase conmigo mismo querría ser mi amigo? ¿Querría pasar mucho tiempo conmigo? ¿Qué cualidades buenas y malas destacaría? ¿Qué cualidades me gustaría realmente tener y que destacasen de mí? ¿Soy tóxico para mí mismo? ¿Me estoy cuidando física y mentalmente? ¿Realmente me elegiría para todo? ¿Elegiría ser yo ante todas las circunstancias?

A mí me sorprenden pensamientos a diario sobre estupideces y miedos sin sentido, y al principio pensaba en cómo erradicarlos, pero veo más conveniente escucharlos y después analizarlos. Porque no vas a dejar de pensar en algo solo con desearlo, lo entendemos cuando vivimos emociones muy fuertes, que es imposible evadiros. Pues con las ideas de cada día igual, escúchate, analiza lo que dices y transfórmalo. Crea una puerta mental en ese muro y sal al exterior, para ser más, para ser mejor. Los pensamientos que realmente no nos proporcionan nada útil se irán educando, poco a poco, todo lleva un proceso. Escribir es sin duda lo que mejor me viene a mí para destacar qué no es realmente adecuado para progresar. Sentir mal no existe, somos humanos y los sentimientos de todo tipo son necesarios, pero es la búsqueda de soluciones lo realmente necesario en nuestro cerebro.

Tenemos que tener cuidado con lo que pensamos sobre nosotros mismos. Auto-explorarnos debe hacerse de la manera más objetiva posible e introducir sentimientos que sean beneficiosos y no lo contrario. Me explico, todos tenemos o hemos tenido problemas con los complejos. Yo siempre creí estar gorda, porque de pequeña estaba rellenita y porque nunca he tenido un cuerpo como los que veía en las revistas o películas. Este es un gran problema para muchas niñas, porque la irrealidad mediática de la perfección hace que la idealización de la apariencia y el éxito de otras personas sea nuestra propia condena. No tienes que ser delgada para tener éxito, no tienes que llevar tacones o ir a la moda, no tienes que tener miles de seguidores o likes en redes sociales, tienes que ser tú, a tu forma, destacando por ser buena persona y por valores que te definen como tal. El problema es que si te dan a escoger entre ser guapa pero estúpida y fea pero inteligente, la mayoría preferiría lo primero, yo he llegado a preferir lo primero.

Estamos perdiendo valores, es un hecho. Pensar así es ridículo, te ha tocado lo que te ha tocado, y serás mejor o peor dependiendo de lo que hagas con ello. No importa lo que piensen los demás, importa lo que pienses tú, si tú te amas y enseñas a los demás que eres una persona 'sana' mentalmente querrán acercarse a ti, y se acercarán porque mereces la pena, no porque salgas bien en las fotos, y seguramente esas personas, aunque no sean miles, merecerán más la pena y te ayudarán a complementar una vida maravillosa. Si realmente hay cosas en ti que podrían cambiarse: ¡adelante! siempre es el mejor momento para empezar (recuerda que nada es gratis, que todo cuesta, tómate tu tiempo).

Y si no pueden cambiarse... No es el fin del mundo, acéptalo y enfócalo de la mejor manera posible. Quizá hablar con alguien de confianza sobre ello pueda ayudarte a saber cómo hacerlo, o quizá, pensar en qué consejos le darías a una persona en tu situación. Os pongo un ejemplos personales de ambas situaciones.

– Algo que puedo cambiar: < Siento que no tengo un objetivo en la vida, que todo lo que hago no tiene sentido y no soy lo suficientemente buena en nada en concreto. // ¿Por qué siento eso? // Lo siento porque hay personas en mi entorno, de mi edad, que han logrado cosas con menos esfuerzo, y que tienen verdadero talento. //¿Se puede cambiar? // Si. //¿Por qué no lo haces? // Porque he considerado que no es una opción. // ¿Cómo puedes cambiarlo? // Puedo ir poniéndome pequeños objetivos a diario para sentirme realizada y aprender. Puedo ir creando proyectos que me ayuden a tener una mejor visión de lo que soy capaz de hacer. Puedo ir probándome a mí misma y ver qué me gusta y qué no. // ¿Es posible? // Si. // ¿Qué necesitas // Tiempo, dedicación, disciplina, cariño por lo que hago, resiliencia ante los errores... // ¿Quiero intentar cambiarlo? // Si. > Y aquí es cuando, repitiendo esto cada vez que solo pensemos en negativo, quizá sea el impulso diario para confiar en nosotros mismos. Responder es sencillo, solo hay que buscar las preguntas adecuadas y actuar en consecuencia.

– Algo que no puedo cambiar: Este ejemplo me encanta porque es algo que he conseguido por completo y estoy orgullosa de ello. Cuando a un niño le ponen gafas en el colegio, por lo general antes, los compañeros se solían reír y hacer las bromas típicas como 'cuatro ojos' o 'topo'. A mí me pusieron gafas un año antes del instituto, porque me di cuenta de que no veía bien la pizarra. Mis primeras gafas recuerdo que eran horribles, y no fue hasta la segunda vez que pude escogerlas, cuando realmente acepté esa condición de miope, que parece una tontería, pero a nivel físico puede ser un problema para muchas personas a tan temprana edad, y puedes aceptar que eres menos útil o guapo porque ves menos. A veces los pequeños detalles de la infancia generan pensamientos involuntarios de mayor, como sentir que nunca has sido guapo por llevar gafas o porque no has estado en forma. Escogí unas gafas que creí cómodas más que bonitas, podía haber escogido unas sencillas pero escogí las más grandes que había, y al final me enamoré de ellas, porque comprendí que llevarlas era algo necesario en mi día a día, y aunque fuese un elemento externo a mi cuerpo, debía ser práctica. ¿Se rieron de mí y me han hecho burla? Obviamente, incluso a día de hoy, siempre me lo he tomado con humor. Pero en ningún momento dejé que me afectase, de hecho, lo he incorporado tanto en mi personalidad que siempre admiran lo bien que me quedan. Tengo la opción de operarme, por lo que sería algo con solución realmente, pero estoy tan a gusto que ni me lo he llegado a plantear. Para mí ya no es un problema, sino una cosa más que me define, y para bien. Finalmente las gafas grandes se han puesto de moda, y con otras cosas puede que pase o no, pero amarse no debe ser cuestión de moda, sino de sentido común.

En resumen: sé auto-crítico, analiza qué puedes mejorar de ti mismo, por ti y por las personas a las que quieres, y no des nada por supuesto, preguntar y errar es tan básico como pensar e indispensable para crecer. Si decides amarte de verdad piensa en que nunca deberías romperte el corazón a ti mismo, sería estúpido. Ah, y recuerda que los demás también tienen problemas, no solo te sucede a ti. Me gustaría hablar de cómo ser agradecido o cómo no compararnos, pero eso ya será en otra ocasión.

El Blog de Aura BlueWhere stories live. Discover now