Capítulo 2

2.3K 200 6
                                    

Capítulo 2 | "Al mando"

Alek Morosov

Corro por la nieve, rodeado de los inviernos rusos mientras siento como las lágrimas bajan por mis mejillas, haciendo que el frío a mi alrededor sea aún más insoportable cuando las cristaliza.

No recuerdo la última vez que llore, menos de esta manera tan desesperada.

Pero el dolor que siento dentro de mi es tan desorbitante que no tengo otra forma de expresarlo.

Mamá ha muerto.

La han asesinado.

Papá me ha dicho que uno de sus hombres se ha obsesionado con ella, de una manera tan mórbida y asquerosa que me repugna. Recuerdo sus palabras de cómo se expresó de mamá, de que fue mamá quien inició todo, insinuándosele a aquel hombre que no solo la lastimó de las peores maneras inimaginables, si no que la asesinó.

Ya no está.

Mi pecho se aprieta con fuerza mientras me dejo caer en la nieve de rodillas, sin importarme que el frío me cale los huesos con fuerza ni que sea demasiado por soportar. No reconozco si mi cuerpo tiembla por las temperaturas bajo cero a las que estoy sometiéndome sin ningún tipo de abrigo o es por los sollozos desgarradores que salen de mi garganta.

No la veré de nuevo.

Ya no está.

No sólo perdí a mamá, perdí la oportunidad de algún día reencontrarme con Annika.

― Podrías morir de hipotermia como sigas aquí afuera.

Una voz es la que hace que mis sollozos se detengan de golpe, mi cuerpo entero entra en tensión mientras instintivamente acerco mi mano hacia la cinturilla de mis vaqueros donde cargo una pequeña daga.

La persona frente a mí se revela, un rubio, de cabello casi que blanco por la increíble tonalidad de rubio y unos ojos azules me sonríe burlón, extendiéndome su abrigo negro mientras él permanece solo con el jersey negro y la bufanda.

― Ten, te congelarás.

Miro el abrigo al igual que a él.

― Te congelarás tú si me lo das ― es lo único que dijo, las palabras sonando algo roncas en mi voz.

― Estoy acostumbrado a los inviernos rusos, pero parece que tú no tanto.

Tomo el abrigo entre sus manos luego de dudarlo un poco. Limpio mi rostro mientras me siento sobre la nieve y él lo hace a mi lado.

― ¿Quién se supone que eres y qué haces aquí?

― Soy Yaroslav Ivanov ― sonríe ― Y tu debes ser Alek Morosov.


Lavo la sangre sobre mis manos, la cual continúa como una pequeña mancha rojiza sobre mi piel, la cual parece no querer desaparecer mientras me desespero y tallo más fuerte.

― Anda, usa esto ― Yaroslav se interpone en mi camino, entregándome un frasco extraño.

Desde aquel día en que nos encontramos en el bosque, hemos mantenido una pequeña relación de ¿amigos? No lo sé, ¿compañeros de crimen, tal vez?

No tengo idea, sólo sé que hemos comenzado a realizar misiones juntos desde que su padre se ha aliado al mío, por lo que nos hemos vuelto un poco cercanos.

El hermano de Yaroslav, Yasir, nos observa desde el asiento trasero de la camioneta mientras fuma un pequeño porro.

― Debemos apresurarnos si queremos alcanzarlos ― nos apremia.

Royal FlushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora