Royal Flush

Capítulo Final

Maratón 3/4

Capítulo 16 | Capítulo Final | "Las Vegas"

Alek Morosov

— ¡Alek, detente!

— ¡Corre, Yuls! — me carcajeo mientras tiro de su mano.

— ¡No podemos hacer esto!

— ¡Si podemos!

— ¡No debemos!

Me lo medito dos segundos.

— Bueno, eso es distinto.

La risa nerviosa que sale de sus labios me hace reír mientras continuamos subiendo las escaleras de dos en dos, donde los fuegos artificiales se ven increíbles desde este lado de la ciudad, iluminando el rostro de Yulia de todos los colores cuando se reflejan en su rostro.

Estamos en Las Vegas.

Apoyo mi cuerpo contra la barandilla del balcón mientras la atraigo a mi cuerpo, besándola y sonriendo cuando ella misma lo hace contra mis labios.

— Esto es una locura — susurra contra mis labios.

— Lo es.

— Mis hermanos van a matarte.

Me encojo de hombros, tentar a mi suerte con los hermanos Ivanov parece ser una de mis cosas favoritas en el mundo.

Al parecer, la mera idea de estar cerca de la muerte genera una sensación extraña de adrenalina en mi cuerpo. No me atrae la idea de morir, honestamente. Es sólo la sensación de estar cerca de ella.

Como cuando subes a una montaña rusa, pero más extremo aún.

Tiro de nuevo de su mano cuando todos los juegos artificiales han terminado. Yulia me sigue con una sonrisa mientras ingresamos a la capilla.

Vamos a casarnos.

— ¿Cómo se te ocurre pensar que podrías casarte sin que yo estuviera presente? — la voz de Annika se filtra tras de mí, haciéndome petrificarme momentáneamente antes de voltear hacia ella.

Viene envuelta en un vestido rojo que atrae las miradas de varios de los presentes en el lugar, con unos tacones que parecen dos armas letales mientras contonea las caderas cuando camina, con los labios pintados del mismo color de su vestido y el cabello rubio cayéndole como una cascada tras la espalda.

Tras de ella, tres hombres caminan, protegiéndola como una sombra. Como la mejor de sus posesiones, como si fuera lo más valioso del jodido mundo, y lo es.

— ¿Cómo te enteraste? — sonrío acercándome a ella.

No tardo en envolverla entre mis brazos, sonriendo cuando ella no tarda en envolverme de vuelta, aprieta sus brazos en torno a mi cuello mientras deja un beso en mi mejilla antes de apartarse.

— No puedes casarte si yo no estoy aquí — gruñe con una sonrisa — Además, Yulia necesitaba una madrina.

— ¿Y qué hay de mi padrino? — me quejo.

— Puedes elegir alguno de mis hombres — habla de nuevo, sonriendo cuando Kace es quien tira de ella a su cuerpo.

— No creo que sea posible — me quejo — No me agrada ninguno de mis cuñados.

— ¿Crees que no sé qué te escapas con Oliver? — refuta, lo que le saca una risa a su esposo rubio.

— Ella lo descubrió, lo siento — se queja Oliver.