Capítulo 3

570 35 30
                                    

Era la mañana del día siguiente. Estaba en la cama hecha un ovillo, tapándome con las mantas hasta la nariz.

Ya me había instalado en el piso de Charles y ya me había agenciado una habitación para poner en ella mi taller de costura, para así poder trabajar allí.

Charles había aprovechado que hacía buena mañana para salir a correr y entrenar un poco. Faltaba menos de un mes para que empiece la temporada 2023 de Fórmula 1, así que tenía que estar a tope para cuando empiece.

Aunque hubiera tenido una noche entera y un cuarto de mañana para descentrarme un poco, en mi mente tan solo rondaba un tema, el cual tenía que zanjar de inmediato si quería estar tranquila.

La cajita blanca y azul con el test de embarazo dentro aún seguía en mi bolso metida. La tenía a menos de cinco metros para llegar a ella, pero no me sentía con las fuerzas suficientes para hacerlo.

-Venga Odette, si diste corrido el otro día diez minutos seguidos, das hecho esto- me digo a mi misma, recordando cuando el otro día acompañé a Charles a correr y no habían pasado ni diez minutos cuando me tuve que parar a descansar.

Yo no era una genia del deporte y lleva siendo notable eso desde que era pequeña. El deporte no era lo mío, ya que al poco tiempo de empezar, ya me cansaba y tenía que parar a beber o respirar. Sufrí un poco en las pruebas físicas que tuve que hacer en mi adolescencia, pero por lo menos lo poco que hacía me llegaba para tener un cinco.

Siempre se noto que lo mío era la costura y no otra cosa.

Sin ánimo alguno, me levanto de la cama y voy dando pasos vagos hasta llegar a mi bolso. Después de suspirar, lo abro y cojo la caja, para luego irme directa al baño que había en la habitación.

Cuando llegué a él, dejo la caja del test sobre el lavabo y me siento en la tapa váter.

Ahora ya me encontraba más nerviosa que antes. El corazón me iba a mil veces más rápido que antes y juraría que estaba a punto de tener un ataque al corazón.

A pesar de que mi corazón estaba dándome señales de que parase y en mi cabeza no paraba de resonar un "no lo hagas", cogí la caja del predictor y la abrí.

Primero me encontré con un sobre azul en que suponía que venía el aparatito, el cual dejé sobre el lavabo, y luego me encontré con las instrucciones de cómo había que utilizarlo, así que me dispuse a leerlas.

-Primero sumerja en orina la parte del predictor que está cubierta con el capuchón- leí.- Segundo, déjela sumergida durante veinte segundos dándole vueltas lentamente. Tercero, cierre de nuevo en predictor con el capuchón y espere cinco minutos para obtener el resultado.- acabé de leer.- Joder, pienso que es más sencillo de lo que me parecía.

Hago los dos primeros pasos con normalidad y en el tercero ya me comenzaban a temblar las manos. Cuando acabé con todo el proceso (después de casi media hora), cierro el predictor de nuevo con su tapa azul y lo
dejo sobre el lavabo.

Para no estar más nerviosa e inquieta por saber el resultado, me tuve que ir a la habitación. Según llegué a ella, me tumbé en la cama y suspiré.

Necesitaba tranquilizarme un poco, así que me intenté concentrar en mi respiración, mientras que me quedaba embobada mirando el techo completamente blanco.

Si tuviera que elegir, preferiría no estar embarazada. Aún era muy joven y estaba a punto de despegar mi carrera en el mundo de la moda, por no mencionar que Charles ya la tenía más que despegada en el mundo del automovilismo.

Pero había un cincuenta por ciento de posibilidades de que fuese positivo y si lo llegase a ser, no sabía lo que pasaría conmigo, ¿Abortaría? ¿tendría el bebé? Ni sabía que iba a hacer si el resultado fuera positivo ni tampoco sabía cómo se lo iba a contar a Charles, que en fin y al cabo, era el padre de la criatura.

Little accident ||Charles Leclerc||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora