Capítulo 18

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¡Dolcezza!— me vuelve a llamar, por lo que yo volví a parar mi boceto por quinta vez en los últimos quince minutos.

—¡¿Ahora qué quieres?!— le vuelvo a preguntar, cansada ya de atenderle todos sus caprichos porno levantarse él.

—¡Ven!— me dice Charles. Yo suspiré y dejé el lápiz con brusquedad encima de la mesa, para luego ir a junto de él para ver qué quería.

— ¿Qué quieres?— le pregunto con un tono ya cansado y un poco enfadado.

—¿Me pasas esa botella?— me señala una botella que tenía a menos de un metro.

—¿Estás de puta coña, no?— le digo, incrédula, poniendo una mano en mi cintura.

—¿Qué? ¿No me la puedes pasar?

—Pues no— me iba a largar de ahí, pero su voz me lo impidió.

—¿Estás enfadada?— me pregunta, quitándose los cascos y saliendo de su simulador de Fórmula 1, para venir hasta donde estaba yo en el pasillo.

—¿Tú qué crees, Charles?— le pregunto, poniendo los brazos en jarra.

—¿Qué he hecho?

—Tú sabrás.

—Si te pregunto es porque claramente no lo sé.

—Pues piensa con esa cabecita, que para lo mismo que te da para tener reflejos a doscientos por hora que para saber por qué tu prometida está enfadada.

Él iba a hablar, pero me fui antes de que lo hiciera. Me metí en mi estudio y cerré la puerta más bruscamente de lo que pretendía, pero no me importa y me voy hacia mi sitio.

Me pongo algo de música e intento relajarme, tanto por la bebé como para que me salieran los bocetos, pero me fue imposible porque Charles apareció a los pocos minutos.

—¿Qué te pasa?— me pregunta, con sus gafas algo torcidas, con los cascos en el cuello y el pelo revuelto.

—Charles, ¿Cuántas veces me has llamado en los últimos treinta minutos?— le pregunto, dando pequeños toques en el papel con el lápiz para relajarme.

—Pues... no sé, ¿Cinco veces?

—Cinco es un múltiplo del número real de las veces que me has llamado— él suspira.— Charles, entiendes que estoy embarazada y que esta barriga comienza a pesar bastante y a ser molesta, ¿Verdad?

—Sí.

—¡Pues quién lo diría!

—Odette, solo te llamé un par de veces; no va a ser la muerte de nadie porque te levantes de la silla seis o siete veces.

Ese comentario fue la gota que colmó el vaso.

—En mi puta vida te voy a volver a hacer un mísero favor, Perceval— le digo, cabreada.— Vete de aquí.

—Por favor Odette, no te pongas así.

—No, no te pongas así tú. Mientras que yo estoy trabajando para sacar una línea de ropa para dentro de unas semanas, tú estás jugando con tus amiguitos a la Play.

—Yo también estoy trabajando, ¡Eh!

—Pues no sé por qué lo haces, porque, total, vas a acabar estrellado contra un muro.

—Lo mismo te puedo decir, bonita, que tú mucho te esfuerzas por tus diseños pero luego no te los va a comprar ni Dios. Con suerte tu familia por pena, pero ya.

Un cóctel de furia, rabia, hormonas y más cosas, provocaron que en mis ojos se acumularan lágrimas que luchaban por salir.

—Yo no soy ni Coco Channel, ni Donatella Versace, ni Cristóbal Balenciaga... Yo hace un año terminé de formarme profesionalmente y ahora estoy luchando por salir adelante en este mundo. Perdona si no vendo tanto, pero es que a mí nadie me lo dio todo masticadito y me lo puso en el plato para que siguiera yo adelante, a comparación de ti.

—Retira lo que has dicho Odette, a mí nadie me ayudó en nada.

—Claro, por eso Ferrari te tiene en palmitas desde siempre... Y ahora, vete de aquí antes de que me ponga peor. No lo hagas por mí, hazlo tan siquiera por tu hija.

Él chascó la lengua y se fue de ahí cerrando la puerta de un portazo.

