Capítulo 8

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Capítulo 8 | "Llámame"

Alek Morosov

— Entra a la bañera, maldición.

Una risa un poco borracha me invade la boca cuando Yasir vuelve a maldecir, siendo incapaz de ingresarme a la tina.

— ¡Alek!

— Ya ya ya.

Mi cuerpo finalmente cede, me siento en el suelo de la bañera, temblando ligeramente de frío cuando el agua me llega hasta los pectorales. Está fría, y eso combinado con los aires fríos de Rusia me tiene tiritando.

Apenas cargo la ropa interior, Yasir me ha despojado de mis pantalones.

— Le diré a Yulia que venga a ayudarte, mientras limpiaré el desastre que hiciste con el salón.

Dejo caer mi cabeza sobre el borde de la tina, hundiéndome aún más en el agua fría y la espuma.

— ¿Puedo pasar?

Hago un sonido de afirmación ante la voz de Yulia. Su cabello negro como la noche cae tras su espalda mientras me devuelve la sonrisa. Sé que heredó el cabello de su madre, porque sus hermanos son igual de rubios que yo. Es una belleza exótica, con la piel impresionantemente pálida, pero los ojos y el cabello como obsidianas negras, impresionantes.

Sin embargo, me dedica una sonrisa tímida cuando ingresa.

Me pide que me enderece en la tina, con sus manos y un pequeño cuenco de agua me moja el rostro, lava mi cabello, y se queda conmigo el tiempo que tardo dentro de la tina, con el agua fría entumeciendo mis músculos y la vista fija en el techo, mientras tiemblo ligeramente con el frío.

— Anda, Alek — insiste — Te congelarás ahí dentro.

Sale del cuarto de baño en lo que salgo de la bañera, me coloco unos pantalones de chandal grises y una sencilla camiseta negra de mangas largas. Yulia termina de curar la herida de mi pie, vendándolo ligeramente cuando me encuentro de nuevo en mi habitación, la cual ahora está completamente ordenada y la cama tiene sábanas limpias que huelen a lavanda.

El alcohol en mi cuerpo ha disminuido notablemente sus efectos, porque ahora apenas siento un pequeño mareo.

— ¿Te sientes mejor? — la voz de Yaroslav me hace alzar la vista del suelo.

— No.

Su rostro se vuelve unan mueca con el ceño fruncido.

— Alek...

— Me sentiré mal hoy, ¿de acuerdo? — me rindo, envolviendo mi cuerpo entre las mantas limpias, sintiendo alivio con el calor que le proporcionan a mi cuerpo helado — Mañana me sentiré mejor, lo prometo.

Su rostro refleja incertidumbre cuando me ve cubrirme con las mantas hasta el cuello.

— Yo me quedaré con él — le sonríe Yulia.

— Yulia...

— Estaré bien, es Alek de quien hablamos — lo tranquiliza esta — Anda, Yaroslav.

Su hermano asiente, no muy convencido. Los escucho discutir ligeramente en el salón, aunque esta vez también se les une Yasir, sin embargo, mi mente está demasiado agotada para tratar de entender su discusión.

Pasados unos minutos, el sonido de la puerta es lo único que llena el lugar cuando los hermanos Ivanov abandonan mi casa, con apenas el sonido de las pisadas de Yulia cuando ingresa a mi habitación, y para mi sorpresa, se retira sus zapatos e ingresa bajo las mantas conmigo.

Royal FlushWhere stories live. Discover now