Capítulo 14

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—¡Charles!— lo llamo desde la habitación de la niña.

Inmediatamente, él llega todavía con el mandilón de la cocina puesto y sus gafas algo empañadas por el vaho de ella.

—¿Qué pasó, mi amor? ¿Todo bien? ¿La bebé ya viene?— me empieza a preguntar nada más llegar.

—Sí, todo bien— le contesto para tranquilizarlo.— Solo estaba pensando en que hoy podríamos acercarnos al centro y comprar algunas cosas para la bebé.

—¿Más cosas aún?— me pregunta incrédulo.— Cariño, nos dieron muchos regalos en el babyshower y juraría que todos ellos nos llegan para cubrir los tres primeros años de Coral.

—Ya, ya lo sé, pero la mayoría de la ropa que nos regalaron es un poquito grande y dudo mucho que vaya a ser tan grande los primeros meses— comento.— Contando los diseños que le hice yo, solo tenemos ropa para las primeras semanas, ¿Qué hacemos con el resto de semanas? No me gustaría que la niña fuera incómoda por ponerle ropa más grande, así que me gustaría comprarle ropita más adecuada para los primeros meses: para que la ensucie, vomite, gaste y haga todo lo que tenga que hacer con ella… ¿Te parece bien? Además, también necesitamos biberones, pañales, bodies, chupetes, baberos…

Él se me quedó mirando durante unos segundos, hasta que finalmente suspiró y se rió, meneando la cabeza burlonamente.

—De verdad… El poder que tienes para manipularme y hacer lo que quieres, es envidiable— dice entre risas, haciendo que yo también me riera.— Está bien, podemos ir luego de comer, ¿Te parece?

—Perfecto— contesto con una sonrisa, acercándome hacia él y dándole un beso. Él con una sonrisa, me devuelve el beso y acaricia mi barriga.

—Os quiero mucho a las dos— me dice, apoyando su frente con la mía.

—Y nosotras a ti— contesto con una sonrisa, haciendo que él me la devuelva.— Ahora, ¿Hacemos la comida? La bebé ya tiene hambre…

—Vale, vamos, no quiero que mis princesas esperen— contesta él, dándome la mano y llevándome hasta la cocina.— Tú siéntate y descansa, ya hago yo la comida.

—Pero Charles…

—Ni Charles, ni nada. Bien puedo hacer yo solo la comida, tú descansa— me corta.— ¿Qué quieres que haga de comer?

—Que tal si… haces espaguetis carbonara, ¿Sí?— le digo, con una sonrisa tierna para convencerlo.

—Está bien, lo que mi dolcezza diga— dice con una sonrisa.

Le volví a dar un beso y, mientras que él se metía a la cocina, yo me iba al salón a sentarme en el sofá y a ver la televisión.

Después de unos veinte minutos, oigo como apaga la cocina, dejándole entender que ya había acabado de preparar la comida.

Dolcezza, aquí está la comida— dice con una sonrisa, viniendo hasta donde yo estaba con el plato de cada uno entre las manos.

—Ufff, que hambre— digo, nada más ver mi plato con mi pasta favorita.

Los dos comimos mientras veíamos la televisión y hacíamos una lista mental de lo que necesitábamos comprar.

—¿Mañana a qué hora es la carrera?— le pregunto.

—A las cinco de la tarde… ¿Vendrás a verme o te quedarás aquí?— me pregunta, mirándome.

—Iré a verte. Ya no pude ir a verte a los entrenos y hoy a la clasificación, así que mañana seguro que te voy ir a ver— le digo.

Little accident ||Charles Leclerc||Место, где живут истории. Откройте их для себя