Little accident ||Charles Leclerc||

Capítulo 9

—Estoy nerviosa…

—Tranquilízate, todo va a salir bien— me dice mi madre, acariciando mi mano.

Ambas estábamos en la consulta de la doctora, para la revisión de las dieciséis semanas. Hoy me dirían si todo está bien y si es seguro continuar el embarazo; además de que por fin me dirán el sexo del bebé.

—¿Y si está algo mal?— le pregunto con nerviosismo a mí madre, mientras que no paraba de dar golpecitos al suelo con el pie, haciendo que se escuchara el pequeño tacón de mi sandalia por toda la sala de espera.

Charles no había podido venir porque estaba en China, corriendo la carrera de Shanghái, así que había decidido traer a mí madre conmigo.

Era bastante grande el vacío que ocasionaba el que él no estuviera aquí, ya que era mi máximo apoyo y mi respaldo para que no me caiga siempre.

—Si está algo mal, plan B y ya— me responde mi madre, con toda la frialdad que pudo, haciendo que yo me enfadara

—Mamá, deja de pensar un momento como médico y piensa como madre, que no te traje para que me preocupases más, sino para que me consolases.

—Lo siento…— se disculpa, acariciándome la mejilla con delicadeza.— Bien sabes cómo soy con estas cosas… Además, preferiría que te atendiera tu hermano y no una desconocida.

—Mamá, no pienso dejar que Louise me mire allí abajo por nada del mundo… Ella por lo menos es una mujer— le digo.

—Ayyy… Haz lo que quieras.

—Y es lo que voy a hacer.

Ambas nos quedamos en silencio, cada una mirando hacia un lado y ni tan siquiera rozándonos con la mano.

—¿Vas a hacer un babyshower?— me pregunta ella, rompiendo el silencio que se había formado entre nosotras.

—¿Tú cómo sabes qué es eso?— le pregunto incrédula.

—Tu madre es más moderna de lo que te crees, niña— me contesta.— ¿Lo vas a hacer o no? Porque si lo vas a hacer, tú cuñada Elizabeth y yo podríamos organizártelo…

—¿Quién eres tú y qué has hecho con mi madre?— le preguntó de broma. Mi madre era la persona menos fiestera de este planeta y, que me propusiera hacer una fiesta para saber el sexo del bebé, me sorprendía mucho.

—Vas a acabar con mi paciencia…— me dice ella, mirándome seriamente, pero sin perder el tono de broma.

—No sé si lo voy a hacer… Tendría que preguntarle a Charles, supongo— le contesto.

—No preguntes nada, las sorpresas son mejores así— me contesta. Tenía cierto brillo en los ojos que delataba que tenía ganas de hacer esa fiesta, haciendo que mi corazón se enterneciera un poco.

—Me lo pensaré…— contesto, para luego volver a acomodarme en mi sitio, mirando al frente.

No era mala idea hacer una fiesta para saber el sexo del bebé, pero para mí era demasiado. Es decir, se estaba haciendo una fiesta para saber una cosa insignificante, relativamente hablando.

Estaban muy de moda celebrar las revelaciones de género con una fiesta, pero a mí no me hacía especial gracia poner todo patas arriba y gastar un montón de dinero para que después solo salieran unos polvitos rosas o azules por los aires.

—Odette Duran, puedes pasar a consulta— me dice mi doctora asomándose por la puerta, junto con su pequeña libreta en la mano.

Mi madre y yo nos miramos rápido, para luego levantarnos e irnos hacia dentro de la consulta.