22

460 31 2
                                    

Por desgracia, aunque Shota había conseguido gracias a sus contactos un boleto en el mismo vuelo que el pecoso, sus asientos no quedaban nada cerca. Mientras Izuku y su madre volaban cerca de la primera clase, el asiento que el mayor había conseguido estaba en plena cola del avión. Siendo casi el último. 

Para acrecentar su mala suerte, iba al lado de una madre soltera con un pequeño bebé de solo unos cuantos meses que se la pasó llorando desde que habían abordado. El hombre no quería culpar a la madre, se podía imaginar que ya era suficiente castigo para la fémina viajar más de nueve horas de esa forma, se veía exhausta. 

Sin embargo, cuando solo habían pasado un par de horas, Aizawa ya estaba harto del llanto del mocoso y su compasión se había ido a la mierda junto con su paciencia. Con pereza se colocó unos auriculares para intentar al menos dormir un poco. No quería ni recordar la duración del vuelo, sería un viaje cansador si esa mujer no tomaba cartas en el asunto e intentaba callar a su hijo. 

El celular del hombre vibró sobre la pequeña mesa plegable y Shota lo tomó enseguida, dejando de lado el libro que estaba leyendo. Aun siendo de madrugada y estando el avión a oscuras, cada asiento contaba con una pequeña luz que servía para no perturbar el sueño de los demás pasajeros. 

"¿Cómo está llevando el vuelo?" 

"No logro verlo desde mi asiento sin lucir sospechoso."

"Deja de buscarme con la mirada, tu madre se dará cuenta."

"Lo llevo lo mejor que puedo, hay un niño llorón a mi lado." 

"Me recuerda a ti." 

"Púdrase." 

"¿Sigue con la sensación de que mi madre sabe lo de nosotros?"

"Lenguaje, mocoso."

"Si, no puedo sacarlo de mi mente. Es abrumador." 

"Iré al baño. Quizás pueda llenar su mente con algo más interesante." 

"Estás loco, Izuku ¿Y si se da cuenta?"

"Ella está durmiendo."

"Vamos, no sea aburrido, Aizawa-sensei." 

En medio de la oscuridad que azotaba el pasillo del avión, Shota vió la figura esbelta de su alumno levantarse en silencio. Para suerte del chico, su asiento daba justo del lado del pasillo. El mocoso le envió una sonrisa atrevida antes de iniciar el camino hacia el baño. Una de las pesadas manos del hombre acarició su rostro mientras suspiraba, maldiciendo internamente al zagal antes de esconder la mesita para levantarse también. 

Había dejado que pasen respetables minutos antes de caminar a la pequeña puerta al final del corredor. Ni siquiera tuvo que golpear la superficie, Izuku lo recibió ni bien estuvo en frente de la entrada. La mano joven sujetó la corbata perfectamente arreglada y lo arrastró dentro del estrecho espacio antes de volver a cerrar con seguro la puerta detrás de él. 

Sus labios se encontraron de forma salvaje, derramando en el beso toda la tensión sexual que habían sentido en todas esas horas de vuelo. La lengua de Izuku se removía como loca dentro de la caliente boca de su maestro, demasiado necesitada del toque del hombre como para poder disimular. 

El menor sintió su piel hervir mientras las manos grandes de Shota recorrían su cuerpo sin vergüenza, apretando y amasando la carne a su gusto. El hombre no pudo evitar pensar que el cuerpo de Izuku tenía músculos y grasa en todos los lugares correctos, demasiado hermoso como para que cualquiera pudiera si quiera verlo. Nadie era digno, solo él. 

Ilícito °AiDeku° Where stories live. Discover now