Capítulo 13

315 27 12
                                    

—Que sueño tengo, Dios mío…— digo, tumbándome en nuestra cama.

Por fin habíamos llegado a casa, después de haber estado toda la noche en el hospital. Al final todo había sido una falsa alarma y no estaba de parto. Simplemente me habían dado contracciones de braxton hicks (que, según la doctora, eran normales en este punto del embarazo, ya que te preparaban para el parto).

—Pienso que nunca se me ha puesto el corazón tan disparado como se me ha puesto hoy… ni siquiera cuando he tenido un accidente con el coche— dice Charles, tumbándose a mi lado.

—Lo siento…— me disculpo, ya que sentía que era mi culpa que los dos estuviéramos así.

—No es tu culpa, amor. Ya escuchaste a la doctora: a partir de ahora va a ser normal que tengas contracciones— me contesta, acariciándome el pelo.

—Yaa… pero si yo no hubiera sido tan quejica y hubiera soportado algo más, los dos estaríamos durmiendo y sin ninguna preocupación.

—No digas tonterías, Ode… A lo mejor, en vez de ser un simple susto como ha sido, podría haber sido de verdad y ahora podrías estar de parto, así que no es culpa tuya.

—Ya, pero…

—Pero nada, Odette, pero nada— me corta. Se acerca un poco hacia mi y deposita un beso sobre mis labios.— Ahora duerme, que mañana hay entrenos y clasificación.

—Vale… Te quiero— le digo con una sonrisa.

—Y yo a ti…— me vuelve a dar otro beso y luego me da un beso en la barriga, para luego acurrucarse en mi pecho.

No tardamos más de cinco minutos en quedarnos dormidos como troncos, aunque todavía con el corazón disparado por lo que habíamos vivido.

•   •   •

Charles

—¿Pero cómo no avisaste?— me pregunta Pierre, con la mirada reflejando preocupación y perplejidad..

—Gasly, pensaba que mi novia iba a dar a luz, lo último que se me pasó por la cabeza era llamar a alguien— le contesto.

—Os podría haber pasado cualquier cosa y no habríais tenido a nadie— me dice él.

—Da igual, Pierre, no le des más vueltas al asunto. Lo hecho, hecho está— le corto, antes de que siga con el tema.

—Bueno, vale, lo que tú digas— me contesta.— Pero para la próxima vez avisa, que ya sabes que estoy aquí para lo que quieras.

—Gracias, Gasly— respondo con una sonrisa, reconfortando al saber de que mi mejor amigo de verdad le importaba todo este asunto.

De repente, una chica rubia entra al motorhome de Ferrari y ambos nos fijamos en ella, ya que éramos los únicos que estábamos aquí: era Nadia. Llevaba un taco muy grande de cartas entre las manos y colgando del hombro una bolsa de tela, la cual se notaba que estaba hasta arriba.

Rastrea con la mirada la cafetería y cuando nos ve, se acerca hasta nosotros con una sonrisa.

—Hola chicos, ¿Tenéis cinco minutos?— nos pregunta amablemente con una sonrisa.

—Para ti no— responde Gasly, serio.

Yo miro mal a mi amigo y le respondo a ella por los dos:

—No le hagas caso, sí que tenemos cinco minutos— contestó con una pequeña sonrisa, intrigado por lo que nos iba a contar.

—Muy bien, gracias— responde.— Os explico: el cuatro de junio es el cumpleaños de Kiara y yo le voy a preparar una fiesta sorpresa ese mismo día por la noche, después de la carrera. Estás son vuestras invitaciones — nos extiende un sobre rosa palo a cada uno.— Espero que podáis venir… Si es posible, venir de colores oscuros, porque tengo la idea de que ella vaya de blanco.

—¿Y si vengo de amarillo fluorescente?— pregunta Gasly, recargándose sobre un brazo.

—Que graciosillo que eres a veces, Gasly— contesta Nadia con una sonrisa forzada.— Puedes venir como quieras pero, dado que es tu noviecita la del cumpleaños, yo que tú vendría como te dije, ya que esa noche puede que mojes y, te adelanto, ella no lo hará si vienes de amarillo fluorescente opacándola el día de su cumpleaños… ahora, ya es tu decisión.

Yo me quedé un poco alucinado y casi tirándome al suelo de la risa, porque le había dado en toda la cara Nadia a Pierre.

—Bueno… me lo pensaré— contesta Gasly, sorbiendo la nariz.

—Bien— contesta Nadia.— Leclerc, espero que a ti no se te ocurra esas cosas y que Odette te aconseje bien sobre tu atuendo.

—Eso por supuesto— le respondo yo con una sonrisa.

—Muy bien, me alegro que uno de los dos tenga sentido— contesta ella.— Antes de irme, dejo recalcado que es sorpresa y ella no sabe nada, así que os agradecería que no le dijerais nada de esto a ella… ¿Oíste eso, Gasly, o te lo tengo que volver a repetir?

—No, no, ya lo escuché la primera vez— dice Gasly.

—Bien, me alegro. Gracias por dejarme estos cinco minutos y espero veros a los dos en la fiesta. Nos vemos más tarde, en la clasificación— se despide con una sonrisa.

—Nos vemos— contestamos los dos, yo con una sonrisa amable y mi amigo con una cara de entierro.

Cuando por fin los dos vimos a la rubia salir del motorhome e irse, no pude evitarlo y pregunté:

—¿Qué te pasa con ella como para que andéis como perros y gatos?— le pregunto.

—Pues que es tonta, ¿O acaso no lo ves?— contesta él, como si fuera obvio.

—No, eso te lo parecerá a ti— le comento.— Además, el otro día que viniste a casa y ella te habló, bien que estabas contento.

—Porque involucraba de por medio a Kiara, que sino no soy cooperativo— me contesta.

—Ahhh, bueno… Como se nota que solo te mueves por lo que te interesa.

—¿Luego tú no hiciste lo mismo con Odette? Porque, que yo recuerde bien, moviste cielo, tierra y agua hasta dar con su Instagram y poder hablar con ella.

—Bueno, pero es diferente…

—Sí, claro que es diferente: tú tenías el camino liso y yo tengo dos piedras de por medio, llamas Norris y Sainz, que cada vez me joden más el paso hacia mi destino.

—Pues, ya sabes tío, curratelo y conseguirás el premio.

—Ya, pero el premio es más jodido de tener que ganar una temporada.

—Pues… ¿Qué te voy a decir? Mueve cielo, tierra, agua y, si hace falta, las estrellas para poder conseguirlo.

Little accident ||Charles Leclerc||Where stories live. Discover now