Yo, todavía derramando lágrimas por mis mejillas, intento calmarme. Seguía muy enfadada con Charles, pero no me podía permitir estar así por la bebé, porque le podía llegar a afectar para mal.

Me levanto de mi sitio y salgo de mi estudio.

—¡¿Ya se te pasó el enfado?!— me pregunta Charles desde su estudio, pero yo no me contesto y me limito a subir las escaleras para llegar a nuestra habitación.

Cojo la maleta más grande que tengo, abro mi armario y comienzo a meter todas mis cosas en él. No sabía a dónde me iba a ir, ni cómo, pero sabía que no me apetecía seguir viendo al padre de mi hija.

Cuando considero que ya está todo en mi maleta, la cierro y la llevo para abajo. Antes de irme, cojo otra maleta pequeña y en ella meto todo lo necesario para seguir trabajando; puede que esté muy enfadada, triste y decepcionada, pero mi trabajo tenía que seguir adelante.

Llevo todo para la puerta y, antes de irme, escucho como él habla:

—¿A dónde vas?— me pregunta Charles, boquiabierto mirándome.

—No lo sé— le contesto.— Pero lo suficiente lejos como para que no te tenga que ver.

Dolcezza, podemos solucionar las cosas, no hace falta llegar a estos puntos...— dice él, con tono arrepentido.

—Pudiste solucionarlas y no quisiste. Ahora, me voy y más te vale no seguirme— le amenazo.

Cogí mis maletas y me fui de nuestra casa. Con las maletas rodando, las lágrimas corriendo por mi mejillas y sin saber a dónde ir, llamo a un Uber.

Cuando en cuestión de minutos este llega, me subo a él y le digo la dirección a la que había pensado ir: la casa de Louis y Elizabeth.

Era la más cerca que tenía, ya que ellos vivían más cerca de la frontera con Mónaco, así que consideré que ese era el mejor lugar.

Después de un viaje de media hora, llegué a mí destino. Le pago al amable chico, el cual me había dado conversación durante todo el camino al verme tan mal, cojo mis maletas y me voy a la casa de mi hermano y cuñada.

Me limpio las lágrimas y llamo a la puerta con mi mejor sonrisa, esperando a ser recibida por alguien.

La puerta se abre y tengo que agachar la cabeza para ver a mi sobrina Cynthia:

—¡Tía Odette!— grita con su voz chillona, abrazando mis piernas.

—¡Hola cariño!— digo con una sonrisa, abrazándola como podía.

—Hola a ti también, Coral— dice con una sonrisa, tocando con sus deditos mi barriga, para luego depositar un beso en ella, sacándome una sonrisa de oreja a oreja.

—Oh, que sorpresa verte, ¿Y esas maletas?— dice mi hermano, saliendo de detrás de la puerta con una sonrisa. Nada más verle, no fui capaz de contener mis lágrimas y estás volvieron a salir a la luz.— ¿Pasó algo malo?

—Charles y yo hemos discutido...

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Hello :)

Bueeeeenooooo, por fin aparezco, ¿no? JAKSJAKSJ Sorry for this, pero es que no he tenido tiempo para respirar (culpa mía, también os digo, que fue capricho mío publicar una historia nueva en época de examenes JAKSJAKSJ Podéis ir a echarle un vistazo si queréis *guiño, guiño, codo, codo*;)

Necesitaba un poco de drama para este capítulo, así que os traje la primera pelea de la parejita. Hasta ahora era todo color rosa y con purpurina, así que quise meterle esto para que veáis que es un poco más realista. De igual manera digo, no me odiéis por los siguientes capítulos que se viene 😈😈JSKAJSKASJ

La semana que viene salgo de vacaciones, así que espero publicar más amenudo. 

Espero que os haya gustado el capítulo <3 Un abracito de mi parte, nos vemos en la próxima actualización 🩷 

Kisses <3

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⏰ Last updated: Jun 15 ⏰

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Little accident ||Charles Leclerc||Where stories live. Discover now