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Eran las tres de la madrugada e Izuku daba vueltas en su cama. Habían pasado solo algunas horas desde que Aizawa le había dado su número telefónico y tenía una espinita clavada en su mente: no había agradecido lo suficiente.

Estaba tan shockeado cuando recibió el papelito que no supo decir más que un vacío "gracias" antes de que el mayor se retirara de la sala común.

Decidido a eliminar la incomodidad y al fin poder dormir, tomó su celular que descansaba en la mesita de luz y lo desbloqueó.

Luego de haber agendado el número, apretó el contacto y comenzó a redactar.

"Aizawa-san, me disculpo de antemano por la hora, pero hay algo que me estuvo molestando desde que nos vimos en la sala común. No agradecí como debía el gesto que tuvo conmigo. Por favor, permítame invitarle un almuerzo durante la semana, no puede negarse. Adiós."

Solo dos segundos después de que había enviado el texto, se arrepintió totalmente de lo que escribió. Más que un intento de agradecimiento, parecía una amenaza. Iba a borrarlo, pero los tres puntitos que anunciaban que su maestro ya estaba escribiendo una respuesta lo congelaron.

"Creí haberte dicho que no lo utilizaras para tonterías."

Escueto y al grano. Suspiró, debió imaginar que eso pasaría. Pasó su mano áspera por su rostro con cierta frustración y suspiró.

"Mis disculpas. Adiós."

Observó el cartel de poca batería y ni siquiera tuvo tiempo de enchufar el aparato antes de que se apagara. No le dió importancia, igualmente en unas semanas tenía sus exámenes así que no estaría para nada atento al teléfono esos días.

Una vez iniciada su temporada de estudio, los días se pasaron volando. Entre los entrenamientos en la UA, el estudio y su entrenamiento personal, cuando se dió cuenta ya habían pasado casi dos semanas.

Solo le quedaban tres días más de exámenes y luego podría darse un merecido descanso.

Observó el pizarrón con cansancio, la clase de Aizawa cuando era teórica se volvía demasiado aburrida y pesada.

Aún así debía tomar apuntes, eso tambien vendría en el exámen.

Sintió una mirada fija en su rostro mientras escribía y comenzó a buscarla, seguramente sería Kacchan que le gustaba molestarlo de esa forma. Pero no, él estaba copiando con calma los ejercicios.

Los ojos negros de su profesor chocaron con su mirada y en lugar de su mueca cansada, se notaba algo enojado.

Izuku se preguntó si era porque lo había cachado algo distraído, pero le restó importancia. Luego pensaría en eso.

Cuando la campana sonó, todos parecían desesperados para ir a dar sus últimos repasos antes de los dificiles exámenes de mañana. Salieron a la velocidad de la luz.

Midoriya se había retrasado en un ejercicio y recién estaba guardando sus cosas.

— ¿Cuánto tiempo más piensas ignorarme? Midoriya.—rápidamente los ojos verdes se dirigieron a su profesor.

El hombre estaba apoyado en el escritorio, con mirada aburrida. Pero ese brillo de enojo seguía ahí.

Izuku lo miró con duda, sin terminar de entender lo que estaba ocurriendo. Dejó sus pertenencias en el banco y se acercó a él.

Ilícito °AiDeku° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora