Capítulo 7

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Capítulo 7 | "Reencuentro, Parte III"

Alek Morosov

Luego de estrechar las manos con los hermanos Blackwolf, lo que sella nuestro trato, mis ojos buscan desesperadamente los de Annika, quien me sonríe ligeramente, pero se mantiene justo donde está.

Entiendo la señal.

Pese a que mis manos pican por querer acercarme a ella, me obligo a girar mi cuerpo y retirarme, mis hombres ya se han marchado luego de mis órdenes, no estamos expuestos en este lugar.

Soy un desconocido para ella, ella ni siquiera me conoce, no sabe quién soy, ni siquiera conocía que tenía un hermano, es normal que no quiera acercarse. Aun así, mi corazón duele con cada paso que doy lejos de ella, sin siquiera haberla tocado para que mi mente confirme que es real, que ella está viva, y no fue una trampa de mi mente.

— ¡Alek!

Me volteo ante el llamado de ella, viendo como una melena rubia se mueve con rapidez hacia mi cuerpo y me petrifico cuando siento sus brazos envolverse a mi alrededor.

Su aroma me impacta de lleno, mi cuero tarda dos segundos en reaccionar antes de envolverla con fuerza con mis brazos, maravillándome de la sensación de poder abrazar a mi hermana, de sentir su diminuto cuerpo contra mí. La sensación de que Annika finalmente está a salvo entre mis brazos es demasiada, mi corazón late tan fuerte que estoy casi seguro de que ella puede escuchar las palpitaciones de este.

Mis manos tiemblan ligeramente, me embriago del olor dulzón que desprende su cuerpo y el tiempo se me pasa como una milésima de segundo cuando se separa de mí.

Coloco una de mis manos sobre mi cintura, limpiando con la otra una pequeña lágrima que se desliza por su mejilla, sus ojos azules están completamente llenos de lágrimas y enrojecidos, acuno su rostro mientras la evalúo de cerca, grabando su imagen con fuerza en mi mente.

Puedo sentir como me arden los ojos cuando se enrojecen, pero no me permito llorar, no ahora.

Sé que no puedo pedirte esto, pero lo haré de todos modos — susurro en ruso, con las palabras quebrándose ligeramente en mi tono — Prométeme que no será la última vez que te veré.

Para mi sorpresa, lo hace sin dudarlo.

Lo prometo.

— Sé que no puedo pedir un lugar en tu vida, apenas y has descubierto quién soy, pero realmente me gustaría conocerte, Annika — me pierdo ligeramente en sus ojos, iguales de azules que los míos — Sé que soy un desconocido para ti, pero...

— Eres mi hermano, Alek.

Que me reconozca como su hermano crea un estallido de emociones en mi interior, como si realmente estará dispuesta a intentarlo, a recibirme en su vida. Como si estuviera a dispuesta a ser los hermanos que siempre debimos ser.

Las lágrimas casi se derraman de mis ojos, pero logro controlarlas, finalmente dando un paso atrás, aunque mi piel queme por volver a tomarla entre mis brazos.

Mis ojos se mueven a sus espaldas, donde los tres lobos la esperan, atentos, intimidantes, como si los tres pudieran saltar sobre mí ante la mera idea de hacerle daño. Como tres bestias dispuestas a atacar para protegerla.

¿Estarás bien con ellos, no es así? — cuestiono, aunque la respuesta ya la tengo.

Lo estoy.

— ¿Alek?

La voz de Yaroslav se filtra por el móvil cuando decido contestarle su, tal vez decimoquinta, llamada del día.

Royal FlushWhere stories live. Discover now