Capítulo 13

2.1K 188 9
                                    

Capítulo 13 | "El Secuestra, Parte III"

**Día antes, día del secuestro**

Yulia Ivanova

— ¡Suéltame, Yasir!

— ¡Yulia!

— ¡No! — me ahogo en mi propio llanto, las lágrimas que incontrolablemente bajan por mi rostro — ¡No dejes que se lo lleven! ¡Por favor!

Caigo sobre mis rodillas aún entre los brazos de mi hermano que me sostiene firmemente mientras la vista se me empaña con las lágrimas incontrolables que me embargan. La garganta me duele con forme los gritos salen uno a uno, mientras el desespero me invade.

Mis uñas se rompen mientras las arrastro por el maltratado piso de concreto y la sangre me perla los dedos.

Se lo llevó.

Se llevaron a Alek.

Lo matará.

Su padre jamás podrá perdonarlo.

Mis hermanos tiran de mí, insisten en llevarme a casa mientras yo intento correr hacia la dirección donde los hombres de Egor han desaparecido con Alek, en vano, ya es tarde.

La culpa me embarga mientras no puedo controlarme. Me atacaron saliendo de la mansión, acabaron con todos los hombres de la Bratva que me protegían y me trajeron aquí para ser el señuelo, la presa que necesitaban mis hermanos para desplegar sus tropas.

Lo que necesitaba Egor para llevárselo.

Tres días.

Han pasado tres días.

Los hombres de la Bratva me rinden cuentas a mí mientras dispongo de ellos para encontrar una mínima pista de dónde se encuentra Alek. Les he ordenado que inspeccionen toda la maldita Rusia para descartar que Egor esté escondiéndose aquí. Pero no lo hace, no está en Rusia.

La familia Blackwolf ha sido bastante benevolente con nosotros, por lo que mis hombres también se desplazan por España como si fuera nuestro propio territorio mientras desesperadamente intento encontrarlo, no me cansaré de buscarlo.

No puedo hacerlo.

No puedo abandonarlo.

— Yulia.

Levanté el rostro hacia el de mis hermanos, no había dejado de observar estos mapas desde la otra noche. Sabía que los Blackwolf habían logrado dar con la ubicación de los gemelos Morosov, sin embargo, no nos habían dicho nada más.

No sabía si él se encontraba bien, no sabía nada, y eso estaba volviéndome jodidamente loca, por lo que, mientras observaba un mapa del territorio de los Blackwolf, estaba dispuesta a ir personalmente por Alek, así tuviera que involucrarme en una guerra de clanes.

— Está aquí — habló Yaroslav atropelladamente.

Sentí mi respiración entrecortarse cuando todas las emociones me embargaron. Estaba aquí. Los latidos de mi corazón volviéndose frenéticos cuando no lo pensé demasiado, bajando corriendo las escaleras, hasta la entrada de nuestra mansión improvisada en España, donde estaba él.

Ahí, de pie en el centro del salón, estaba él, Alek.

No lo pensé dos veces cuando corrí hacia él, maravillándome con el sonido grave de su risa cuando escuchó el chillido salir de mi boca mientras salté sobre él, envolviendo mis piernas en su cintura mientras él se encargaba de atraparme sobre los aires. Enrollando mis brazos en su cuello mientras rompí a llorar con la sonrisa perlándome la cara.

Royal FlushWhere stories live. Discover now