1

1.7K 142 8
                                    

Cuando Midoriya logró ingresar a la UA, pensó que toda la intimidación que había sufrido en la escuela media terminaría.

Sin embargo, cuando lo empujaron el primer día en el corredor, no supo cómo reaccionar. Decidió no tomarle importancia, ahora era una persona diferente.

Después de su duro entrenamiento con All Might había superado sus miedos y complejos, volviéndose fuerte en el proceso. Una fuerza que no solo iba a lo físico, sino que las arduas horas de infernal entrenamiento lo habían dotado de una inmensa fuerza mental.

Podría tomar esa intimidación de otra manera, trazando una línea de forma sutil a sus matones, dejando en claro que no recurriría a la violencia pero tampoco se dejaría intimidar.

Esa técnica funcionó los primeros cuatro meses, cuando los abusos eran meros insultos o pequeños empujones en los pasillos vacíos. Midoriya siempre devolvió el empujón de forma sutil, sin dejarse pisotear.

La cosa cambió cuando luego del festival deportivo, en lugar de ser tres los muchachos que intentaban intimidarlo, pasaron a ser casi el triple. Pero no solo cambió el número de individuos, sino los métodos de agresión.

El cambio fue notorio cuando, al salir de la academia para ir a trotar, un puñetazo en la mejilla derecha lo tomó por sorpresa nada más doblar la esquina. Usó sus dedos para tocar la zona afectada, admirando en silencio las gotas de sangre que salían de su pómulo cortado.

— No quiero enfrentarme a ustedes de esta forma. —con su lengua tomó la pequeña gota carmesí que se deslizaba por su índice, evitando que manche la manga de su chaqueta.

Observó con parsimonia como los individuos que desplazaban a su alrededor de forma relajada, confiando en la cantidad. Izuku no estaba tranquilo, él simplemente quería evitar peleas innecesarias, no quería lastimar a nadie y menos si era de su propia academia.

— Eso lo decidiremos nosotros, mocoso —el más alto del grupo dio un paso al frente, tomando la corbata de su traje y tirando de ella, atrayendo a Midoriya cerca de su rostro— Deberías hablarle con más respeto a tus superiores, eres de primer ingreso ¿cierto?

El coro de risitas juguetonas se escuchó después de la pregunta. Izuku aplicó un poco de fuerza en la muñeca del grandote para liberar su corbata y retrocedió tres pasos, intentando alejarse del problema.

— ¿Por qué han estado molestando tantos meses si ni siquiera saben en qué año voy? —el tono de verdadera intriga mojó las palabras de Izuku mientras observaba a los muchachos frente a él— No recuerdo haberlos molestado, al menos con intención...

El gruñido que devino de varios de los presentes lo puso en alerta. Al parecer esta vez no saldría tan fácil de la situación y, aunque no le fascinaba la idea de pelear, definitivamente no dejaría que lo pisoteen solo porque sí.

Con calma, retiró su chaqueta, que le molestaba con su movilidad y observó atento, esperando el próximo movimiento de alguno de sus adversarios. Nuevamente, el grandulón fue el primero en moverse, enviando una patada que fue esquivada, terminando por agrietar un poco la muralla de la escuela.

Izuku observó eso con atención, los muros de la academia habían sido creados por el mismo Cementoss, eran bastante resistentes. Debía estar atento a los golpes de este chico.

Un puño enfundado en lo que parecía ser un guante metálico pasó cerca de su pómulo, siendo esquivado por centímetros con un hábil movimiento de cabeza. La cadena que voló cerca de sus piernas y el otro puño también fueron esquivados, más la patada que iba a su estómago no logró evadirla.

La saliva voló de su boca por el fuerte impacto y su cuerpo rodó unos tres metros, en dirección a la calle desolada. El grandulón había logrado encestar un golpe limpio.

Ilícito °AiDeku° Where stories live. Discover now