Capítulo 9

2.4K 236 15
                                    

Capítulo 9 | "El palacio"

Yulia Ivanova

Camino por los pasillos del palacio. No es un palacio realmente, aunque por su infraestructura bien podría asemejarse.

Su nombre viene realmente a que es uno de los puntos más fuertes de la Bratva, el palacio de seguridad, donde los mayores jefes y jerarquías, desde actuales hasta antepasadas, generación tras generación, se resguardan cuando de reuniones importantes se tratan.

Si hay que resolver una guerra, se hace aquí. Ceremonias, en el palacio. Cambios de jerarquías, aquí. Traiciones, aquí.

Todo ocurre en el palacio, que puede ser uno de los lugares más custodiados del mundo.

Y yo camino por él como si fuera la mismísima dueña.

Y lo seré, mis hermanos pasarán a ser el Boss de la Bratva y el Vor de la Bratva, líder de los Vory v Zakone. Por lo que eso me convierte en la Koroleva de la Bratva. La mujer más custodiada y poderosa de ella.

Soy la mujer más importante de Rusia, incluso más que la primera dama. También la más peligrosa.

Mis tacones resuenan con cada paso que doy, los mafiosos y criminales que me encuentro de frente bajan la cabeza ante mí cuando saben que no pueden mirarme a los ojos, en lo que camino por estos pasillos de tonos oscuros, lo que le da un toque aún más terrorífico al palacio.

Llego a la sala de reuniones, donde mis dos hermanos mayores alzan la mirada nada más verme, al igual que él.

— ¿Todo listo, Yulia? — cuestiona Yasir.

Asiento, lo que lo hace esbozar una pequeña sonrisa. Sabe que nunca fallo, nunca le quedo mal.

Lo que hace que la culpa cada vez crezca más en mi interior. La culpa de ocultarle las cosas. No sólo a Yasir, si no a Yaroslav también.

A toda la familia Ivanov.

Pero, cuando mis hermanos voltean de nuevo hacia los papeles que tienen desperdigados por la mesa y lo único que se queda fijo en mí son unos preciosos ojos azules, que parecen un precioso diamante azul mirándome fijamente, seguido de una pequeña sonrisa diabólica, con apenas la elevación de una de sus comisuras, antes de hacer un gesto imperceptible con su cabeza que entiendo a la perfección, se me olvida por completo la culpa.

— ¿Ya puedo irme? — les cuestiono a ambos — Tenía un par de reuniones pendientes.

— Sí, Yuls — me sonríe Yaroslav — Nos vemos mañana en la cena.

— Claro.

Me acerco, dejando un pequeño beso en la mejilla de cada uno de mis hermanos y dedicándole un pequeño asentimiento a Alek, antes de irme.

Justo cuando estoy cerrando la puerta puedo escuchar su voz.

— Yo también debo irme, tengo unos negocios que resolver antes de irme — su voz gruesa, aún más por el ruso, resuena justo antes de que cierre la puerta.

Camino por los pasillos del palacio, hasta llegar a las afueras de él donde tomo mi auto, conduciendo hacia la propiedad que he memorizado estos últimos meses.

Y cuando llego, no me sorprende ver la motocicleta azul que también he memorizado ya estacionada frente a la propiedad. Es un desquiciado incluso para conducir.

No es necesario que toque la puerta, apenas alzo mi mano para tocar el timbre la puerta es abierta de golpe. Una gruesa e imponente mano toma mi brazo, tirando de mí con fuerza para ingresar a la casa, donde colisiono con un torso tonificado que reconozco.

Royal FlushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora